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La crisis del euro

La presión contra la deuda portuguesa alcanza máximos

El bono de Portugal a 10 años supera por primera vez el 10% por el temor que genera la opción alemana para Grecia. -España no se libra del correctivo

La opción propuesta por el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble, de que los acreedores de Grecia participen en el segundo plan de rescate del país aplazando el cobro de sus bonos siete años amenaza con hundir a Irlanda y Portugal, según advierten las agencias de calificación de riesgos. La posibilidad de que esta propuesta se extienda también a los otros dos países rescatados, Irlanda y Portugal, ha reavivado las tensiones en los mercados de deuda, donde la rentabilidad exigida al bono a 10 años del Tesoro luso ha rebasado por primera vez desde que este país entró en el euro el 10%.

Con este repunte, la prima de riesgo del país, que equivale al sobreprecio exigido por los inversores a la deuda a 10 años de un país frente a la alemana, de referencia por su estabilidad, también ha alcanzado máximos históricos desde que adoptó el euro en 2002. En concreto, ha llegado hasta los 705 puntos básicos tras subir hoy en 21, con lo que cada vez está más cerca de la irlandesa, que se mueve en torno a los 773 puntos básicos. La de Grecia, por su parte, aumentaba en 28 hasta los 1.308 puntos básicos. En otro ejemplo del nuevo episodio de tensiones abierto por Berlín, el coste de asegurarse contra un eventual impago de Atenas ha marcado un nuevo récord en 1.474 puntos básicos.

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En el caso de España, la reaparición de las turbulencias por culpa de Alemania, que se ha beneficiado de ello con descensos en la rentabilidad exigida a la deuda alemana por su condición de valor seguro, se ha saldado con un ascenso de 8 puntos básicos hasta los 231. También aumentaba con fuerza el interés exigido por los inversores para entrar en los bonos de Portugal a menor plazo, con lo que los títulos a dos, tres o cinco años, además de los de 10 años, superaban el 10%.

Según ha advertido Moody's en línea con la opinión de sus colegas del sector de la medición de riesgos, Standard & Poor's y Fitch, cualquier endurecimiento de las condiciones para los tenedores de bonos de Grecia, como sería aplazar su vencimiento, servirá de modelo para los otros dos países rescatados durante la crisis del euro, que podrían ver rebajada así su calificación en "varios peldaños".

Irlanda y Portugal están actualmente calificados por estas agencias en el nivel inmediatamente superior al considerado como bono basura, una nota que equivale a una inversión solo apta para especuladores. Grecia, por su parte, está hundida en esta categoría. Sin embargo, en caso de que la propuesta alemana salga adelante en el segundo plan de rescate del país mediterráneo, que necesita más dinero ante la imposibilidad de volver al mercado en 2012, los expertos dan por hecho que el modelo también acabaría aplicándose en los otros rescates. Por este motivo, según lleva advirtiendo la agencia desde la semana pasada, tanto la deuda irlandesa como la lusa podrían aterrizar en esta categoría, que limita la lista de potenciales inversores al borrar a aquellos con mayor aversión al riesgo.

Si Irlanda o Portugal caen en la categoría de bono basura, según el analista de deuda soberana del Royal Bank of Scotland, Harvinder Sian, los intereses exigidos por los inversores a los bonos de ambos Estados, subirían desde los ya altos niveles que registran actualmente hasta la rentabilidad que marcan los títulos de Grecia. "Si Irlanda cae, vaticino que habrá una avalancha de ventas" de su deuda, ha advertido en declaraciones a Bloomberg.

Las autoridades y los países europeos coinciden en que hay que incluir al sector privado en el coste de este segundo rescate de Grecia, pero las diferencias persisten en cuanto al modo de hacerlo. Si atendemos a Bruselas o al Banco Central Europeo, que representan el papel de poli bueno en esta película, debería incluir una opción "voluntaria" para que los tenedores de bonos de Grecia que lo deseen canjean los títulos con vencimiento entre 2012 y 2014 por otros a más largo plazo. No obstante, a tenor de las últimas palabras de Schauble, Berlín, que se ha encargado de ser el policía malo a lo largo de la crisis, quiere endurecer las condiciones para los acreedores y no comparte la idea de voluntaria. Es en este punto, en la opción de una reestructuración coercitiva, donde se centran las mayores preocupaciones de las agencias.

El recrudecimiento de la incertidumbre sobre cuál será el impacto del segundo plan de rescate para Grecia también está pasando factura a las bolsas europeas, que cotizan a la baja, y al euro, que pese a ello se mantenía sobre los 1,46 dólares. Según el último balance del Banco Internacional de Pagos, la mayor parte de la deuda de 340.000 millones de euros de Grecia, la más alta de toda la eurozona y equivalente a más del 150% de su PIB, está en manos de la banca europea, de ahí que hoy estén sufriendo en Bolsa. En caso de una quita, según un reciente informe de Goldman Sachs, los alemanes serían los más afectados.

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