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Jornadas "Costa Brava"

Empresarios y centrales sindicales discuten el pacto social

Por primera vez en la historia de los coloquios, tomaron parte muy activa las corrientes sindicales todavía sin legalizar, particularmente Comisiones Obreras (CCOO) y Unión Sindical Obrera (USO). Ambas estaban representadas por sus secretarios generales en Cataluña José Luis López-Ulla y Francisco Giménez, respectivamente. La Confederación Nacional del trabajo (CNT) declinó la invitación que se le había cursado.

Por parte de los empresarios catalanes, y con muy variados matices, habla un manifiesto interés en bailar fórmulas que permitieran superar el actual desmantelamiento de la Organización Sindical, así como frenar las reivindicaciones de la clase obrera en estos momentos de crisis económica.

Los dirigentes obreros rechazaron formalmente todo pacto social, pero matizaron inmediata y reiteradamente que el diálogo entre los factores que intervienen en la producción debe existir en un marco democrático, con expresa posibilidad de constantes acuerdos -palabra que preferían a la de pacto-de alcance parcial, variables al modificarse las circunstancias. Las matizaciones eran tantas que el rechazo formal del pacto social aparecía como una frase programática de poco alcance a la hora de la, verdad.

López-Ulla (CCOO) afirmó que «de esta situación no se saldrá a través de un pacto social», pero también manifestó que «o se negocia o no hay salida de la crisis», mientras reiteraba que «no tenemos vocación de hundir la economía» y «somos un movimiento de paz y progreso».

Francisco Giménez (USO) definió la actual coyuntura laboral como de «pacto social impuesto», añadiendo que «las centrales sindicales no podemos aceptar ningún tipo de pacto, pero hemos de ser conscientes que vamos hacia una negociación».

Jorge Baeta, presidente de la Asociación de Pequeña y Mediana Empresa, se felicitó por el diálogo que se estaba sosteniendo y precisó que algunos de los presupuestos enunciados por los dirigentes obreros «los suscribimos de entrada». Después de condenar la política económica y laboral del franquismo («el país ha vivido de cara a la galería») preconizó un nuevo plan de estabilización, criticó el absentismo laboral, el funcionamiento de la Seguridad Social y se inclinó a favor de un impuesto sobre el capital de las personas físicas.

Tanto por parte de los dirigentes obreros como por los empresarios se hicieron continuas referencias a la especificidad política y social catalana. Al respecto hubo referencias a negociaciones directas al margen de la Organización Sindical, incluso bajo el franquismo, y a la existencia real en Cataluña de «una auténtica clase industrial».

Es de señalar la ausencia de la Administración en el coloquio, ya que la persona que debía representarla —Luis Ángel Rojo, jefe de servicios de estudios del Banco de España— no asistió.

Por la noche, continuó el coloquio «Costa Brava» con una mesa redonda sobre «Análisis de la crisis económica del Estado Español» y en la mañana de hoy diversas corrientes políticas catalanas propondrán soluciones a corto plazo. En cambio, tuvo que ser suspendida una mesa redonda sobre el Plan de Estabilización de 1959, al no estar presentes sus dos principales ponentes.

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