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Reportaje:

¡Turista al agua!

Una empresa familiar construye en Tenerife el mayor parque acuático de Europa

El 17 diciembre de 1972, el alemán Wolfgang Kiessling puso en marcha en Puerto de la Cruz (Tenerife) un refugio de pájaros exóticos al que bautizó como Loro Parque y que hoy, 35 años y 34 millones de visitas después, es el zoo más visitado de España, una de las atracciones turísticas más populares de Canarias y una de las principales fuentes de empleo de las islas, con 1.000 trabajadores. Loro Parque tiene la mayor colección de papagayos del mundo, con 4.000 ejemplares, junto a los que habitan delfines, orcas, leones marinos, gorilas, chimpancés, pingüinos...

Si nada se tuerce a última hora, la próxima primavera verá la luz el nuevo proyecto de Kiessling, Siam Park, destinado a ser el mayor parque acuático de Europa con sus 185.000 metros cuadrados de extensión. Sus impulsores y las autoridades locales esperan que el nuevo centro de ocio sirva para diversificar la oferta de sol y playa del sur de Tenerife y para darle un toque más familiar a este destino turístico. La temporada alta del parque será el verano, coincidiendo con la llegada a la zona de familias procedentes de toda Europa. La inversión, 100% a cargo del Grupo Loro Parque -propietario también del hotel Botánico en Puerto de la Cruz-, asciende a 50 millones de euros.

Sus impulsores creen que Siam Park ayudará a diversificar la oferta turística del sur de la isla y que atraerá a más familias

Ubicado en la falda de una colina, desde el parque se contempla una espléndida vista al océano Atlántico y a la cercana isla de La Gomera. Siam Park consta de 30 edificaciones de estilo tailandés, una docena de toboganes y una enorme playa artificial, todo ello rodeado de vegetación tropical. Para darle la máxima autenticidad a las instalaciones, los carpinteros han venido de Tailandia a trabajar en el proyecto. Las obras han sido dirigidas por un profesor de arquitectura de la Universidad de Bangkok recomendado por la familia real tailandesa, con la que los Kiessling mantienen una buena relación, y los materiales utilizados también son tailandeses.

Christoph Kiessling, hijo del fundador de la compañía, es el director de Siam Park. Enseña las obras con entusiasmo y, como si de un Indiana Jones de los parques de atracciones se tratara, se mueve con maestría entre las excavadoras, el barro y los escombros sin separarse ni un momento de su perro. "Nuestro objetivo es redefinir el parque de atracciones acuático", dice el joven Kiessling, quien asegura haber visitado 37 centros similares en Estados Unidos y otros 15 en Europa y Asia en busca de inspiración. El proyecto Siam Park, explica, comenzó a forjarse en 2002 y la construcción se inició en 2004. Los Kiessling esperan crear 800 puestos de trabajo directos y recibir 600.000 visitas durante el primer año de apertura.

"No queremos enseñar los toboganes, y por eso los camuflamos", explica el director del parque al mostrar la vegetación y las construcciones tailandesas. "El entorno es lo que queremos vender", añade.

La atracción estrella del parque es el Kamikaze, un impresionante tobogán de 76 metros de longitud, "el más alto del mundo", con 28 metros de desnivel. La emoción está asegurada: el tobogán desemboca en un tubo transparente de metacrilato que atraviesa un acuario lleno de peces de colores. Serán testigos del espectáculo unos aligátores del Misisipi traídos expresamente de EE UU, que vivirán en una playa de arena caliente construida especialmente para ellos junto al acuario.

"No es una atracción para todo el mundo", afirma Kiessling. Sin duda. Para llegar al tobogán habrá que subir 235 escalones y los cuerpos que se deslicen por él viajarán a 180 kilómetros por hora. "Es nuestra atracción emblemática. Todo el mundo va a hablar de ella", dice el director del parque.

Kiessling señala que los británicos son quienes más frecuentan los parques acuáticos y que los españoles no son precisamente los más arrojados. "Los latinos no son muy aficionados a las emociones fuertes", afirma.

Escuela de surf

Otro récord: Siam Park tendrá la ola artificial más grande del mundo, de tres metros de altura, en una playa artificial con agua traída del mar que albergará una escuela de surf patrocinada por la marca de ropa Billabong. Kiessling sostiene que en ella impartirán lecciones los mejores surfistas del mundo y que también se ofrecerá educación medioambiental a los más pequeños. Junto a la playa, que tendrá 8.500 metros cúbicos de agua a 25 grados centígrados calentada con gas natural, habrá cabañas VIP con televisión, minibar, sombrillas y tumbonas.

Siam Park albergará también espectáculos al aire libre y se podrá alquilar para todo tipo de eventos privados. Contará con la posibilidad de instalar un escenario flotante en la playa y tendrá un anfiteatro para 1.500 personas donde podrán representarse obras de teatro o efectuarse presentaciones comerciales. Se podrá dar de comer hasta 3.000 personas en la playa.

Los responsables de Siam Park han querido asegurarse de que las instalaciones no hieren la sensibilidad oriental. Es por ello que no habrá réplicas de templos ni imágenes de Buda.

El otro día, un grupo de siete carpinteros tailandeses se afanaba por concluir una de las construcciones. "No nos entendemos muy bien", dice Kiessling, "pero con las manos es suficiente".

La familia Kiessling ha invertido 50 millones de euros en Siam Park, que se construye en la costa sur de Tenerife.
La familia Kiessling ha invertido 50 millones de euros en Siam Park, que se construye en la costa sur de Tenerife.

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