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El gasóleo debe bajar aún un 9% para reflejar la caída del petróleo

El litro de gasolina ya vale menos de un euro en cuatro de cada diez gasolineras

Llenar el depósito del coche cuesta ya lo mismo que en marzo de 2007, cuando el petróleo comenzó una escalada brutal, que le llevó a trepar a niveles desconocidos. Pero el descenso aún más vertiginoso del precio del crudo desde julio pasado, cuando alcanzó su techo (146 dólares por barril) ha tenido un reflejo desigual en los surtidores. El diésel, que ya se usa como combustible en la mitad de los turismos y acapara un 70% de las nuevas matriculaciones, aún debería bajar un 9% adicional para reflejar la caída del petróleo. Y los precios medios de los carburantes enmascaran grandes diferencias según dónde estén las gasolineras.

En España, de media, el precio por litro de gasolina sin plomo de 95 se paga a 1,012 euros. El de gasóleo, a 1,036. Pero según datos del Ministerio de Industria, un 41% de las estaciones de servicio españolas venden el litro de gasolina de 95 por debajo de la barrera psicológica del euro, mientras la proporción en el caso del litro de gasóleo es muy inferior: sólo un 6% del total de gasolineras cobra menos de un euro.

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En Madrid, Asturias, Pontevedra o Barcelona, la proporción de estaciones de servicio que venden gasolina y gasóleo por debajo del euro es menor al 3%. "No es casualidad. Si en unos lugares es más caros que en otros es porque en ellos se aplica el céntimo sanitario", subraya Manuel Amado, presidente de la Federación Catalana de Estaciones de Servicio. Cataluña es una de las autonomías en que se aplica un recargo máximo de 2,4 céntimos por litro de carburante, dinero que se destina a financiar la sanidad pública. A esta fórmula se apuntaron en distintos momentos Madrid, Galicia, Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Asturias. Pero Bruselas ha declarado ilegal este recargo y está por ver qué harán quienes lo aplican.

Céntimo sanitario al margen, ¿debería haber bajado más de lo que lo ha hecho el precio de combustible que compramos en el surtidor? Tanto Álvaro Mazarrasa, director general de la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), como Vicente Nácher, asesor de presidencia de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio, se muestran "cansados" de repetir una y otra vez que no ha lugar una traslación precisa de la caída de precios del crudo con la del precio de venta al público (PVP) de un litro de gasolina.

"Lo justo es comparar el precio al que paga el consumidor la gasolina sin impuestos con la cotización de los productos derivados del petróleo en los mercados internacionales", subraya Mazarrasa. Porque, una vez extraídos del barril de crudo gasolinas, gasóleos, querosenos y otros productos, tras el proceso de refino, esos derivados cotizan. Los precios de las transacciones de gasolinas y gasóleos tienen en la publicación Platts su particular Ibex.

Según la AOP, la cotización internacional media de la gasolina sin plomo de 95 fue hasta septiembre de 0,478 euros por litro, cuando el precio sin impuestos del mismo litro fue de 0,606 euros. La diferencia es pequeña y puede explicarse por los costes de distribución y márgenes empresariales.

¿Pero qué ocurre si uno sí toma como referencia, contra el criterio de las petroleras, el precio del barril de crudo y lo compara con la gasolina que pagamos en la estación de servicio? Desde los máximos históricos alcanzados en julio pasado (93 euros) por el brent, petróleo de referencia en Europa, la caída fue hasta el pasado viernes del 44,8%.

Además, "no es lo mismo hablar de petróleo que de productos refinados como la gasolina. Refinar cuesta dinero, y cuesta dinero la logística, el almacenamiento y, sobre todo, hay que tener en cuenta los impuestos", dice Nácher. Casi la mitad (el 48,43%) de lo que paga un conductor por un litro de gasolina de 95 son impuestos, así que, grosso modo, la bajada de precio para el consumidor debería haber sido del orden del 22%, puesto que el petróleo en euros lo ha hecho un 44,8%. La caída del precio de la gasolina de 95 desde su pico máximo del año, en mayo, ha sido del 20,6%, según el boletín petrolero de la UE.

Según este criterio, aún no se ha trasladado del todo al surtidor de gasolina la bajada del petróleo. Este retraso, denunciado por las organizaciones de consumidores, es mayor en el caso del gasóleo. En el diésel, los impuestos pesan menos, un 39,93%. Y, por tanto, la bajada del crudo debería haberse notado, más que en el caso de la gasolina, del orden del 27%. Sin embargo, el boletín petrolero de la UE refleja una caída del precio del gasóleo desde su máximo anual del 18%.

Las empresas insisten en que factores como la demanda o como el precio al que fue comprado el crudo, influyen en cuándo y en cuánto se trasladan subidas y bajadas al consumidor. "La liberalización del precio de la gasolina fue lo peor que nos pudo pasar", se lamenta Rubén Sánchez, portavoz de Facua. La Comisión Nacional de la Competencia investiga si el retardo en las bajadas de precios se debe a prácticas inadecuadas en el sector.

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