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Obama emprende una profunda reforma del sistema hipotecario

Se trata de reparar los errores del pasado y de cuestionar el respaldo público

Se va a necesitar algo más que un martillo para reparar la casa tras el terremoto de las hipotecas subprime. Por eso, la Administración de Barack Obama celebró ayer la primera conferencia a la búsqueda de ideas que permitan una reforma profunda del sistema hipotecario, sobre todo para redefinir el papel de las entidades semipúblicas Fannie Mae y Freddie Mac, en las que el Estado inyectó 148.000 millones de dólares (115.000 millones de euros) para mantenerlas a flote. Al encuentro asistieron unos 300 representantes del sector.

Tres años después del colapso inmobiliario, EE UU sigue sin hacer pie. Por eso hay analistas que consideran que abordar ahora la reforma es "como arreglar un avión en vuelo". Pero el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, dejó claro que no hay que volver a la estructura anterior a la crisis. Se trata, dijo, del reto "más complejo y con mayores consecuencias" que afronta el país.

"Es el desafío más complejo" que afronta EE UU, dice Geithner

El debate rotó sobre tres principios básicos. El primero, asegurar que el ciudadano medio puede adquirir una vivienda. Segundo, que el hipotecario sea un sector estable y seguro, porque representa el 15% de la economía. Y tercero, ver hasta qué punto el Gobierno debe estar involucrado en el sistema, cuando el sector privado no esté en condiciones de asumir riesgos.

Shaun Donovan, secretario de Vivienda en la Administración de Obama, reconoce que el papel del Gobierno "debe ser menor". Es decir, como explicó Geithner, se trata de acabar con la práctica seguida hasta ahora, donde Fannie y Freddie, que controlan el 90% de la financiación de hipotecas, se hicieron con el mercado, sabiendo que contaban con apoyo público.

Las dos hipotecarias concedieron créditos a propietarios que no podían devolver la deuda, mientras ampliaban sus carteras con activos de riesgo sin tener recursos para cubrir potenciales pérdidas. Una doble estrategia concebida para obtener retornos a corto plazo. Y esta "combinación tóxica", como dijo Geithner, fue posible porque no hubo una supervisión efectiva.

Se trata de algo más que diseñar "un elegante funeral" para Fannie y Freddie. La privatización total no parece tampoco la vía, porque, como dijo el gestor de bonos Bill Gross, del fondo Pimco, el sector de la vivienda no podrá financiarse sin las garantías del Gobierno, la base sobre la que se cimienta el sistema actual.

La Casa Blanca quiere presentar un plan en enero. Pero el proceso puede verse trastocado por las legislativas de noviembre. Geithner dejó claro que los dos partidos son responsables de la situación actual. Fannie y Freddie fueron intervenidas en otoño de 2008 por la Administración republicana de George W. Bush. Después, el demócrata Barack Obama ofreció un respaldo financiero ilimitado.

Timothy Geithner se agacha a coger unos papeles durante el encuentro con representantes del sector hipotecario ayer en Washington.
Timothy Geithner se agacha a coger unos papeles durante el encuentro con representantes del sector hipotecario ayer en Washington.AP

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