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Las malas expectativas sobre las cuentas de la banca hunden las Bolsas

Deutsche Bank anuncia pérdidas de casi 4.000 millones el pasado año - El consumo cae un 2,7% en EE UU, mientras Nortel suspende pagos

Las Bolsas han vuelto por donde solían en 2008, por la senda de las pérdidas. Y lo han hecho a su modo, es decir, sobreactuando y con drama -entre el miedo que tienen y el que transmiten- cuando se encienden señales negativas. Ayer se iluminaron varias. La primera, Deutsche Bank anunció que sus resultados de 2008 iban a ser muy malos, casi 4.000 millones de pérdidas. Otra, las ventas minoristas en Estados Unidos en diciembre fueron peor de lo previsto. Y para rematar el día, el fabricante canadiense de equipos telefónicos Nortel se declaró en suspensión de pagos.

El anuncio del primer banco alemán alertó sobre la posibilidad de que los resultados de la banca europea, que se irán conociendo en los próximos días, no sólo sean negativos, sino peor de lo esperado. Además, se teme que traigan consigo la necesidad de inyectar más capital a las entidades financieras. Algo que alimentaron los analistas de Morgan Stanley al advertir de que HSBC, la entidad británica y europea que mejor ha capeado la crisis, podría necesitar una inyección de capital cercana a 23.000 millones de euros.

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Hasta el momento, la crisis ha obligado a la banca europea a provisionar 218.000 millones de euros y a captar 246.000 para hacerle frente. Además, ha forzado importantes planes de rescate bancarios por parte de los Gobiernos. El ejemplo más claro es el Reino Unido, donde el Estado se ha convertido en accionista de referencia de RBS o Lloyd's-HBOS. Pero el último capítulo se ha vivido en Alemania, donde el Gobierno ha acabado por tomar un cuarto del capital de Commerzbank.

Para Juan Luis García Alejo, de Inversis Banco, este escenario refuerza las palabras de Ben Bernanke esta semana en Londres. El presidente de la Reserva Federal reclamó como primer objetivo de la situación actual la estabilización del sistema financiero.

La crisis, que comenzó en el mundo financiero, ha llegado a un punto en que se retroalimenta, tal y como explica José Luis Campuzano, estratega de Citi en España. Esto aumenta aún más la desconfianza de los inversores en el sector financiero. Lo que ayer se tradujo en castigos que en muchos casos superaron pérdidas porcentuales de dos puntos. Encabezó los números rojos, los británicos RBS (18,4%), Barclays (14,3%) y HBOS (13,4%). La entidad continental más castigada fue la francesa Société Générale (10,8%). El protagonista de la jornada, el Deutsche Bank, se dejó un 9%.

También la banca española sufrió una jornada roja, pese a que ayer Banesto presentó, el primero en hacerlo, unas ganancias de casi 800 millones. Sobre las entidades hispanas pesa sobremanera la mala situación de la economía española, comparativamente peor que en los países del entorno, explica Campuzano.

Con estos mimbres, los índices europeos cerraron la sesión con pérdidas superiores al 4%. Y en Nueva York, el Dow Jones, se dejaba casi un 3%.

Pero la crisis no sólo hace mella en las cuentas de los bancos. La debacle financiera ya hace tiempo que ha llegado a la economía real y las cuentas de resultados de las empresas también lo notan. En opinión de Daniel Suárez, de Analistas Financieros Internacionales, las continuas rebajas en las previsiones de resultados acaban por desanimar a los mercados.

Y como telón de fondo la recesión económica, que ayer vivió nuevos episodios en Europa y en Estados Unidos. La producción industrial en la zona euro cayó un 1,6% en noviembre, según Eurostat. El Departamento de Comercio estadounidense informó de una caída del 2,7%.

Para Suárez, lo importante de este dato, es que indica que la contracción del PIB en el último trimestre puede ser 1%, mayor de lo esperado en un principio. El miedo a perder el empleo y las restricciones al crédito están minando la demanda en la primera economía del mundo. Y los esfuerzos del comercio para atraer a los consumidores hacia sus locales, con rebajas de hasta el 70%, no son suficientes. Si se excluyen las ventas de coches, la caída en el mes fue del 3,1%, la mayor desde comienzos de 1990. Para el conjunto de 2008 bajó de una décima, la primera desde 1967.

El miedo domina con fuerza en las finanzas, donde los problemas están aún lejos de resolverse. Los inversores temen que la venta por parte de Citigroup a Morgan Stanley de una participación mayoritaria en la firma de corretaje Smith Barney no sea suficiente para equilibrar sus pérdidas. Y el temor se extiende así por todo el sector, que ayer se dejaba un 6% en el arranque.

Los efectos de la crisis económica y financiera también se sienten en el mundo tecnológico. Nortel Networks, especializada en equipos de telecomunicaciones, se vio forzada ayer a declararse en suspensión de pagos en Canadá y EE UU, porque necesita acudir a ese refugio para poder reestructurarse "de una vez por todas".

Un operador de Wall Street, durante la sesión de ayer.
Un operador de Wall Street, durante la sesión de ayer.AP

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