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Reportaje:

La noche más feliz de Guadix

La ciudad granadina celebró hasta bien entrada la madrugada su victoria copera ante el Valencia

Con el gracejo característico de los andaluces y excitado por la ingestión de alcohol durante el partido, un aficionado del Guadix, el equipo que el miércoles eliminó al Valencia en la Copa del Rey, achacaba al azar la condición de colista de Segunda B del conjunto granadino. 'Hemos tenido muy mala suerte'. Guadix, una población de unos 20.000 habitantes, a 60 kilómetros de Granada, celebró hasta bien entrada la madrugada la victoria sobre el actual líder de Primera. 'Aún hay gente de fiesta por ahí', comentaba un taxista de Granada a las siete de la mañana de ayer. Porque aunque la fiesta se concentró en Guadix, ésta se expandió por toda la provincia, pues los ecos de la victoria del Granada ante el Villarreal el martes aún resonaban.

En la discoteca La Noche, a las afueras de Guadix, se entremezclaron los jugadores, exhaustos por el desgaste físico sufrido durante el encuentro, con aficionados ávidos de jarana. 'Este año va a ser histórico. Bajaremos a Tercera, pero ganaremos la Copa', proclamaba antes del encuentro un hincha local, ataviado con la camiseta rojiblanca y la bufanda del Guadix. Como la mayoría de los 4.500 aficionados que presenciaron el encuentro. El club accitano tuvo que montar dos gradas supletorias para incrementar el aforo del estadio municipal y satisfacer la demanda. Aun así, muchos aficionados se quedaron sin entrada. 'Aquí no vienen más de 600 aficionados en los partidos de Liga, pero esto es un día histórico', afirmó quien parecía desempeñar las funciones de jefe de prensa. El mismo que despotricaba contra Vicente o Zahovic cuando éstos se disponían a lanzar un córner. Y el mismo que impedía el acceso al terreno de juego a la prensa pero hacía la vista gorda cuando tres tipos se abalanzaron sobre Baraja y Sánchez para pedirles un autógrafo antes del partido.

El Guadix, sin embargo, representó con dignidad al fútbol aficionado. Dos horas antes del encuentro, sus jugadores se reunían en un hotel céntrico, a apenas 800 metros del estadio, para merendar. 'Apaga el móvil, que viene el mister', avisaba un futbolista a otro. El semblante serio del técnico, Antonio Teixidó, que se hizo cargo del equipo hace un mes, contrastaba con el jolgorio que desde varias horas antes de que comenzara el encuentro tomó Guadix. Entre juegos de dados y cartas, los futbolistas del conjunto granadino apuraban el cafe con leche. Luego, en grupos de cuatro o cinco, se desplazaron en automóviles particulares al estadio, sin prever la hazaña que estaban a punto de firmar.

'Cuando terminó el encuentro, los jugadores del Guadix esperaron a que se ducharan los del Valencia para pedirles las camisetas', contó ayer Jaume Ortí, vicepresidente del club valencianista. La visita del Valencia fue todo una acontecimiento en Guadix, donde sus habitantes se dedican principalmente a la industria de la cerámica y a la agricultura. El presidente del club, José María Medialdea, un empresario local, tampoco imaginaba lo que acontecería. 'Me veo dándole la mano al Rey en la final de la Copa', lanzó rebosante de alegría uno de los ídolos locales, Carlos Pollo, mientras celebraba con sus compañeros el triunfo.

El Guadix, fundado en 1954, sólo ha militado cuatro campañas en Segunda B. En la actual temporada cuenta con un presupuesto de 120 millones de pesetas; una minucia comparado con los 13.000 millones que presenta el Valencia.

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