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España lideró en 2007 el crecimiento económico entre los países avanzados

El PIB aumentó un 3,8% el año pasado, frente al 2,7% de la zona euro

Alejandro Bolaños

El Gobierno había marcado en rojo la fecha de ayer en su calendario preelectoral y los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) no defraudaron sus expectativas. La primera estimación oficial del crecimiento económico de 2007 refleja un avance notable, con un aumento del PIB del 3,8%. La coincidencia con otras estadísticas internacionales dio más lustre al resultado: por tercer año consecutivo, España creció más que cualquier miembro del club económico más selecto, el G-7. Y, como viene ocurriendo desde 1995, superó con holgura el promedio de la UE (2,9%) y de la zona euro (2,7%).

El dato del INE da pocos argumentos a los que vaticinan una brusca desaceleración de la economía española en 2008, un augurio que el PP ha convertido en arma electoral ante los comicios generales del próximo 9 de marzo. El INE sólo aprecia una ligera ralentización en el último trimestre (con un crecimiento del 3,5% interanual frente al 3,8% del tercer trimestre), inferior a la de los países de nuestro entorno. Y al no dar datos detallados aún, tampoco permite calibrar la intensidad del frenazo en el consumo o la construcción, que los expertos creen vital con vistas a los próximos meses.

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La única información adicional que brindó el INE es que esa ralentización en la recta final del año pasado se debió a "una desaceleración de la demanda nacional" que pesó más que la mejora en la aportación del sector exterior.

El FMI, la OCDE y los principales servicios de estudios españoles coinciden en prever una desaceleración notable este año, con un crecimiento que oscilaría entre el 2,5% y el 2,7%, aunque la estimación del Gobierno es algo mejor (3,1%). Si las predicciones más pesimistas se confirman, 2007 quedará como la culminación de una década prodigiosa para la economía española, al menos en crecimiento del PIB: en los diez últimos años siempre aumentó por encima del 3%, con la excepción del bache de 2002. La primera legislatura del PP (1996-2000) fue la más dinámica, mientras los resultados del actual Gobierno socialista son mejores que los que se lograron en la última legislatura popular (ver gráfico).

En estos años, las tasas de crecimiento de la economía española han superado con frecuencia a la de los países más avanzados. Una evolución que ha alentado las aspiraciones del Gobierno español, tanto con el PP como con el PSOE, a reclamar un sitio en el G-7. El PIB español ya supera al de Canadá, uno de sus miembros, aunque está muy lejos del de algunas economías emergentes (China, India o Rusia) que tampoco están en este club de países desarrollados.

"En la Champions League de las economías mundiales, España es la que más partidos gana", dijo Rodríguez Zapatero hace unos meses. Los datos de 2007 siguen sosteniendo la metáfora del presidente del Gobierno. El avance del 3,8% es superior al de cualquier país del G-7, donde sólo Reino Unido superó el 3%. En la UE, algunas economías más pequeñas, como Irlanda o Eslovaquia batieron con creces la marca española, como también volvieron a hacer las principales economías emergentes.

Como era de esperar, el dato de 2007 fue usado ayer por el líder socialista para espantar los temores por el efecto combinado de la crisis financiera internacional y el parón inmobiliario. "Incertidumbre sí, pero hay muy pocas con la fortaleza de la economía española", dijo a Onda Cero.

Enfrente, el PP no pudo disimular su decepción. Acostumbrado a que en las últimas semanas las estadísticas apuntalaran su tesis de que la situación económica va a peor, ayer encajó de mala manera la publicación de un dato positivo, pero poco sorprendente y que envejecerá rápidamente en el frenesí electoral. El responsable de Economía del PP, Miguel Arias Cañete, exigió "extremo cuidado" al INE en los datos estadísticos que publica "en periodo electoral". Y sembró la duda al considerar "muy complicado" que el avance del 3,5% en el último trimestre sea "compatible" con otras estadísticas del mismo periodo, como "la destrucción de 33.000 empleos en la EPA" o "la desaceleración de la afiliación a la Seguridad Social".

Otras estadísticas recientes del INE, como la producción industrial o el IPC, con una evolución negativa, no han merecido crítica alguna del PP, que designó en 2000 a Carmen Alcaide presidenta del Instituto Nacional de Estadística, cargo que aún desempeña.

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