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Boletín Económico del BdE

El Banco de España augura una subida adicional de las hipotecas

El supervisor constata que la banca está empezando a trasladar ahora, un año después del inicio de la crisis de deuda, el mayor coste para financiarse

El desbordamiento de la crisis de deuda del euro y las sospechas contra España han pasado factura a las entidades radicadas en el país a la hora de salir a buscar financiación. Las mayores los bancos y cajas se han visto obligadas a pagar más por captar el dinero que luego ellos prestaban a las familias y empresas. Sin embargo, tras mantener las hipotecas en los mismos precios y asumir este incremento vía márgenes de negocio -esto es, a costa de reducir beneficio- han empezado a trasladarlos en los primeros meses de 2011 a sus préstamos. Un encarecimiento que, por cierto, se suma al repunte del euríbor en el mismo periodo.

En concreto, el supervisor calcula que entre diciembre de 2010 y marzo de 2011 los tipos de interés del crédito para hogares para la compra de vivienda subieron entre 49 y 70 puntos básicos. Si a este incremento se le suma el aumento del euríbor, que según recuerda el Banco de España está 50 puntos básicos por encima de los niveles de diciembre. Por tanto, en conjunto, se trata de un encarecimiento de hasta 1,2 puntos porcentuales sobre el interés que cobran las entidades a los hipotecados frente a diciembre.

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Además, según afirma el antiguo instituto emisor en su último Boletín Económico, tampoco puedan descartarse "incrementos adicionales en los próximos meses", ya que la traslación es "todavía incompleta". Con vistas al futuro, la evolución dependerá de las tensiones en los mercados financieros y de la competencia por captar depósitos, entre otros factores. En cualquier caso, en donde no hay duda, añade en el documento, es que la subida será adicional al repunte del euríbor, que "tardará algún tiempo en completar su transmisión a los tipos del crédito". Por otra parte, frente a la evolución registrada por las hipotecas, el Banco de España confirma que en el resto de préstamos ya se había trasladado los mayores costes para captar fondos.

Sobre cuáles son las previsiones sobre el mercado mayorista, el organismo presidido por Miguel Fernández Ordóñez afirma que tras el deterioro ocurrido en el cuarto trimestre de 2010, las entidades españolas percibieron una cierta mejoría en las condiciones de acceso a la financiación. Además, señala que las divergencias existentes dentro del sector a la hora de acceder a los mercados "hacen que su necesidad de repercutir dichos costes en el activo sea distinta". "Esto podría limitar, por un lado, el grado de traslación en un entorno de competencia y, por otro, implicaría una mayor presión sobre la cuenta de resultados de algunas instituciones", advierte.

Junto a este elemento, otro lastre para los resultados de las entidades es, en opinión del supervisor, los altos intereses -de hasta el 4,5%- que los bancos y cajas ofrecen por los depósitos, que a su vez es una vía alternativa para captar recursos esquivando los costes que les exigen en los mercados mayoristas. "El aumento de los costes del pasivo ha introducido un nuevo elemento de presión sobre las cuentas de resultados de las entidades de crédito españolas", asegura. No obstante, el resultado, desde el punto de vista de quién pide los créditos, es el mismo: préstamos más caros.

El encarecimiento de las condiciones en las que las entidades conceden los créditos, señala el Banco de España, coincide a su vez con una menor demanda, lo que supone una dificultad añadida para que los bancos mantengan sus márgenes sin repercutir costes a los clientes, y criterios más estrictos para prestar el dinero. Según las conclusiones de su Encuesta Bancaria publicada hace unos días, las peticiones de financiación de los hogares disminuyeron más de lo esperado por las entidades financieras. Aunque esto es extensible a todo Europa, añade que la caída fue "particularmente marcada en España", sobre todo en los préstamos para compra de vivienda.

Para el Banco de España, este retroceso responde "seguramente a la desaparición de la desgravación fiscal para este tipo de inversión, para las rentas medias y altas, a comienzos de 2011", aunque también por el deterioro en la confianza de los consumidores.

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