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Emiliano Revilla se queda con el 96% de la división inmobiliaria de Rumasa y con las Torres de Jerez

Emiliano Revilla Sanz, propietario de Industrias Revilla, SA, se ha quedado en el reparto final con el 96% de la división inmobiliaria de Rumasa (IRSA) y con el 100% de las Torres de Jerez. IRSA y las Torres fueron adjudicadas por el Gobierno el pasado 25 de abril a una oferta, estructurada por el bufete madrileño de José Mario Armero, compuesta por Emiliano Revilla, Alejandro Montaña y Javier Oráa, en liza con la del millonario filipino Enrique Zobel. La firma del contrato de compraventa entre Revilla Y el Patrimonio del Estado se producirá esta semana.

Revilla, 57 años, nacido en Olvega, Soria, pueblo donde ha edificado el emporio de los chorizos del mismo nombre, se queda así con la práctica totalidad de la tarta de la división inmobiliaria de Rumasa, ya que Javier Oraá, secretario general de General Motors en España, se ha retirado de la operación, y Alejandro Montaña, propietario de los transportes del mismo nombre y de varias bodegas en La Rioja -donde la firma aceitera Carbonell le interpuso en febrero de 1983 una querella criminal a cuenta de la compra de dos pequeñas bodegas que supuestamente Montaña no ha pagado-, se queda con un porcentaje meramente simbólico, que viene a ser del 4% en la división inmobiliaria y con nada de las torres, lo que hace un porcentaje en el global de la operación del 1%.Ello significa que Emiliano Revilla afrontará prácticamente solo una inversión de más de 8.500 millones de pesetas, en un claro ejemplo de la liquidez que los medios financieros madrileños le otorgan al industrial soriano. Industrias Revilla facturó, en 1985 más de 16.000 millones de pesetas, y a finales del pasado año corrieron insistentes rumores sobre la entrada en la empresa de la multinacional norteamericana General Foods.

Cuatro de los más importantes bancos españoles han aportado a Revilla las garantías bancarias exigidas por el Patrimonio del Estado, lo que, de acuerdo con la versión oficial, sirvió para inclinar la balanza del lado de la solución Armero frente a Zobel, a causa de la "rotundidad de las garantías ofrecidas". El Banco Español de Crédito -banco tradicional de Revilla-, el Central, el Bilbao y el Santander se han repartido, al 25% los avales de la operación. De esta forma, Emiliano Revilla desembolsará esta semana 3.000 millones de pesetas al contado a la firma del contrato; 2.692 millones, al final del primer año, y 2.809 millones, al final del segundo.

El rey de los inmuebles

El diseño final de la operación convierte a Emiliano Revilla en el rey del boom inmobiliario madrileño. Revilla ya llamó la atención de los expertos cuando en diciembre del pasado año, adquirió un solar situado en la intersección de las talles María de Molina con la de Velázquez, adquirido en pública subasta al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). Revilla pagó en la operación 680 millones de pesetas, a un precio de 76.000 pesetas el metro cuadrado repercutido, y lo hizo al contado, a pesar de que el FGD hubiera estado dispuesto a instrumentar algún sistema de pago aplazado.Desde que le fue otorgada la adjudicación, toda una intensa negociación ha tenido lugar entre los componentes de la oferta Armero de cara a la firma del contrato con el Patrimonio, con algunos detalles rocambolescos, como la insistencia de Oraá en declararse completamente ajeno a la operación. En esa negociación, Javier Oraá Mollúa, secretario general de GM, se ha retirado de la operación. Según distintas fuentes consultadas, Oraá, que entró en la operación a título puramente privado, ha reaccionado desde el primer momento con preocupación ante la publicidad del caso, y se ha tropezado después con cierto malestar por parte de los directivos de la multinacional norteamericana del automóvil.

La última fase de las negociaciones han estado rodeadas de gran secreto, tanto por parte de los adjudicatarios como del Patrimonio del Estado. Esta precaución podría estar relacionada con el diseño final de una oferta muy distinta de la original, la que se impuso a Enrique Zobel, lo que, de acuerdo con medios jurídicos madrileños, podría dar a éste opción a recurrir judicialmente el acuerdo final.

Las cinco sociedades enajenadas por el Patrimonio Inmobiliarias Reunidas,SA, Portic, SA, Vinar, SA (propiedad de Fidecaya hasta septiembre de 1983), Mas Camarena, SA (también ex Fidecaya) e Inmuebles Deportivos, SA, que previamente habían absorbido a más de un centenar de sociedades minúsculas, registraron durante los tres últimos ejercicios, 1983, 1984 y 1985, unas pérdidas de más de 5.400 millones de pesetas. De acuerdo con el balance a 31 de octubre de 1985, la cifra de actívo total era de 19.129 millones de pesetas, con un pasivo exigible de 22.324 millones y, consiguientemente, un patrimonio neto negativo de 3.195 millones.

La oferta Armero se comprometió a pagar en su día 8.501,2 millones de pesetas -7.680,2 millones, actualizados al 11,40%- en dos años, distribui dos entre la división innicibiliaria (5.501,2 millones) y las Torres de Jerez (3.000 millones). Otras tres ofertas ofrecían cantidades superiores. Así, la del gurpo Zobel se elevaba a 12.050 millones; la de Coesplasa, a 10.454,1 millones, y la de B+B Inmobilien, a 10.258,1 Antes de la firma, Rumasa ha tenido que efectuar diversas operaciones de saneamiento, tendentes a asumir las pérdidas anteriores y corregir Ia situación de quiebra técnica de algunas de las sociedades.

Los términos del contrato ya están ultimados, incluyendo los puntos ya estandarizados de las reprivatizaciones de Rumasa. En este caso, antes de la firma del Contrato Rumasa desembolsará dividendos pasivos que adeuda a IRSA, mediante la capitalizáción de 400 millones y la aportación en metálico de 1.885 millones adicionales y de otros crédlitos que ostente contra dichas sociedades. Rumasa responderá igualmente de la existencia de cualquier pasivo no incluido ni provisionado en balance.

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