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El BCE aleja las subidas de tipos de interés y precipita la caída del euro

Trichet deja intacto el precio oficial del dinero en el 1,25% - Los síntomas de desaceleración en la economía mundial provocan un fuerte descenso del petróleo

Claudi Pérez

Pudo haber sido poeta, pero Jean-Claude Trichet -presidente del Banco Central Europeo- eligió convertirse en ingeniero antes de graduarse en la Escuela Nacional de Administración, donde se forman las élites de Francia. Y pese a llegar tarde a la banca central se ha labrado una sólida reputación como guardián del euro en medio de una crisis que a punto ha estado de llevárselo por delante. En la recta final de su carrera en el BCE, Trichet presenta una hoja de servicios con un solo error claro, la subida de los tipos de interés de julio de 2008, en pleno derrumbe del sistema financiero. Trichet maniobró ayer para evitar un segundo borrón: tras el aumento de abril, dejó intacto el precio del dinero en el 1,25% y sugirió que no solo no habrá una sucesión de subidas este año, sino que, de momento, únicamente puede esperarse un alza para julio. En otras palabras: consiguió controlar a los halcones, el ala más ortodoxa del BCE, los consejeros preocupados por la inflación cuando Grecia, Irlanda y Portugal lidian con una crisis fiscal demoledora.

El barril de crudo se abarató 10 dólares y aleja los temores inflacionistas

Los vientos van cambiando en la economía global. El petróleo sigue muy caro, pero ayer bajó casi 10 dólares de golpe (hasta los 112 dólares por barril). Pero todavía no tiene reflejo en el bolsillo de los ciudadanos. La gasolina y el gasóleo han marcado en la última semana el quinto récord histórico consecutivo.

No obstante, en consonancia con el petróleo, el conjunto de las materias primas ha iniciado una corrección desde máximos que tiene mucho que ver con las dudas que siempre aparecen cuando la recuperación se complica. Ese caldo de cultivo provocó una inflexión en el discurso del Eurobanco. Trichet fue todo lo críptico que era de esperar, pero empieza a reflejar todo eso dentro de su habitual retórica antiinflacionista. El banquero central eludió en todo momento pronunciar la temida "fuerte vigilancia" sobre el nivel de precios (que equivale a subidas de tipos inmediatas) y optó por expresiones más suaves, que obligan a especular con una segunda subida, como pronto, para julio. Eso sí, en algunos momentos de la rueda de prensa, en Helsinki, fue tajante: "Subiremos los tipos de interés cuando lo creamos necesario". Eso descarta aumentos inminentes.

El euro sufrió una notable corrección tras los comentarios de Trichet, de 1,49 dólares por unidad hasta 1,45. Eso son buenas noticias: beneficia las exportaciones europeas tras unas semanas en las que la fortaleza del euro ha sido un lastre para las ventas al exterior de la eurozona.

Trichet tiene un problema. Las economías del centro y del norte de Europa, lideradas por Alemania, se han recuperado con rapidez y han llevado a varios consejeros del BCE -encabezados por Mario Draghi, probable sucesor de Trichet- a reclamar más subidas del precio del dinero para evitar un recalentamiento. En la otra esquina, las economías del sur lidian con el problema contrario, un enfriamiento preocupante, una recuperación muy frágil y una crisis fiscal que se complican aún más con esa obsesión por los precios: las subidas de tipos suponen en los países periféricos más paro, pérdida de rentas y retrasos en las inversiones. Las palabras de Trichet sugieren que el BCE ha bajado el pistón de la ortodoxia; no habrá cambios en junio y para julio dependerá de si se confirman los signos de desaceleración de la economía mundial y el consiguiente abaratamiento del petróleo y de las materias primas.

Aun así, no faltaron las habituales referencias a ese miedo por la inflación: "Los riesgos para los precios siguen al alza. Vamos a seguirlos muy de cerca", avisó Trichet. La inflación se situó en abril en el 2,8%, por encima del objetivo del BCE -del 2%- por las tensiones en el norte de África y Oriente Medio y su efecto sobre el petróleo. Si se confirma que la reactivación mundial y europea lleva plomo en las alas -los pedidos de bienes intermedios en Alemania registran caídas del 4%, según los datos conocidos ayer-, los precios pueden relajarse. Aunque el BCE volverá a tener munición dentro de un mes: "En el próximo consejo de gobierno se elevarán las previsiones de inflación para el conjunto del año; eso debería ser suficiente para que el BCE se encamine hacia una subida de tipos para julio", dijo Julian Callow, de Barclays.

Esos movimientos tácticos son habituales. Y sin embargo, la inflexión en el discurso de Trichet provocó movimientos en las casas de análisis. Hasta ayer el mercado preveía cerrar el año con los tipos al 2%, tras las palabras de Trichet la cifra se situó en el 1,75%. La ortodoxia avanza, pero desde ayer el "ritmo" de las subidas esperadas ha bajado, explicó Elga Bartsch, de Morgan Stanley.

Trichet da la palabra a los periodistas durante la comparecencia del jueves en Helsinki.
Trichet da la palabra a los periodistas durante la comparecencia del jueves en Helsinki.J. NACKSTRAND (AFP)

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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