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Alan Greenspan sustituirá a Paul Volcker al frente de la Reserva Federal de Estados Unidos

Francisco G. Basterra

Paul Volcker, presidente de la Reserva Federal norteamericana y el principal elemento estabilizador de la economía de EE UU, dimitió inesperadamente ayer, sólo 24 horas antes de que Ronald Reagan salga para Europa para participar en la cunbre económica de los siete grandes países en Venecia. El presidente anunció que Volcker, el hombre que logró controlar la inflación gracias a una política monetaria restrictiva, será sustituido por el economista conservador Alan Greenspan. La política antinflacionista será mantenida, aseguró ayer la Administración para calmar la incertidumbre provocada por la noticia.

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La salida de Voleker, 59 años, de la presidencia del banco central de EE UU puede tener importantes consecuencias en los mercados de valores y de cambios internacionales. El presidente de la Reserva Federal controla la política monetaria y con los tipos de interés determina el comportamiento del dólar. La primera reacción en Wall Street fue muy negativa, con una caída de 22 puntos del índice Dow Jones, que se recuperó posteriormente. El dólar se derrumbó también en los mercados internacionales. Se dudaba ayer en Washington de que Greenspan, 61 años, que presidió el consejo de asesores económicos durante la presidencia de Gerald Ford y de Reagan, mantenga con la misma firmeza que Volcker la lucha contra la inflación. El presidente y Greenspan aseguraron ayer, sin embargo, que continuará la política de control de la inflación.Lo primero que preguntaron los periodistas a Greenspan es si no subirá los tipos de interés durante 1988, año electoral. Estados Unidos entra en los próximos meses en campaña presidencial, con una economía que, aunque está en su quinto año de expansión ininterrumpida, muestra síntomas de estancamiento y de rebrote inflacionario.

La Administración tenía problemas con Volcker, un gigante de dos metros de altura que fuma puros ininterrumpidamente, quien mantenía su independencia por encima de la situación política. Los republicanos necesitan alegría económica en período electoral y Volcker estaba convencido de que era necesario seguir manteniendo una austeridad monetaria para evitar una vuelta de la inflación.

"Paul Volcker me ha comunicado su decisión de no aceptar un tercer mandato [fue nombrado por Carter hace ocho años] como presidente de la Reserva Federal. La acepto con gran pesar", anunció por sorpresa ayer por la mañana Reagan, en una aparición en la sala de prensa de la Casa Blanca. "No me siento empujado fuera del cargo", aseguró Volcker a los periodistas, pero horas después aún no estaba claro si ha dimitido o el. presidente le ha pedido que abandonara su puesto clave, probablemente el más importante después de la propia presidencia.

Volcker aseguró que en los últimos tiempos no tenía fricciones con el presidente y sus asesores sobre temas monetarios, algo que ocurrió en el pasado. Greenspan, que actualmente presidía una empresa de consultoría económica en Nueva York, deberá ser confirmado por el Senado y hasta entonces Volcker permanecerá en su puesto. El nuevo presidente designado del banco central norteamericano reconoció que será un "reto difícil llenar los zapatos" de su predecesor y dijo que "veo razonablemente fuerte a la economía y no observo signos de recesión".

Greenspan, un economista de experiencia, aunque algunos observadores pensaban ayer que no la necesaria para un puesto tan importante, es un creyente de la libre empresa y del libre mercado. Pragmático, cree en la menor intervención posible del Gobierno en la economía y hace unos años defendió la vuelta al patrón oro, algo que, explicó ayer, era sólo una posición teórica.

Mantener la vigdancia

Greenspan, que apareció en la Casa Blanca junto al presidente, Volcker y el secretario del Tesoro, James Baker, dijo que la inflación nunca está vencida del todo y que "hay que permaneer vigilante". El dólar, dijo también, se mueve en "la dirección adecuada".

En los últimos días se había especulado que Reagan, debido a la incertidumbre financiera internacional, a los déficit presupuestario y comercial norteamericanos y al prestigio de Volcker en Wall Street y ante los países aliados, mantendría al presidente de la Reserva Federal para un tercer mandato. Incluso se dijo que lo anunciaría en la cumbre de Venecia donde hubiera sido muy bien recibido por los países más industrializados, para quienes Volcker era una garantía de estabilidad y racionalidad en la política económica de EE UU. El diario Wall Street Journal afirmó el lunes que Volcker continuaría si se lo pedía el presidente.

Pero otros sectores presionaban a Reagan para que nombrara un sucesor, por considerar peligrosa electoralmente la independencia de Volcker, que no hubiera dudado en elevar los tipos de interés durante la campaña electoral si lo hubiera estimado necesario para combatir la inflación y apoyar al dólar.

Volcker acabó con la inflación de dos cifras, que amenazaba con devorar la economía a finales de los años 70, provocando una subida del dólar y de la bolsa. Luego sostuvo una expansión económica vigilando la oferta monetaria.

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