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Urdangarin regresa a Barcelona para preparar su defensa ante el juez Castro

El duque fijó la primera tarifa de Nóos en 181.000 euros, más gastos e IVA

Iñaki Urdangarin está en Barcelona, aunque hasta el momento nadie le ha visto. El duque llegó ayer a primera hora al aeropuerto de El Prat (Barcelona) en un vuelo procedente de Atlanta (EE UU), y un coche le trasladó hasta la ciudad, según fuentes citadas por Efe. El yerno del Rey ha viajado para preparar su defensa en el caso de corrupción por el que le ha imputado el juez José Castro. Está citado a declarar en Palma de Mallorca, el 25 de febrero.

Su abogado y portavoz, Mario Pascual Vives, tiene el despacho en el corazón de la ciudad catalana, en el turístico y comercial paseo de Gracia. Un remolino de cámaras y fotógrafos esperaba a las puertas del bufete para obtener la primera instantánea del duque de Palma en España desde que fue imputado, el pasado 29 de diciembre. Pero ni el duque ni su abogado se encontraban en el edificio. O eso aseguró la secretaria del letrado, quien afirmó que Pascual Vives estaba fuera de la oficina y no tenía programada ninguna visita en toda la jornada.

Sus sociedades ingresaron cuatro millones de grandes firmas

Desde que estalló el caso Urdangarin, el duque de Palma viajó a España en otra ocasión, el 3 de enero, para visitar a su padre, enfermo. Los medios le esperaban para fotografiarle en Vitoria, en la casa paterna, pero Urdangarin no apareció. Según algunas fuentes, es posible que el duque viese a su progenitor en una casa que la familia Urdangarin posee en Viladrau (Girona). El yerno del Rey pasó entonces menos de dos días fuera de EE UU, país desde el que ahora ha vuelto a viajar a Barcelona. El pasado domingo, Urdangarin celebró su 44º cumpleaños en Washington, en compañía de sus cuatro hijos, mientras la infanta Cristina realizaba un viaje de trabajo a Mozambique.

Según ha trascendido tras el levantamiento del secreto del sumario, el duque se estrenó como asesor privado con un caché elevado. Urdangarin, impulsor y copropietario del Instituto Nóos -sin ánimo de lucro- y de su secuela comercial Nóos Consultoría Estratégica, se lanzó en 2003 a la búsqueda de grandes clientes y marcó personalmente la primera tarifa alta a percibir por su firma. Por los estudios y la asesoría sobre estrategias de mecenazgo a una compañía multinacional, un trabajo a desarrollar en cinco meses y medio, marcó el precio de 181.000 euros, más IVA y gastos.

El contrato se centró en "servicios de consultoría y soporte a la gestión del proyecto de desarrollo de la estrategia global de patrocinios" y estipuló, además, una oferta "de asesoramiento de la alta dirección de las empresas". El yerno del Rey negoció y suscribió, como gestor de Nóos, un detallado acuerdo con la compañía Telefónica, una primera asesoría que se debía celebrar entre el 15 de julio y el 31 de diciembre de 2003.

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Nóos y la Fundación Deporte, Cultura e Integración (lanzada en 2007, tras el veto de la Casa del Rey a la vinculación directa del esposo de la Infanta con negocios particulares) lograron, en seis años, más de cuatro millones de ingresos por donaciones, contratos e igualas con grandes firmas, en pagos que abarcan desde aportaciones de 2.500 euros hasta 200.000 anuales, bien por estudios o en donaciones para proyectos de aparente interés social.

Urdangarin, en un congreso en la Universidad de Navarra.
Urdangarin, en un congreso en la Universidad de Navarra.JESÚS DIGES (EFE)

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