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Reportaje:

Se liquida plantilla

Carlos Suárez, presidente del Valladolid, se agarra a la venta de jugadores, "aunque ya sean más baratos"

El Valladolid resumió el pasado domingo su paradoja. Bajó a Segunda en su mejor partido de la segunda vuelta. Su descenso era impensable cuatro meses antes, cuando rondaba la Copa de la UEFA y sacaba 15 puntos al Espanyol. El club analizó ayer las razones de una caída tan estrepitosa que quiebra un proyecto de saneamiento económico iniciado hace tres años. "Son muchas. Una, la derrotada injusta ante el Madrid, en Zorrilla, tras ir ganando por 2-0. Ese día íbamos por delante del Sevilla, ahora en Europa. Nos relajamos. Pensamos que la permanencia estaba conseguida y, pese a la victoria sobre el Athletic en San Mamés, no reaccionamos", dice su presidente, Carlos Suárez.

En aquel momento perdió el Valladolid a su referente goleador, Makukula, por una grave lesión de rodilla. Suárez se trajo de Francia a Bakari, pero la FIFA le denegó la autorización para ficharle por ser fuera de plazo y aunque existiera una baja por lesión, algo de lo que la federación española no le había informado. Hubo que fiarlo todo al banquillo. Finalmente, a cuatro jornadas del final, se echó al técnico, Fernando Vázquez. Según Suárez, "esa decisión fue necesaria porque había un exceso de confianza en los jugadores".

El descenso va a suponerle al Valladolid dejar de ingresar más de 7 millones de euros sólo en concepto de derechos televisivos, además de la reducción previsible del precio de los abonos y del número de socios, que este curso apenas ha llegado a los 12.000. Así que lo primero que Suárez hizo ayer fue ir a Madrid a hablar con los accionistas del club, las empresas Palcos Blancos e Inversiones Somosaguas, que se encontraron con una propiedad no deseada tras el fallecimiento de Enrique Saralegui y que sólo han aparecido por Valadolid para colocarle como presidente tras la nefasta gestión de Nacho Lewin, que llevó al club al borde de la desaparición con una deuda cercana a los 30 millones, ahora reducida a poco más de 10 prolongando plazos y renegociando fichas.

Precisamente, la desidia de los accionistas ha causado notables perjuicios al Valladolid, pendiente de que el Ayuntamiento apruebe una permuta de terrenos suyos no edificables por otros que sí lo son para terminar de apagar el incendio. Pero la corporación no quiere aprobar la operación si el accionariado no se implica a fondo en la gestión del club. Además, en el último año han sido varias las opciones para que cambiase de manos: la oferta más firme, de empresarios de Qatar, se diluyó por la intención de incorporar una cláusula en caso de descenso.

De la reunión de ayer en Madrid con los accionistas mayoritarios salió el compromiso de éstos de colaborar para que el Valladolid ascienda cuanto antes. "Ahora nos tenemos que agarrar a las ventas de algunos futbolistas [Sales, Bizarri, Óscar...], aunque ya serán más baratos", asegura Suárez. Catorce concluyen sus contratos y sólo Torres Gómez y Losada tienen garantizada su continuidad, aunque a la baja. Con todo, Suárez trata de transmitir confianza: "El Valladolid tiene garantizada su viabilidad y va a realizar un proyecto con la sola intención de regresar a la Primera División el próximo año".

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