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Sacyr recompone las relaciones con Repsol tras la salida de Del Rivero

Pemex dice que el pacto con la constructora se mantiene pese al relevo

La cúpula del grupo Sacyr, encabezada por el nuevo presidente Manuel Manrique, escenificó ayer en una reunión de hora y media con el presidente de Repsol, Antonio Brufau, el cambio de clima que ha supuesto la salida de Luis del Rivero de la presidencia del grupo constructor.

Apenas 24 horas después de que los accionistas principales de Sacyr -el propio Manrique, Demetrio Carceller y Juan Abelló- descabalgaran a Del Rivero de la presidencia del grupo, los mismos protagonistas intentaron aliviar las tensiones creadas por el intento de asalto de Del Rivero y Pemex en Repsol con un encuentro calificado de "cordial" y "provechoso".

Los calificativos dan pie a todo tipo de especulaciones. Porque no se sabe para quién será el mayor provecho. Oficialmente, ninguna de las partes detalló de qué hablaron Brufau, Manrique, Carceller y el consejero de Sacyr Pedro del Corro -representante de la empresa de Abelló, Torreal-. Pero las posibilidades no son muchas: el futuro del acuerdo firmado en agosto con Pemex; la posible venta de parte del paquete del 20% que Sacyr controla en Repsol y el futuro ocupante del sillón que Del Rivero ocupa todavía en la petrolera. Todos los temas son espinosos. El acuerdo de Sacyr y Pemex está en vigor y contiene suficientes cláusulas de garantía como para anticipar una interesante pugna legal si Pemex lo desea. Y si este asunto es delicado, el de la financiación de Sacyr, con un crédito de 4.900 millones que vence a finales de diciembre, no lo es menos. Cuánto vender, a quién y cómo son asuntos vitales para el grupo constructor y estratégicos para la petrolera. Por comparación, la sustitución de Del Rivero en el Consejo de Repsol, salvo sorpresa, parece un tema más sencillo.

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En Repsol causaría sorpresa que Del Rivero no renunciara a su puesto en el órgano de dirección antes del próximo miércoles, cuando la petrolera tiene previsto celebrar la reunión mensual del consejo. Lo lógico, señalan fuentes al tanto de la pugna Del Rivero-Brufau, es que el expresidente de Sacyr dimita y deje su sillón a Manuel Manrique.

Pero la reunión de ayer solo es un gesto, importante pero gesto, en el complejo escenario que se abre ahora. El director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, tendrá que concretar el próximo miércoles si la salida de Del Rivero de Sacyr es un punto y aparte o apenas una pausa en los planes de la estatal mexicana.

El acuerdo Sacyr-Pemex del 29 de agosto, por 10 años, solo contempla la posibilidad de ruptura del pacto de sindicación de acciones entre ambos en caso de discrepancias sobre al menos tres materias relevantes que se prolonguen cuatro meses; cambio de control en el otro accionista o declaración de concurso de acreedores. Todos los puntos mencionados pueden dar lugar a una guerra de guerrillas jurídica, salpimentada por las prohibiciones que acompañan al compromiso. Porque el pacto prohíbe la venta de las acciones sindicadas durante tres años (salvo ciertas necesidades de financiación) y fija además la obligación de ofrecerlas, en todo caso, al otro socio, "en los términos en que fuesen a ser adquiridas por el tercero".

Ante la complejidad del escenario, las partes implicadas optaron ayer por la discreción (caso de Sacyr y de Repsol) o por acogerse a los compromisos públicos y rubricados. Fue el caso de Pemex. La compañía mexicana explicó que aún no ha llegado el momento de valorar la salida de Del Rivero de Sacyr, informa Salvador Camarena. Pero fuentes de la empresa insistieron en que el acuerdo con la constructora trasciende al presidente destituido: "El pacto fue con Sacyr, no con Del Rivero. Y Manuel Manrique [la nueva cabeza de la constructora] está a favor de la operación, de hecho como brazo derecho de Del Rivero estuvo en las negociaciones", destacaron.

Pese a todo, las fuentes de Pemex consultadas reconocen que buena parte del éxito de la estrategia para influir en mayor medida en las decisiones de Repsol descansaba en la permanencia de Del Rivero, arquitecto de la alianza sellada con los mexicanos. "La salida de Del Rivero hace que la operación para Pemex sea un absoluto fracaso", asegura el analista económico Samuel García.

En Bolsa, la agitación en el grupo Sacyr, el relevo en la dirección del grupo y sus posibles efectos en Repsol se tradujo en ganancias. Sacyr Vallehermoso subió un 2,85%. Repsol, por su parte, se anotó un avance del 1,29% y cerró a 21,67 euros. A ese precio, las acciones de la petrolera en poder de Sacyr Vallehermoso valen 5.295 millones de euros.

De izquierda a derecha, Isidro Fainé, Luis del Rivero y Antonio Brufau en la última junta de Repsol.
De izquierda a derecha, Isidro Fainé, Luis del Rivero y Antonio Brufau en la última junta de Repsol.SANTI BURGOS

Los puntos que atan el acuerdo entre Sacyr y Pemex

- Limitaciones a la venta. Ninguna de las partes podrá vender o disponer, total o parcialmente de su participación o derechos de voto en Repsol (...)durante un periodo de tres años.

- En caso de que cualquiera de las partes fuera a proceder a la transmisión voluntaria de la totalidad o parte de sus acciones en Repsol (...) deberá, con anterioridad a dicha transmisión, ofrecer a la otra parte la opción de adquirir dicha participación (...) en los mismos términos en que dichas acciones fuesen a ser adquiridas por el tercero.

- El plazo del acuerdo es de 10 años y se prorrogará automáticamente por plazos sucesivos de cinco años.

- El pacto puede darse por terminado por un accionista en caso de cambio de control en el otro accionista o cuando el porcentaje de acciones de Repsol en poder de los socios caiga a la mitad del que tenían en la fecha del acuerdo (20% en el caso de Sacyr y 9,45% en el caso de Pemex tras elevar su participación).

- La sindicación puede acabar también en el caso de que uno de los socios sufra tal deterioro patrimonial vaya a concurso de acreedores.

- La vigencia del acuerdo puede finalizar asimismo si las partes asociadas mantienen durante cuatro meses desacuerdos en el sentido del voto sobre al menos tres materias relevantes.

- Ambas partes se comprometen a no sobrepasar el límite de participación accionarial que obligaría a lanzar una OPA (30%).

- Cualquier incumplimiento del pacto daría derecho a romperlo y a reclamar los daños.

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