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Reportaje:SUDÁFRICA 2010 | España, en la cima del mundo

"Si lo sé no marco..."

Iniesta supera su timidez para dedicar el triunfo a los aficionados

El cansancio no hizo mella en los componentes de la selección. La ilusión por ser campeón del mundo superó la fatiga del largo viaje y las pocas horas de sueño. Después de un jubiloso recorrido por las principales calles de Madrid, el fin de fiesta se instaló en la explanada del Puente del Rey. Por el camino quedaron numerosas anécdotas, gestos para la historia de unos hechos que pasarán a la memoria colectiva de todos los españoles.

En La Moncloa, por ejemplo, los jugadores obsequiaron al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con una camiseta firmada por todos en la que se podía leer: "Para José Luis, con el cariño y el afecto de los Campeones del Mundo. Tú eres uno más". El presidente, que incluso botó a petición popular con la Copa del Mundo en sus manos, recibió a los componentes del equipo a pie del autobús y mostró especial debilidad por Andrés Iniesta, su futbolista preferido.

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No tuvo más remedio el centrocampista del Barça que tomar la palabra ante la petición del presidente. "Si lo sé no meto el gol... pero voy a hablar un poquito", admitía con gracejo Iniesta, quien añadía que "esta copita es de todos". Momentos antes, el capitán, Iker Casillas, no dudó en destacar la suerte que tenía de "poder representar a estos grandes jugadores y a esta panda" al tiempo que añadía: "Se se va hablar de España como campeona durante los próximos cuatro años".

En esos momentos, también cobró especial protagonismo Álvaro, hijo del seleccionador nacional Vicente del Bosque. Revestido con una camiseta de la selección con el número seis y su apellido, Álvaro vivió como un jugador más el apoteósico recibimiento a los componentes de la delegación española.

Durante el emotivo paseo por las principales arterias de Madrid, Piqué, Puyol, Capdevila y Sergio Ramos fueron los jugadores que con más fuerza y emotividad festejaron junto a los cientos de miles de españoles que se lanzaron a las calles de la capital de España.

Fernando Torres se enfundó una bandera de España que incluía un escudo del Atlético de Madrid; Arbeloa, que estuvo a punto de caerse del autobús varias veces, recogió de los aficionados una recreación del famoso pulpo Paul, mientras que Cesc estaba fuera de sí, recibiendo las bromas continuas de Piqué, Víctor Valdés y Puyol. Cesc, un futbolista comedido en anteriores ocasiones, llamó mucho la atención por su forma de vivir el triunfo.

Las escenas fueron tan impresionantes que Pepe Reina tuvo que ser sujetado varias veces por sus compañeros para no caer al vacío. El guardameta del Liverpool no paró ni un solo instante de festejar el enorme triunfo de España. Pedro, con una bandera de Tenerife, se mostraba un poco más tranquilo, aunque sin parar de sonreír, al igual que Jesús Navas, siempre pensando en su compañero Antonio Puerta, al que ya homenajeó el domingo justo después de proclamarse campeón.

Uno de los jugadores que mantuvo la compostura fue Casillas. Durante algunos momentos enarboló la bandera de España, pero no se le vio tan desbocado como el resto de sus compañeros. El capitán ha sufrido mucho a lo largo del torneo y sus lágrimas nada más conseguir el título constituyeron una de las imágenes más impactantes del torneo.

Fernando Llorente, con una bufanda del Athletic y un pañuelo rojo anudado al cuello, estilo San Fermín, fue otro de los jugadores que llamó también la atención por su espontaneidad. El delantero tenía ganas de festejar, como Javi Martínez, su compañero en el Athletic, quien también estuvo a punto de caerse varias veces del autobús y acabó con un gorro al más puro estilo Zorro. El autocar acabó envuelto en una multitud de banderas nacionales, a las que se añadió alguna senyera y una bandera del Principado de Asturias. Ahí se notó la mano de David Villa.

Una multitud de aficionados vibró de forma exultante con unos jugadores que acabaron alucinados ante la respuesta de la gente. Los futbolistas tuvieron la ocasión de expresarse tal y como son. Una generación de jóvenes deportistas que ha sido capaz de superar todos los complejos atávicos propios de una España que ha quedado atrás. Campeones de Europa y ahora del Mundo, su estrella brilla cada día con más fuerza.

David Villa, en el centro, levanta la Copa del Mundo en el autobús que recorrió las calles de Madrid.
David Villa, en el centro, levanta la Copa del Mundo en el autobús que recorrió las calles de Madrid.EFE

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