_
_
_
_
_

La penúltima oportunidad de Kewell

El extremo de Australia, tan talentoso como frágil, se presenta en el Mundial para reivindicar su figura

Es el mejor y el más conocido jugador de la historia de Australia. Sin embargo, pese a ser apodado el "mago de Oz", la carrera de Harry Kewell (Sydney; 1978) dista mucho de ser un cuento de hadas debido al gran número de lesiones que han lastrado su vida deportiva. Ahora se bate en el Mundial de Sudáfrica, epicentro de todas las miradas australianas.

Kewell hizo las pruebas para el Leeds United, equipo de la Premier League, con tan solo 16 años. Debutó en el primer equipo la temporada siguiente y en el 2000, se había convertido en una de las mayores promesas de las islas británicas. En 2003, debido al mal estado económico del Leeds, fue traspasado al Liverpool por unos 6,5 millones de euros. Pese a que se marchó del club acusando al equipo médico de agravar sus periodos de baja, el calvario de Kewell con las lesiones acababa de comenzar. Durante su segunda temporada con los reds solo pudo disputar 18 partidos de la Premier. Sin embargo, Rafa Benítez confió en él para la final de la Champions League de 2005, en la que se enfrentó al Milan. Un partido que podía haber significado la vuelta de Kewell al máximo nivel se terminó convirtiendo en uno de los peores recuerdos de su carrera, por más que el equipo ganara el título. Partió como titular, pero apenas llegado el minuto 23, cuando el equipo perdía por 1 a 0, tuvo que pedir el cambio por lesión. La afición del Liverpool, desconfiando de su dolencia, le despidió abucheándole.

En noviembre de ese mismo año, prometió recompensarle a su entrenador la confianza mostrada e insistió sobre la gravedad de su lesión. Pero tras una buena temporada, volvió a lesionarse en otra final, la de la FA Cup. Fue, a efectos prácticos, el final de su carrera con los reds, ya que en las siguientes dos temporadas apenas sumó 12 apariciones en la Premier. Durante el verano de 2006, añadió una página agridulce más a su historial. En el Mundial de Alemania, en la primera vez en 22 años que Australia se clasificaba para la fase final, Kewell se convirtió en el héroe de su país. Ocurrió en el último partido de la liguilla, contra Croacia. Necesitaban un empate para pasar por primera vez a los octavos de final. Y Kewell apareció. La gesta hizo que el primer ministro de su país se refiriera a él como "rey Harry". Pero las alegrías completas no parecen tener cabida en su carrera. Se le diagnosticó un problema en uno de los pies y se perdió el partido de octavos de final contra Italia, en el que su selección quedó eliminada.

En 2008, fichó por el Galatasaray turco. Para entonces, entrado y la treintena y con un rosario de lesiones a sus espaldas, poco quedaba del joven Kewell, aquel jugador conocido por su gran capacidad de desborde y su velocidad en banda izquierda. Algo que no le ha importado al seleccionador australiano, Pim Verbeek, que se lo ha llevado a Sudáfrica.

A sus 32 años el futbolista de Sidney aporta a la selección la veteranía y el plus de calidad del que suelen carecer los países de menor nivel. Sin embargo, aún no ha conseguido dejar atrás el fantasma de las lesiones. Tras una nueva recaída en mayo el delantero fue duda hasta última hora para el partido de la primera jornada contra Alemania, que acabó por no disputar. Hoy podría debutar en el Mundial contra Ghana, después de que Verbeek haya asegurado ante los medios que está listo. Kewell tiene la penúltima oportunidad de su carrera.

Harry Kewell, en un entrenamiento de la selección australiana.
Harry Kewell, en un entrenamiento de la selección australiana.AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_