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El Gobierno está dispuesto a romper el límite de déficit del 3% por la crisis

El nuevo plan de choque que prepara Zapatero, que no incluye rebajas de impuestos, "acompasará" la política de estímulos fiscales a lo que haga la UE

Reactivar la economía española acarreará unos abultados números rojos en las cuentas públicas. El Gobierno, que llevaba tres años sacando pecho sobre el colchón de superávit amasado en los tiempos de euforia económica y que en 2008 ya ha tenido que apocarse con un déficit del conjunto de las administraciones públicas equivalente al 1,5% del producto interior bruto (PIB), ha empezado a preparar el terreno para lo que viene. Y lo que viene es un déficit que puede ser más del doble. El juego de los estabilizadores automáticos (menos recaudación, más subsidio de paro) y el nuevo paquete de medidas que el Gobierno anunciará a finales de la semana próxima comportará tirar del gasto público, hasta el punto de que se plantea rebasar el tope de déficit fijado por la zona euro, equivalente al 3% de la riqueza que se genera. Es un nivel que España desconoce desde el año 1998. Eso supondrá superar con mucho el déficit del 1,9% que prevén los Presupuestos en tramitación.

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El nuevo plan de choque, que llegará tras la cumbre de Washington y que José Luis Rodríguez Zapatero presentará el próximo día 27 de este mes, no contempla, por lo menos por ahora, nuevas rebajas de impuestos, y sí pivotará sobre el gasto, con una mayor apuesta y estímulo de las inversiones productivas, como la investigación y el desarrollo y la innovación (I+D+i) y la inversión en infraestructuras. Las medidas adicionales que anuncie, y que pasarán también por fomentar el empleo, llevarán a que se sobrepasen los 40.000 millones de euros previstos en 2009 para encarar la crisis, cifra que incluye los 28.900 millones de créditos públicos al que podrán acceder las pymes.

El encargado de preparar el terreno fue ayer Carlos Ocaña, secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos. Y el marco elegido el Foro Cinco Días. "En la legislatura pasada, nuestra prioridad fue gastar menos de lo que ingresábamos, pero ese superávit no era un objetivo en sí mismo, sino que perseguía prepararnos para los tiempos de vacas flacas. Es el momento de usar este margen de maniobra", enfatizó Ocaña, quien insistió reiteradamente en que "España puede permitírselo porque estuvo ahorrando en los años anteriores".

La pregunta del millón -¿cuál es el margen real de maniobra que puede y está dispuesto a apurar el Gobierno, confesadamente corto por parte del vicepresidente económico, Pedro Solbes?- no fue del todo despejada. Pero el secretario de Estado sí dio unas cuantas pistas. La primera, que España se comportará en función de cómo se comporten sus vecinos, con los que debe "acompasarse".

"No podemos tener un déficit muy distinto del déficit de la zona euro, y no podemos estimular nuestra demanda para acabar consumiendo productos de otros países", dijo, para augurar, acto seguido, que "muchas economías europeas van a rozar o a superar el límite del 3%". Preguntado específicamente si España podría ser una de esas economías, replicó que era "pronto" para decirlo, pero que el Gobierno "no excluye esa posibilidad".

El corsé del Pacto de Estabilidad que rige en la Unión Europea, que pasa por abrazar las bondades del equilibrio presupuestario, no excluye que el déficit pueda superar el 3% por "razones excepcionales". Cualquier país que franquee ese techo tiene que explicar cómo y cuándo va a volver al redil del equilibrio presupuestario. Y no todos los países han hecho los deberes en los momentos de euforia económica. Irlanda es el primer país que ya ha planteado abiertamente que incurrirá en déficit excesivo.

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, ya ha avanzado que Bruselas aplicará con manga ancha ese pacto, tras recordar que, en su revisión de hace tres años, el invento ya ganó flexibilidad con vistas a los tiempos de desaceleración. Y esos tiempos han llegado. La zona euro, que engloba a 15 de las 27 economías de la UE, acaba de entrar en recesión por primera vez desde que se inventó la moneda única. La mayor economía de Europa, la alemana, también va hacia atrás, como la italiana. Francia se ha salvado por la mínima. Y España probó ya en el tercer trimestre del año el sabor amargo de la caída del producto, con una contracción económica del 0,2%.

Ocaña defendió el "activismo fiscal" que a su juicio viene ya practicando el Ejecutivo, y que se ha traducido en medidas de impulso fiscal que han movilizado ya la cuantía de dinero total que acaba de recomendar el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que ronda "casi el 2% del PIB". Y, sumándole las medidas anunciadas para inyectar liquidez, el Gobierno estima que ha llegado ya al 3,7% del PIB.

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