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El agravamiento de la crisis | Las incertidumbres financieras

Italia sufre para colocar 11.500 millones en deuda

Álvaro Romero

Italia sufrió ayer para colocar 11.500 millones de euros en letras a 3 y 12 meses en pleno recrudecimiento de las turbulencias en los mercados. El repunte de las dudas sobre el país, castigado por los inversores por una deuda que supera el 120% del PIB, y la incertidumbre sobre los planes de consolidación fiscal del Gobierno de Silvio Berlusconi, lo que a su vez le convierten en la próxima posible víctima, se tradujeron en un fuerte incremento de la rentabilidad exigida a sus títulos.

Frente al interés del 2,9% que le bastó con comprometer en agosto para vender sus letras a un año, el Tesoro ayer se vio obligado a pagar el 4,15% para no pinchar en la subasta, un precio desconocido en los últimos tres años. A tres meses, el tipo subió del 1,034% al 1,9%.

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La demanda, el otro aspecto que además del precio permite analizar el resultado de una subasta, también empeoró frente a la última operación al mismo plazo. Y eso pese a que, en teoría, el mayor interés tendría que haber atraído a más inversores. Sin embargo, se viven tiempos convulsos y ofrecer más dinero apenas sirvió a Italia para que a la emisión acudiesen los clientes habituales del Tesoro. Poco más. Si hace un mes sus letras a tres meses registraron una ratio de cobertura -títulos solicitados frente a los vendidos- de 2,4 veces, ayer apenas llegó a 1,5 veces. A un año, el recorte fue del 1,9% de agosto al 1,5%.

Negociaciones con China

Las dificultades para financiarse están llevando al país a buscar recursos en China. El Gobierno se está aproximando a las autoridades de ese país para venderle cantidades "significativas" de bonos italianos, así como inversiones en compañías estratégicas, según informó ayer el diario Financial Times.

La subasta de ayer fue la primera en un mes que se antoja clave para Italia, ya que a lo largo de septiembre afronta vencimientos de su deuda por valor de 46.000 millones, el 61% del total que debe devolver a sus acreedores hasta final de año. Para cubrir estos pagos, confía en vender en lo que queda de 2011 deuda por unos 80.000 millones. Pero no lo tendrá fácil.

Alemania representó ayer la otra cara de la moneda, la de la confianza y la de la seguridad, al vender 3.890 millones a un año a un tipo del 0,18%. La demanda, pese a este exiguo interés, superó en 2,4 veces a la oferta.

A España, que tiene una posición de tesorería más desahogada que la italiana, le tocará el jueves tantear al mercado con una subasta de deuda a largo plazo con la que espera captar de 3.000 a 4.000 millones.

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Sobre la firma

Álvaro Romero
Redactor del equipo de Redes Sociales y Desarrollo de Audiencias en EL PAÍS. Es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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