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La crisis del euro

La banca frustra la apuesta del BCE para abrir el grifo del crédito

El sistema financiero atesora la gran mayoría del medio billón de euros inyectado por Mario Draghi a través de la barra libre de liquidez

Claudi Pérez

Mario Draghi no deja de sorprender. En su lugar de trabajo, el Banco Central Europeo (BCE), ha anunciado dos bajadas de tipos en dos meses, además de una medida extraordinaria para salvar a la banca, y por ende a la renqueante economía europea, de la catástrofe. Y fuera del despacho últimamente ha sido cazado en alguna foto comprometedora, en la que aparece conduciendo su coche por Roma sin cinturón y charlando por el móvil, tan ricamente.

El presidente del BCE afronta hoy en Fráncfort una nueva reunión en la que nadie espera sobresaltos, aunque deberá hilar fino para lidiar con una situación que empeora a diario. La crisis húngara se expande por el Este y ha afectado incluso a la banca italiana, Grecia sigue en un callejón sin salida, viene una recesión peligrosa y toda la liquidez inyectada en los bancos ha servido de poco: las entidades financieras han optado por guardarse todo el dinero (casi medio billón de euros) que recibieron en la última subasta a tres años. No habrá bancarrotas en ese plazo, pero si alguien pensaba que las primas de riesgo y el crédito iban a mejorar, hoy es el día para preguntarle a Draghi por qué eso no sucede.

Los analistas dan por hecho que el BCE mantendrá hoy los tipos en el 1%
La EBA relajará las exigencias de capital a la banca si la crisis amaina

Ante la preocupación por la restricción del crédito, hasta la Autoridad Bancaria Europea (EBA) se replanteará la exigencia del 9% de capital "cuando las medidas tomadas para combatir la crisis de la deuda soberana tengan su efecto en el precio de la deuda de los países", según su presidente, Andrea Enria.

El BCE no moverá hoy los tipos. Según los analistas, Draghi y su equipo se darán un respiro para ver si las últimas medidas encaminadas a sacar de la UVI al sistema financiero surten efecto, en especial la citada barra libre de liquidez, que permite a la banca refinanciar casi gratis toda la deuda que venza en los tres próximos años. Los tipos seguirán en el mínimo histórico, el 1%, a pesar de los negros nubarrones que acechan a la economía europea: la amplia mayoría de los expertos espera que Draghi mantenga intacto el precio del dinero, aunque podría haber dos futuras rebajas a lo largo del año.

Una encuesta de Reuters auguraba ayer que lo peor en Europa está por venir: Francia, Italia, España y Bélgica encaran rebajas de la calificación crediticia y el BCE seguirá resistiéndose a las compras masivas de bonos, según los expertos. Pero aun así el euro sobrevivirá, a juzgar por las conclusiones de ese estudio.

Para ello, el BCE debe desempeñar un papel clave. Hasta ahora ha comprado bonos -en dosis homeopáticas- en los peores momentos, pero se resiste a ir más allá, ante los temores expresados por Alemania a que las adquisiciones de deuda provoquen una estampida en la inflación. La agencia Fitch se unió ayer al coro de voces que reclama más activismo al BCE para evitar un colapso del euro. Pese a las presiones, el BCE se limita a esperar y ver. Se resiste a ayudar con la deuda pública, pero al menos esa extraordinaria inyección de dinero al sistema financiero ha evitado males mayores. Incluso en esa operación hay signos preocupantes: los bancos italianos acaparan una cuarta parte del total prestado por el Eurobanco, unos 200.000 millones. A pesar de los pesares, al menos Draghi ha evitado un accidente en la banca. Aunque para ello se le haya visto conduciendo sin cinturón y enganchado al móvil en medio del caótico tráfico romano.

El presidente del BCE, Mario Draghi, en una rueda de prensa en diciembre en Fráncfort.
El presidente del BCE, Mario Draghi, en una rueda de prensa en diciembre en Fráncfort.DANIEL ROLAND (AFP)

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.
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