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MUNDIALES DE CICLISMO

El turno de Ullrich

El alemán es el gran favorito para la contrarreloj, en la que Mauri piensa que puede darle batalla

Carlos Arribas

Miguel Induráin, Alex Zülle, Laurent Jalabert, Abraham Olano... En el palmarés del Mundial contrarreloj, un invento reciente, inaugurado en 1994, figuran los grandes rodadores que han sido capaces de trascender su especialidad y convertirse en los mejores corredores de su tiempo, con Tours y Vueltas en su historial. Sólo faltan un par de ellos para que esa lista sea completa, pero con casi total seguridad ese lapsus será a medias remediado esta tarde a primera hora en los alrededores de Treviso, cuando los profesionales terminen de recorrer los 50,6 kilómetros de que consta su Mundial; y, dado que Lance Armstrong, el resucitado que sobrevoló el Tour y su contrarreloj, no estará presente, queda claro que es Jan Ullrich, el resucitado que sobrevoló la última Vuelta y su contrarreloj cuando se retiró Olano, quien está en Italia para solucionar una incongruencia histórica. Si no la había borrado antes, no fue porque no pudiera: por unas circunstancias u otras, el ciclista alemán de 25 años, el corredor de referencia del último lustro del siglo (un Tour, una Vuelta y dos segundos puestos en el Tour en sus cinco años de profesional), disputará hoy su primer Mundial como profesional. Y no es que como aficionado le disgustara especialmente la carrera del arco iris. En 1993, a sus 19 años, se proclamó en Oslo campeón del mundo de fondo amateur; en 1994, con 20 años, más todavía: bronce en el Mundial contrarreloj, Open ganado por Boardman."Sí, sí, Ullrich, está claro. Es el único que está por encima de los demás. Y sin embargo...". Melcior Mauri, el mejor de los españoles presentes, habla en serio, pero un pequeño brillo en los ojos le delata. "Y sin embargo...", continúa el ciclista catalán del Benfica, plata tras Olano en el Mundial del 98, "y sin embargo, no descarto nada. Ya sé que es difícil, pero si tengo un día bueno, pienso incluso en el oro". La teórica de Mauri es sencilla: "Si Ullrich baja el pistón con respecto a la Vuelta... allí estaré yo". Sí, estará Mauri y también los grandes especialistas de todos los días: el clásico Zülle, el exagerado Gontchar, el habitual Boardman. Un esquema claro, pues: Ullrich, si no sufre problemas, que ni él ni nadie, salvo Mauri (en público) y quizá los otros (en privado), esperan, por encima. Luego, el pelotón, igualado: mínimas diferencias las que separarán al segundo del quinto, la plata satisfactoria del fracaso estrepitoso.

O quizá no estén tan igualados los del segundo pelotón como se presume. Alex Zülle, por ejemplo, anda lanzando mensajes negativos. "No sé, no sé", dice el suizo mientras se pelea con sus lentillas. "Me he entrenado al máximo después de la Vuelta, pero me encuentro más cansado que si hubiera hecho toda la temporada a tope. No sé, no sé... Daré lo mejor de mí porque para eso soy un profesional, pero no sé, no sé". De Boardman se sabe menos, pero se sabe que hace tiempo que no aguanta al nivel de los mejores y que en el último Gran Premio de las Naciones, penúltima prueba de puesta a punto de los contrarrelojistas del mundo, el británico quedó segundo después del ucranio Gontchar. Lo que nos lleva a hablar del rey de las multiplicaciones, de la llanura del recorrido y del gustazo que se llevó Mauri al entrenarse ayer.

"El recorrido es llano, muy llano, un recorrido de especialistas", dice Miguel Induráin, el mejor de siempre, que anda por Treviso de visita familiar, con el venerable Pinarello, el fabricante de sus bicicletas, que tiene su taller en la ciudad véneta. "Hay un repecho pero es muy tendido, muy tendido, no sobresalta. Un recorrido de grandes velocidades. Grandes rectas, asfalto nuevo y apenas curvas". La mejor noticia que podían recibir Boardman, Gontchar y Mauri. No tanto así para Ullrich y Zülle, corredores de más clase.

Recorrido adaptado a Gontchar, sobre todos. El ucranio de los desarrollos exagerados que se atrancaba en las tachuelas con los platos de 56 dientes podrá mover a su gusto todos los metros que quiera por un terreno bien conocido y agradable para él, que ganó aquí, en Treviso, la contrarreloj del último Giro. La UCI debe de pensar lo mismo, ya que ha reservado la última plaza en salida (15.40), el puesto de sus favoritos, para el ucranio, para gran disgusto de Mauri, otro enamorado del trazado, quien al menos ha conseguido salir el tercero por la cola, a las 15.36. Podrá incluso recibir con agrado a Ullrich, que sale dos minutos más tarde (15.38): si le doblara el alemán, el catalán tendrá una magnífica referencia en su lucha contra el segundo pelotón. Zülle saldrá a las 15.34, Boardman a las 15.32, y el otro español, Álvaro González de Galdeano, que trabajará para servir de referencia a Mauri, a las 15.20.

Los españoles

En las contrarreloj de ayer, el ciclismo español, agradablemente sorprendido la víspera por Iván Gutiérrez, volvió a la realidad. En la prueba júnior masculina (victoria del portento suizo Fabián Cancellara, que pasará a profesional con el Mapei el año próximo, con 19 años), Ángel García fue 28º, y Carlos Saiz, 31º. En la carrera absoluta femenina (cuarto título mundial para la holandesa Leontien van Moorsel), Dori Ruano acabó en el puesto 14º.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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