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Davos mira con recelo hacia la economía española

Habrá un problema europeo y global si la situación no mejora

Claudi Pérez

Davos decreta el final de la crisis (luego resulta que no es para tanto). Los líderes reunidos en el Foro Económico Mundial, la cita anual del capitalismo, se felicitan por haber evitado una gran depresión. Hasta la banca ha vuelto a lo grande a Suiza. "Hubo un tiempo para el remordimiento, para pedir perdón; ese tiempo tiene que acabar", decía hace unos días Bob Diamond, de Barclays, en una actitud que comparte la superabundancia de banqueros que desfilan por el Foro, aunque en estos últimos años apenas hayan accedido a mascullar algo en la línea de "los incentivos fueron perversos". Lo peor ha pasado, y sin embargo aquí y allá hay dudas: la pandemia del paro, las burbujas de las materias primas y de los emergentes, esas cosas. Apenas nada comparable con el problema número uno: los capitanes de Davos coincidieron ayer en señalar la crisis europea como el principal riesgo global. Y dentro de Europa, a una economía en particular.

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"España no es un problema europeo, sino global", aseguró el ejecutivo del FMI y ex subdirector del Banco de China Zhu Min. Por el tamaño de su economía, por el volumen de su burbuja y por su interconexión con las potencias europeas, los asistentes al foro -académicos, políticos, ejecutivos y sobre todo banqueros y millonarios- miran con recelo hacia la economía española.

El problema de Davos es caer en una especie de bucle que se repite cada año. Una nevada fenomenal el primer día. Largas colas para recibir a las vedettes de la política y la economía que sacarán su bola de cristal para otear el horizonte global. VIPS que llegan en helicóptero y son escoltados por enjambres de guardaespaldas, coches de lujo y toda esa imperdonable lista de tópicos que caracterizan esta feria de las vanidades. Y el inevitable gurú de la crisis, Nouriel Roubini, encargado de disparar contra España desde la primera sesión.

"La crisis del euro amenaza la economía mundial; no son solo los riesgos soberanos, sino la acumulación de deuda pública y privada, la falta de competitividad, el escaso crecimiento, la contracción en algunos países", dijo Roubini. Y como traca final, el ya habitual recado: "La economía española es demasiado grande para caer, y demasiado grande para ser salvada. Europa necesita una respuesta política fuerte ante la posibilidad de contagio hacia España y Bélgica", afirmó en la sesión inaugural, tras asegurar que ve "el vaso medio lleno" en lo relativo a la economía mundial: una auténtica sorpresa en un tipo tan lúgubre en sus vaticinios que se ha ganado el apodo de Doctor Catástrofe.

Pero Roubini está en un extremo: casi nadie es tan visceral con España. Daniel Gros, del think tank CEPS, aseguró que puede que sea demasiado grande para caer, "pero no es demasiado grande para ser salvada". "Hay un compromiso para ampliar el plan de rescate, pero lo probable es que ni siquiera sea necesario: frente al problema de solvencia que presentan Grecia, Irlanda e incluso Portugal, España tiene únicamente un problema de liquidez". Gros desconfía del agujero inmobiliario y de las cajas: "La reforma financiera va en la buena dirección, pero no es suficiente. Es un error no dejar la posibilidad de que alguna caja quiebre", dijo, algo en lo que coincidió con el economista Xavier Sala Martín.

La economía mundial ha sorprendido favorablemente desde el último foro. "Y sin embargo, cuando parece que todo va bien aparece una sorpresa, la crisis de la deuda golpea de nuevo o hay una nueva sacudida en los mercados", explicó Ken Rogoff, ex economista jefe del FMI. En el caso de España, la capacidad de sorpresa negativa es amplia, a juzgar por las opiniones de los expertos consultados. "El euro tenía que traer convergencia a Europa y ha generado lo contrario: esta Europa de dos velocidades puede acabar teniendo una gran capacidad de destrucción", avisó George Soros. "Si no mejora, es evidente que España será un problema europeo y global. Y no estoy seguro de que con el estancamiento que se adivina la reforma financiera aprobada sea suficiente. Esos 20.000 millones para recapitalizar las cajas parecen escasos, a la vista del tamaño de la burbuja", advirtió Raghuram Rajan.

Pero hay visiones contrapuestas sobre España. "Roubini exagera su pesimismo. En un año o dos la crisis va a ceder. Se ha hecho lo necesario y la economía española es mucho más fuerte que la irlandesa o la portuguesa", cerró con optimismo el economista Jeff Sachs. Sachs, por cierto, fue profesor y mentor de Roubini. Y asesor de Zapatero, también por cierto.

El presidente ruso, Dimitri Medvédev (derecha), junto al fundador del Foro de Davos, Klaus Schwab.
El presidente ruso, Dimitri Medvédev (derecha), junto al fundador del Foro de Davos, Klaus Schwab.EFE

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.
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