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RODRIGO RATO | Presidente de Caja Madrid

De vuelta a la primera línea

Deberá afrontar la reestructuración financiera desde la cúpula de la segunda caja de España

Rodrigo de Rato Figaredo llega a la presidencia de Caja Madrid en uno de los momentos más difíciles que ha vivido la entidad que surgió del Monte de Piedad de Madrid, fundada hace más de 300 años. Será nombrado presidente de la caja días después de que Miguel Blesa anunciara los peores resultados de los últimos 14 años.

Procedente de una larga tradición familiar de empresarios, Rato (Madrid, 1949) se afilió a Alianza Popular, el germen del PP, en los primeros años de las Transición. Tras años de ejercer de duro opositor a los Gobiernos de Felipe González, accedió al poder tras la victoria del PP de 1996. Desde su puesto de vicepresidente se supo colocar la medalla por el mayor éxito de los ocho años de presidencia de José María Aznar: la gestión económica. En ese periodo, España entró en el euro y comenzó una larga racha de crecimiento que ha terminado abruptamente con la crisis actual.

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El palo llegó cuando Aznar anunció su retirada. Rato vivió como una traición la elección de sustituto que hizo el líder. El cartel electoral sería Mariano Rajoy, un político con un perfil mucho más bajo, y no él, que se consideraba el sucesor natural. El piloto del milagro español se veía relegado y en ningún caso estaba dispuesto a colaborar en un hipotético Gobierno dirigido por Rajoy.

Rato superó el vacío de poder con un exilio dorado. La jefatura del Fondo Monetario Internacional (FMI) le permitió continuar con sus contactos internacionales. Desde ahí impulsó la mayor reforma que ha hecho el organismo para redistribuir el poder entre los países miembros. Pero en Washington sólo duró tres años y cinco meses. Le sustituyó el francés Dominique Strauss-Kahn en octubre de 2007.

Rato abandonaba antes del plazo previsto uno de los puestos internacionales de más alto rango al que había accedido nunca un español. Entonces adujo "motivos personales" para explicar la espantada, pero se trata de un episodio que aún hoy no ha sido suficientemente explicado. Más de uno pensó entonces que volvía a Madrid para liderar el PP en el caso de que Rajoy perdiera de nuevo las elecciones generales de 2008.

De vuelta a Europa, logró unos empleos muy bien remunerados como consejero del banco estadounidense Lazard, del consejo internacional del Santander o de Criteria, el brazo inversor de La Caixa. Así que ahora pasará de estar en la primera caja y en el primer banco a la segunda caja del país.

Rato abandona ahora todos estos puestos tras una batalla por la sucesión de Miguel Blesa que ha causado más de una herida entre sus compañeros del PP. A partir de hoy dirigirá la cuarta entidad financiera del país. Tiene poco tiempo para tomar decisiones tan importantes como el papel que adoptará Caja Madrid en la reordenación del sector o las herramientas con las que tratará de taponar el gran agujero de la entidad: una morosidad que no para de crecer.

Rodrigo Rato durante su participación en el VI Congreso de Directivos, en Pamplona, en octubre de 2009.
Rodrigo Rato durante su participación en el VI Congreso de Directivos, en Pamplona, en octubre de 2009.LUIS AZANZA

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