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Entrevista:GERLINDE KALTENBRUNNER | Primera mujer en ascender los 14 ochomiles sin oxígeno | ALPINISMO

"La montaña exige honestidad"

Alejandro Ciriza

El 22 de agosto, a las 18.18, Gerlinde Kaltenbrunner (Kirchdorf an de Krems, Austria, 1970) hollaba la cima del K2 y se convertía en la primera mujer que ascendía a las 14 cimas más altas del planeta sin oxígeno artificial. Un año atrás, con ayuda suplementaria, la surcoreana Oh Eun-sun y la española Edurne Pasaban dilucidaban una carrera polémica de la que siempre ha escapado la austriaca, que concibe el alpinismo como un ejercicio espiritual alejado de toda competición. Cuatro meses después de su hazaña, atiende a EL PAÍS con una sonrisa perenne y una copa de vino tinto de por medio. "Una es suficiente", dice. La conversación es en inglés, bajo la mirada de su marido Ralf, también ochomilista.

"El Everest es un circo. Sube mucha gente, personas que no son alpinistas"
"Existen muchas razones para escalar, pero no ser el primero o el más rápido"

Pregunta. Un sector del alpinismo critica que el ochomilismo se ha convertido en un circo. ¿Usted qué opina?

Respuesta. No se debe generalizar, pero el Everst sí es un circo. Suben muchas personas que no son alpinistas y que cuentan con un séquito de sherpas. Gente que instala el campo base a 5.000 metros y empieza a subir desde allí, que se ayuda del oxígeno. Para mí es difícil comprender esto.

P. ¿Qué piensa de las ascensiones mediáticas de Miss Oh?

R. No me gusta hablar de estas cosas. Ella sabe cómo escala. Ha escogido un camino y yo tengo el mío. Para mí, lo importante es el estilo, no el resultado. Yo creo en mi escalada y así soy feliz. Lo que haga ella es cosa suya.

P. El supuesto récord de la asiática está en tela de juicio...

R. Si subes con oxígeno o con ayudas, si escalas para el público, debes decir siempre la verdad. Es importante ser honesto. La montaña exige honestidad.

P. También la exige Pasaban...

R. Es amiga mía y hemos compartido muchos momentos buenos. Tiene sus motivos. Ella, al igual que Oh, tiene su estilo.

P. ¿Qué opina de las polémicas que han mantenido ambas?

R. Trato de aislarme de eso. No me gusta la competición, la aborrezco. Nadie sabe realmente lo que ha hecho Oh. Podemos creerle o no, pero no tenemos pruebas. Nadie sabe si ella hizo cima o no. Este tipo de historias dañan la imagen del alpinismo.

P. Oiarzabal quiere completar por segunda vez los 14 ochomiles.

R. Si asciende por caras diferentes puede ser un gran desafío. De lo contrario, no le encuentro excesivo sentido.

P. Los especialistas dicen que su alpinismo es el más puro, el más romántico. ¿Por qué escala?

R. Para mí es una forma de meditación. Amo el alpinismo en pequeños equipos, sin sherpas. Siempre fue muy importante para mí escalar por mis propios medios. Hay momentos durísimos, pero también muy hermosos. Es un acto profundo. Eso es lo importante, no si soy más rápida o puedo subir más montañas.

P. Para muchos lo importante es ser el primero.

R. Eso lo dice la gente a la que le gusta competir. En el montañismo no debería existir la competición. Existen muchísimas razones para escalar, pero no ser el primero o el más rápido.

P. Messner dice que usted está por encima de Oh y Pasaban.

R. No soy la mejor. Messner también ha sido muy crítico conmigo. Ha dicho que solo sé escalar con mi marido. Es especial...

P. Dice que practica el alpinismo para sí misma. Sin embargo, también exhibe sus hazañas...

R. Mi objetivo es expandir mi experiencia, no lucrarme ni aparecer en los periódicos. Que la gente descubra la belleza del alpinismo. La montaña más pequeña puede proporcionarte la mayor de las satisfacciones.

P. ¿Sacrificaría un ochomil por rescatar a alguien?

R. Lo he hecho. Es muy duro perder a un amigo así, como a Iñaki [Ochoa de Olza, fallecido en 2008 en el Annapurna]. Cuando hollé el K2 él vino a mi memoria. Después de episodios como ese te replanteas muchas cosas... Pero el tiempo te lleva de nuevo a la montaña. Es como un imán de fuerza descomunal.

P. ¿Cuál es el momento más crítico que ha vivido?

R. En 2007, en el Dhaulagiri. Una avalancha barrió el campo 2. Yo sobreviví, pero dos compañeros se quedaron sepultados bajo toneladas de nieve. Fue terrible.

P. ¿Ha cambiado el rol de la mujer en el alpinismo?

R. Por supuesto. Existe más respeto porque nos lo hemos ganado. Sigue habiendo machismo, pero es muy diferente.

P. ¿Qué le queda por hacer?

R. Soy feliz. Tengo retos preciosos. En primavera iré a la arista del Nuptse y quiero explorar nuevas vías. Hay gente a la que le pasa factura, a mí no. No existe un reto mayor que la propia vida. Que el día a día.

Gerlinde Kaltenbrunner, en el K2.
Gerlinde Kaltenbrunner, en el K2.D. GOTTLER (EFE)

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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