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Iberia y British firman su fusión como primer paso para nuevas uniones

La resultante, International Airlines Group, cotizará en Madrid y Londres

Iberia y British Airways formalizaron ayer su unión con la firma del contrato de fusión por el que se crea la quinta aerolínea mundial por ingresos y la segunda europea en número de pasajeros, con unos 58 millones anuales. Se trata de un paso más en la largamente esperada alianza, que se consumará a final de año tras la aprobación de las respectivas juntas de accionistas y el visto bueno de las autoridades europeas de Competencia.

La rúbrica de la unión se ha retrasado una semana respecto al calendario previsto porque estaban a la espera de que FTSE, la empresa que gestiona el índice de la Bolsa de Londres, aceptase por escrito que la empresa resultante -International Consolidated Airlines Group, SA, que se conocerá con el nombre de International Airlines Group, IAG- cotice también en la Bolsa española.

La operación crea la quinta aerolínea del mundo por ingresos
Los sindicatos piden que la compañía sea también líder en condiciones sociales
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Así, el regulador español, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), será el supervisor con competencias en materia de ofertas públicas de adquisión (OPA).

Otro de los posibles escollos de la operación, el agujero en los fondos de pensiones de la compañía británica, no preocupa ya que hay un principio de acuerdo para que British mantenga las aportaciones sin tener que incrementarlas.

En todo caso, Iberia tiene derecho a renunciar a la fusión sin penalización si no le satisface el acuerdo final a que llegue la británica con los administradores de dichos fondos en junio. La española tiene tres meses a partir de entonces para estudiar la solución. Además, se ha incluido una salvaguarda, de modo que ni Iberia ni la compañía fusionada aportarán ni dinero ni garantías financieras a los fondos deficitarios.

De la sociedad resultante de la unión, los actuales accionistas de Iberia tendrán el 44% y los de British el 56%. El mayor accionista de IAG será Caja Madrid, con casi el 12%. Iberia y British prevén obtener ahorros de 400 millones de euros anuales a partir del quinto año de la fusión.

La esperanza de esas sinergias y cierta recuperación en el tráfico aéreo mundial dan algo de luz tras muchos meses de pérdidas astronómicas por la crisis económica. Los mercados premiaron ayer más la acción de British (cerró con una subida del 2,86%) que la de Iberia (1,9%).

Ambas compañías mantienen sus marcas y operarán desde sus hubs de Londres y Madrid. Formalmente, la operación de fusión se produce entre dos sociedades españolas, Iberia Holdings y British Holdings, creadas al efecto para ser las propietarias de las acciones. Adicionalmente se constituyen dos entidades nacionales en cada uno de los países donde los accionistas nativos mantienen el 51% de los derechos políticos para salvaguardar los permisos de vuelo bilaterales con países ajenos a la Unión Europea. Además de la fusión, las compañías caminan de la mano con American Airlines hacia una mayor consolidación de la industria, con la triple alianza, para realizar un negocio conjunto a ambos lados del Atlántico.

Washington ya ha dado su autorización provisional y Bruselas ha hecho públicas las renuncias de permisos de despegue y aterrizaje (slots) en Heathrow que proponen las aerolíneas para evitar problemas de competencia, y está a la espera de las alegaciones de los rivales.

El proceso de consolidación en el sector se ve muy constreñido por las restrictivas legislaciones sobre propiedad de aerolíneas en casi todo el mundo, pero las cúpulas de las compañías están convencidas de que esas barreras irán cayendo. El segundo acuerdo de cielos abiertos entre la UE y EE UU, que será ratificado en breve, trata de avanzar, aunque aún tímidamente, en esa dirección.

Por eso en el texto enviado ayer a la CNMV explican que la fusión de Iberia y British se ha diseñado de manera que "facilite la participación en futuros procesos de consolidación del sector aéreo mundial". British intentó hace algo más de un año una fusión con la australiana Qantas que fracasó precisamente por las barreras legales.

Por otro lado, Iberia está gestando otra aerolínea para alimentar la red, con menores costes, que prevé poner en marcha en otoño. Una medida que causa inquietud en los trabajadores de la compañía, que en todo caso aplauden la fusión, aunque con matices.

Los sindicatos mayoritarios en la dos aerolíneas, Unite, CC OO y UGT, se reunieron el miércoles para analizar la fusión y emitieron un comunicado en el que reclaman que IAG sea líder no sólo en términos comerciales sino también en condiciones sociales. Al tiempo, se muestran alarmados por el trato que está dando British a sus tripulantes de cabina (que realizaron una huelga legal en las últimas semanas) y la acusan de intentar boicotear a los representantes de los trabajadores.

La operación en cifras

- La compañía fusionada contará con una flota de 408 aviones, que realizan unos 1.700 vuelos diarios a 200 destinos diferentes en todo el mundo desde sus hubs de la T-5 de Londres-Heathrow y la T-4 de Madrid-Barajas.

- Iberia y British transportan conjuntamente unos 58 millones de pasajeros cada año y más de un millón de toneladas de carga.

- Las aerolíneas suman 60.282 trabajadores y unos ingresos de unos 15.000 millones de euros anuales.

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