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Merkel exige a Grecia tres años de duros ajustes para dar la ayuda

Alemania condiciona el rescate a un acuerdo ambicioso previo con el FMI - Sarkozy y Barroso piden "una acción rápida y decidida contra la especulación"

La canciller Angela Merkel, que hasta ahora ha mantenido la postura más reticente en la UE para prestar ayuda financiera a Grecia, manifestó ayer la disposición de Alemania a apoyar el rescate "cuando se cumplan las condiciones". Merkel insistió una vez más en que el Gobierno heleno tiene que aplicar un programa de ahorro y reformas "viable y creíble" y extenderse a este año y los dos próximos. El retraso en el rescate de 45.000 millones de euros, de los que 15.000 serán aportados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), ha disparado los tipos de interés de la deuda griega al nivel más alto en 12 años.

La situación financiera de Atenas sigue agravándose día a día. Los 9.000 millones que el Estado precisa antes del 19 de mayo resultarán ruinosos para las arcas públicas si tiene que captarlos a los actuales precios de mercado. Preocupados por el deterioro de la situación, los presidentes de Francia y de la Comisión Europea emitieron ayer un mensaje conjunto advirtiendo de los riesgos para el euro de que se prolongue la crisis.

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Nicolas Sarkozy y José Manuel Durão Barroso hicieron hincapié en "la necesidad de una acción rápida y decidida contra la especulación contra Grecia para asegurar la estabilidad de la zona euro". Los dos líderes compartieron un almuerzo de trabajo en el Elíseo en el que coincidieron en la importancia de establecer "una estrategia ambiciosa basada en un verdadero Gobierno económico europeo". Una postura que París defiende desde hace años y que no es bien vista en Berlín, por temor a que pueda ensombrecer el papel del Banco Central Europeo (BCE).

Sin esperar la decisión del Eurogrupo, que debe aprobar las ayudas a Atenas formalmente, París ya se ha anticipado por su cuenta. El presupuesto de 2010 ha sido modificado para permitir que Francia pueda conceder este año 3.900 millones a Grecia, de los 6.900 millones que le corresponden.

Aunque Merkel mostró su clara disposición a conceder las ayudas en "cuestión de días", advirtió de que estas deben negociarse "con toda tranquilidad, con toda prudencia y también con decisión". Tirando de su habitual flema, que contrasta con las cotas de emotividad que en Alemania ha alcanzado el interminable debate griego, la canciller explicó por la tarde su intención de "esperar a que terminen las negociaciones" entre el Gobierno griego, la Unión Europea y el FMI. Merkel calcula que estas negociaciones podrían prolongarse hasta principios de mayo.

El ministro de Hacienda, el también democristiano Wolfgang Schäuble, se había reunido poco antes con los jefes de los Grupos parlamentarios alemanes. El objetivo es preparar una ley urgente que permita poner a disposición de Atenas los casi 8.500 millones en créditos que le corresponde aportar a Alemania, de los 30.000 prometidos por los países del euro. Schäuble anunció que todos los grupos están de acuerdo con el rescate, si bien volvió a condicionarlo a las reformas y al ahorro del Gobierno griego. El ministro recordó que el 19 de mayo es la fecha límite de las negociaciones. La ley que permita el rescate podría estar preparada para antes del día 7.

Este miércoles llegarán a Berlín el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, y el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, para exponer al Parlamento los detalles de la negociación con Grecia.

Los socios liberales de Merkel dudaban aún ayer de que Alemania vaya a participar en el rescate. El propio Schäuble, cuyas reticencias a las ayudas son bien conocidas, sembró de nuevo el desconcierto con sus titubeos del sábado pasado. A dos semanas de las importantes elecciones de Renania del Norte-Westfalia, los partidos quieren evitar la impresión de estar malbaratando el dinero público con las impopulares ayudas a Grecia. Merkel intenta salvar la cara ante sus socios europeos, pero sabe lo mucho que se juega en estas elecciones.

La actitud de rigor de Alemania es compartida por Holanda, que exige más austeridad. "Conocemos las condiciones financieras de los préstamos de la ayuda [entre el 3,5% y el 5% de interés], pero todavía no están claras las medidas que tomará Grecia para reducir el déficit presupuestario", señaló ayer un portavoz del Ministerio de Finanzas holandés. "Necesitamos conocer antes qué tipo de medidas se van a adoptar", añadió.

El ministro de Exteriores de Italia censuró "la rigidez alemana". "No debería existir ninguna duda de que si la casa común está en dificultades, debemos salvar las paredes porque estamos también dentro de esta casa común", dijo Franco Frattini.

Bruselas minimizó ayer las diferencias entre los distintos Estados. "Hay un frente común sin disensiones sobre la situación en Grecia y la forma de actuar", dijo el portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios, que sin embargo evitó precisar cuándo se reunirá el Eurogrupo y cuándo se tomará la decisión definitiva.

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