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La reestructuración financiera

España busca apoyos en la UE para evitar pruebas más duras a la banca

Los planes de la autoridad bancaria tampoco gustan en Francia y Alemania - Barroso pide que la recapitalización se haga con urgencia

La iniciativa de exigir unos niveles de capital excesivamente rigurosos a los bancos está despertando seria preocupación en algunos países como España, Francia y Alemania, aunque con distintos razonamientos. Estas preocupaciones contrastan con el llamamiento del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, que ayer urgió a que "los bancos que no tienen el capital necesario deberían presentar planes de recapitalización e implementarlos urgentemente".

España está en contra de dar una nueva "vuelta de tuerca" a los bancos e incrementar hasta el 7% la exigencia de capital básico, según uno de los escenarios que plantea la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés). En esa misma línea estaría Francia, que estaría a favor de hacer un frente común en contra de los propósitos de la EBA de endurecer las pruebas. Esa iniciativa contaría con el visto bueno de Alemania.

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Fuentes gubernamentales españolas sostienen que una media de este alcance obligaría a incrementar el capital inmovilizado a los bancos y dificultaría aún más la concesión de créditos, en un momento en que se pretende recuperar el crecimiento y evitar el riesgo de recaída en la recesión. "Es como ponernos una soga en el cuello y ahogarnos nosotros mismos", alegan.

El Gobierno de Madrid considera que las pruebas de resistencia publicadas en julio pasado son suficientes para medir la salud del sistema financiero europeo, a pesar de los problemas que ha puesto de manifiesto el caso de la banca franco-belga Dexia, que ha tenido que ser rescatada tras superar holgadamente aquel examen. "Lo que hace falta es que los datos aportados sean reales, no papel mojado, y que se compruebe su rigor", añaden las mismas fuentes.

El Gobierno no está en contra de que se repitan las pruebas de resistencia, si eso sirve para tranquilizar a los mercados sobre la estabilidad de la banca europea, pero considera que los criterios no deben cambiar (5% de capital básico y no el 7% o incluso el 9%, como apuntan otros medios). Un endurecimiento de los requisitos supondría el suspenso para al menos 14 entidades españolas.

Francia y Alemania están de acuerdo con España, según fuentes gubernamentales, en la inconveniencia de exigir un mismo criterio de capital para cubrir los riesgos de la deuda soberana a toda la banca europea. Zapatero no ha tratado el asunto con Merkel y Sarkozy, pero la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, han sondeado a sus homólogos europeos. La cuestión seguirá debatiéndose la próxima semana. El jueves se reúnen los ministros de Finanzas del G-20 y el viernes lo hará el Ecofín, antes de que el domingo 23 se celebre en Bruselas la cumbre europea prevista para el lunes 17 y aplazada seis días por la falta de acuerdo.

La recapitalización de los bancos europeos será el asunto principal de ese Consejo Europeo. Barroso precisó ayer en el Parlamento Europeo que "para restaurar la confianza en el sector bancario europeo es necesaria una coordinación de medidas de recapitalización". Según el jefe del Ejecutivo comunitario la recapitalización bancaria deberá afectar solamente a las entidades que presenten un riesgo sistémico y se tendrá en cuenta la exposición de toda la deuda soberana. Para la definición de capital en general se tomará la referencia establecida en Basilea III para 2015.

La Comisión propone que para recapitalizarse los bancos deben acudir primero al capital privado, a medidas de reestructuración, o fusión y a convertir deuda en capital. Si ello es insuficiente, los Gobiernos deberían prestar su apoyo, y en el supuesto de que no sea suficiente pueden acudir al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. Los bancos que reciban ayudas públicas no podrán repartir dividendos. La Comisión intenta extender el actual marco de apoyo a los bancos más allá de 2011, como ya había anticipado el vicepresidente de la Comisión y responsable de Competencia, Joaquín Almunia.

La Asociación de Bancos Alemanes ha expresado su rechazo a las propuestas de Barroso por el impacto que tendrán en la captación de capital en el mercado. "La prohibición del reparto de dividendos", señaló el director de la Asociación, Michael Kemmer, "podría tener efectos contraproducentes, porque dificultan adicionalmente la posibilidad de lograr capital en el mercado".

Por su parte, la ministra de presupuesto de Francia, Valérie Pécresse, señaló que "hoy no tenemos duda alguna sobre la solidez de los bancos franceses" y que por tanto no tenían ninguna necesidad de recurrir al FEEF. Admitió no obstante que "existen turbulencias en los mercados financieros que hacen que el aumento de los capitales de los bancos europeos se ha convertido en una realidad".

Las fuentes españolas consultadas subrayan que el origen de las actuales demandas para recapitalizar la banca está en la pérdida de valor de los bonos griegos y ese problema no afecta a la banca española. Por eso mismo, España no ha dado la batalla en la disputa que mantuvieron al principio Alemania y Francia a propósito de si la capitalización una vez agotada la vía privada debía correr a cargo de los Gobiernos nacionales en primera instancia, como quiere Berlín, o del Fondo Europeo de Estabilización, como inicialmente proponía a París. En todo caso, está más cerca de la posición francesa.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, se dirige a la comparecencia ayer en el Parlamento.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, se dirige a la comparecencia ayer en el Parlamento.OLIVIER HOSLET (EFE)

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