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Aguirre pierde la primera gran batalla por el control de Caja Madrid

La Comisión de Control destituye a su presidente, afín al Gobierno de la Comunidad

Esperanza Aguirre perdió ayer la batalla más cruenta que había emprendido para tomar el control de Caja Madrid y desbancar a Miguel Blesa como presidente de la entidad. La Comisión de Control de la cuarta entidad financiera del país se reunió por la tarde para dirimir si destituían a su presidente, Pablo Abejas, cargo afín a Aguirre, y si aplicaban para el proceso electoral en marcha la Ley de Cajas de 2003 o la reformada por Aguirre a finales de 2008. Por siete votos a seis, la comisión decidió aplicar la Ley de 2003, con la que Aguirre no tendrá la influencia que le daba la norma que aprobó en 2008.

La Comunidad de Madrid reaccionó anoche declarando "nulo de pleno derecho" el relevo de Abejas, al tiempo que ha abierto un expediente sancionador a los siete miembros de la Comisión de Control que prosiguieron la reunión una vez que el destituido abandonó la sala.

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Los planes de Aguirre para controlar la cuarta entidad financiera de España se fueron al traste cuando parecía que lo tenía todo cerrado. En principio, el presidente de la comisión, Pablo Abejas, contaba con el apoyo del vocal de UGT y de los dos del PSOE más otros tres del PP. Siete contra seis. Sin embargo, Francisco Pérez, consejero por el PSOE, votó contra Aguirre, pese a las indicaciones de su partido. Pérez mantuvo la misma posición que defendía el PSOE el 26 de diciembre, cuando pidió por escrito la destitución de Abejas.

Tras la sorprendente votación se produjo un episodio insólito. Después de un pequeño receso, Abejas constituyó la segunda sesión de la comisión de control. En ella se debía votar su destitución y el nombramiento de un nuevo presidente. En ese momento, Abejas fue a su despacho y volvió con un fax firmado por Juan González Blasco, director general de Política Financiera de la Comunidad, dependiente del consejero de Economía, Antonio Beteta.

En el escrito se afirmaba, según consejeros presentes, que Fernando Serrano (hombre del PP y afín al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón) no podía ser vocal de la comisión porque era incompatible con su cargo de Defensor del Contribuyente del Ayuntamiento madrileño. Lo que nadie había planteado en dos años, el Gobierno de Aguirre lo quería aplicar por fax en medio de la reunión para expulsar a un vocal contrario. La mayoría de los presentes no aceptó la recusación y recordó que cuando Serrano fue nombrado Defensor del Contribuyente, se hizo un informe que concluyó que era compatible.

Subió la tensión y Abejas dijo que se retiraba con sus cinco partidarios y que la reunión no podía continuar porque el presidente la abandonaba. Así lo hicieron. Sin embargo, los otros siete vocales alegaron que la comisión ya estaba constituida y que los estatutos dicen que sólo se puede levantar si hay unanimidad.

Para evitar posteriores reclamaciones, hicieron pasar a un notario que estaba fuera en previsión de que ocurriera esto. Con el notario dentro, se nombró presidente al vocal más veterano, Rubén Cruz, que siguió con el orden del día. Se decidió la destitución de Abejas, con siete votos a favor (todos los presentes) y el nombramiento de Serrano como nuevo presidente con el mismo resultado.

CC OO e IU consideran que la actuación de Antonio Beteta, consejero de Economía de Madrid, "bordea la prevaricación". "Estamos estudiando ir contra él por entrometimiento de sus funciones y el delito de desviación de poder". Ambas organizaciones pedirán un posicionamiento público al PSOE y al PP "sobre sus verdaderas intenciones en Caja Madrid". "Hoy ha quedado clara su estrategia: primero hacerse con Caja Madrid y luego privatizarla, como ha dicho Beteta".

CC OO se refería a unas declaraciones de Beteta en las que se mostró favorable a la privatización de las cajas de ahorros, entre ellas Caja Madrid. "Habría que privatizarlas y homologarlas al sistema financiero, que es privado", afirmó. Beteta también valoró por la mañana el supuesto apoyo que iba a recibir en el seno de Caja Madrid de todos los consejeros socialistas como un cumplimiento de la legalidad. "Quien no cumple con la ley se coloca al margen y eso tiene sus consecuencias jurídicas", recalcó.

Precisamente fue este argumento el que motivó el voto del socialista Francisco Pérez contra Aguirre. "No puedo apoyar las tesis del Gobierno de Madrid, como la privatización de Caja Madrid", remachó ayer en declaraciones a este periódico. "He tomado la decisión que creo, en conciencia, que es mejor para la estabilidad de Caja Madrid", afirmó Pérez, que hasta septiembre fue secretario de Organización del Partido Socialista de Madrid que encabeza Tomás Gómez. "El partido no puede decirme cómo tengo que votar en la Comisión de Control porque sería una intromisión en la Caja", justificó Pérez. "No estoy en Caja Madrid en representación de un partido, sino que fui elegido por el Ayuntamiento en la asamblea general y los miembros de las cajas somos independientes", recalcó. "La disciplina política es para la Asamblea de Madrid y los grupos parlamentarios". El consejero socialista aseguró que no recibió llamadas ni de Tomás Gómez ni de José Blanco para indicarle el sentido de su voto.

Miguel Blesa, con la cabeza gacha, durante un acto el pasado noviembre en Madrid.
Miguel Blesa, con la cabeza gacha, durante un acto el pasado noviembre en Madrid.LUIS SEVILLANO

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