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El agravamiento de la crisis

La crisis fuerza a Italia a pagar el precio más alto de la era euro para financiarse

El país eleva el interés de sus bonos a 5 años al 5,59% para superar las crecientes dudas de los inversores. -La prima de riesgo italiana vuelve a superar los 400 puntos básicos pese al BCE y a los contactos con el Gobierno de China

Italia necesita dinero, mucho dinero, de aquí a final de año si quiere seguir cumpliendo con sus acreedores. Para ello, precisa vender deuda por 80.000 millones en los próximos meses pese a la que está cayendo en los mercados. Y los inversores lo saben, por lo que hay margen para seguir apretando las tuercas al país transalpino. Con un volumen de deuda pública superior al 120% de su PIB, Italia está considerado como el país con más posibilidades de ser el siguiente en necesitar la ayuda de sus socios del euro para no entrar en una situación de insolvencia. Además, en una nueva prueba de que los problemas de financiación que han dejado a Grecia en riesgo de quiebra inminente han llegado a Roma, el Estado italiano se ha visto obligado esta mañana a pagar la rentabilidad más alta de toda la era euro para vender deuda a cinco años. Este es el peaje que le piden los inversores para superar sus crecientes dudas, unas incertidumbres que también se dejan notar en su prima de riesgo, que está en los mismos niveles que llevaron al BCE a reactivar la compra de bonos de los países bajo sospecha en agosto.

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Forzado por lo que en terminología futbolística se describiría como un calendario complicado, Italia ha vuelto a acudir hoy de nuevo al mercado primario, donde se realizan las emisiones de deuda soberana, para vender 7.000 millones de euros en títulos a diferentes plazos. La operación, tal y como le pasó ayer en una subasta a un año, le ha salido cara, ya que se ha visto obligado a comprometer la rentabilidad más alta desde que el país se incorporó al euro en 1999 para vender 3.900 millones en deuda a cinco años. En concreto, el tipo media de estos bonos se ha ido al 5,59% cuando en la última operación a los mismos plazos realizada en julio le bastó con ofrecer un 4,93%. Solo en 2000 rozó el 5,6%.

Asimismo, pese al incremento en el tipo de interés, la demanda no ha respondido y se ha reducido frente a la subasta de hace dos meses, lo que pone de relieve la mayor desconfianza de los inversores en Italia. Si entonces se solicitaron 1,9 veces más de títulos que los que finalmente se vendieron, hoy esta ratio de cobertura se ha quedado en un exiguo 1,3. Tampoco es buena señal que los otros títulos subastados hoy y que tienen un mayor plazo se hayan colocado a un interés inferior o igual al 5,59% abonado por su deuda a cinco años.

En el mercado secundario, donde se intercambian los títulos de deuda una vez emitidos y donde se establece la prima de riesgo, ni la compra de bonos por parte del BCE, que según algunos operadores hoy estaría volviendo a adquirir papel italiano, ni los contactos con China han sido suficiente para aplacar el acoso de los mercados contra Italia y, por extensión, contra España. La presión sobre la deuda italiana medida en términos de prima de riesgo, que es el sobreprecio exigido a los bonos de un determinado Estado frente a los alemanes, de referencia, ha vuelto a superar esta mañana los 400 puntos básicos, con lo que este indicador ha regresado al mismo sitio donde estaba antes de la reactivación del programa de ayuda por parte del instituto emisor europeo a principios de agosto. Desde entonces, se ha gastado unos 70.000 millones para auxiliar a Italia y España, pero a la vista del recrudecimiento de la presión contra su deuda registrado en las últimas jornadas, con relativo poco éxito. De hecho, la prima de Italia ha llegado a estar esta mañana por encima del nivel al que cerró antes de que el BCE reactivase esta medida. No obstante, por la tarde, la prima de riesgo de la deuda italiana se ha estabilizado en torno al dato de ayer (386 puntos básicos).

El indicador, que para España ha escalado hasta los 372 puntos básicos para después bajar ligeramente hasta los 355, no superaba en el caso de Italia el nivel psicológico de los 400 puntos básicos desde que el BCE resucitó el 8 de agosto la compra de bonos de los países bajo sospecha. En la jornada anterior a aquel lunes, el viernes 5 de agosto, la prima italiana marcaba en su cotización intradía el que hasta ahora sigue siendo su máximo histórico desde 1999 (415 puntos básicos), aunque acabó cerrando la sesión en torno a los 370 puntos básicos, por debajo de su nivel de hoy. Dos días después de aquel viernes negro para los mercados, el domingo, el presidente del instituto emisor, Jean-Claude Trichet, anunciaba la reactivación del programa tras arrancar el compromiso del Gobierno de Berlusconi de poner en marcha un nuevo plan de ajuste por 54.000 millones y que será aprobado definitivamente mañana.

Para los expertos, el alto volumen de deuda pública de Italia, que es la segunda más alta de la eurozona por detrás de Grecia, todo lo que sea financiarse con un tipo de interés medio superior al 5% implican la bancarrota del país a largo plazo. El motivo de ello, tal y como explicó ayer el economista jefe del danés Saxo Bank, Steen Jakobsen, en un acto en Madrid, es que en el caso italiano esto supone pagar en concepto de intereses más dinero de lo que ingresa. Ese límite de solvencia, en su opinión, se sitúa entre el 6% y el 7% para España. Pese a ello, el primer ministro, Silvio Berlusconi, ha defendido hoy desde Bruselas en una comparecencia conjunta con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, la solidez de la economía italiana y su firme determinción de llevar a buen puerto las medidas de ajuste, según informa Efe. Junto a ello, también ha llamado a defender al euro, la "bandera" de Europa.

En cuanto al resto de los periféricos, las subida en las primas de Italia y España también han estado acompañadas de repuntes en el diferencial de la deuda de los otros Estados bajo presión con la excepción de Portugal, que ya tiene la autorización del FMI para recibir el segundo tramo del plan de rescate. Del lado de las subidas, de nuevo era Grecia la que padecía el mayor correctivo. La rentabilidad exigida a su deuda a corto plazo cotiza en niveles desorbitados (a un año sobre el 110% y rozando el 75% a dos). Su prima se ha disparado hasta rebasar los 2.200 puntos básicos.

El reavivamiento de las dudas sobre la deuda también se ha dejado notar en las Bolsas, donde los principales índices europeos, tras abrir en verde, se han dado pronto la vuelta para prorrogar las pérdidas de las jornadas previas. No obstante, tras amenazar con el rojo, han vuelto a las subidas a media sesión. El motivo de este cambio de rumbo está en la expectativa de que la UE, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, van a mover ficha para tratar de atajar unas turbulencias que amenazan no solo con sacar de la divisa europea a Grecia o hundir a dos de sus grandes economías -Italia y españa-, si no que ya han puesto en riesgo al conjunto de la eurozona y, tal y como ha advertido Citigroup, a toda la economía mundial. Por la tarde, las subidas se han consolidado y los principales índices del Viejo Continente han apostado por avances superiores al 2%.

En el plano político, el incremento de la presión ha tenido lugar al mismo tiempo que el Tesoro italiano infromaba, sin dar más detalles, que el ministro de Economía, Giulio Tremonti, se reunió con una delegación de inversores chinos. La confirmación se ha producido después de que el periódico Financial Times publicara que el Gobierno italiano negocia con las autoridades chinas para que un fondo del gigante asiático compre bonos de deuda e invierta en empresas estratégicas italianas. En el mercado, sin embargo, es especulaba con que Pekín, de momento, no está muy interesado en responder a Roma. Lo que sí se ha confirmado es que el fondo de pensiones escocés Scottish Widows, que gestiona unos 30.000 millones de euros, se deshizo a principios del verano de parte de su inversión en la deuda italiana que había adquirido en el arranque del año por el incremento de la volatidad.

Según el FT, que cita fuentes italianas no identificadas, Tremonti recibió la semana pasada a una delegación encabezada por Lou Jiwei, presidente de China Investment Corp., uno de los fondos soberanos más grandes del mundo. La delegación se entrevistó también con representantes de la Caja de Depósitos y Préstamos, entidad estatal que ha habilitado un fondo estratégico abierto a inversores extranjeros, explica el rotativo. Aunque el rotativo habla de una petición de apoyo, el Gobierno italiano ha asegurado esta tarde con cierto orgullo que ellos no han solicitado ninguna ayuda a China.

A su vez, las autoridades italianas estuvieron en Pekín hace dos semanas para entrevistarse con la Corporación china de inversiones (CIC) y la Administración de cambio extranjero (Safe), que maneja el grueso de los 3,2 billones de dólares en divisas que posee China, convertida en el prestamista de última instancia de las grandes potencias al calor de la crisis. Asimismo, según apunta el periódico, el jefe del Tesoro italiano, Vittorio Grilli, se vio con inversores chinos en Pekín el mes pasado. Una fuente italiana dijo al periódico que China posee actualmente alrededor de un 4% de la deuda pública de Italia, aunque no se han dado a conocer cifras oficiales.

El ministro Giulio Tremonti, en una sesión del Senado italiano el pasado 14 de julio.
El ministro Giulio Tremonti, en una sesión del Senado italiano el pasado 14 de julio.TONY GENTILE (REUTERS)

Barroso cree esencial una implementación rápida, efectiva y rigurosa del plan de ajuste

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, ha considerado hoy esencial una implementación rápida, efectiva y rigurosa del último plan de ajuste italiano con el que Roma espera alcanzar el equilibrio presupuestario en 2013. "El compromiso del Gobierno italiano de alcanzar el equilibrio presupuestario en 2013 es una importante señal" de la determinación y la ambición de Italia de alcanzar este objetivo, ha afirmado Barroso en un comunicado tras reunirse en Estrasburgo (Francia) con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.

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