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Reacciones a la muerte de José Arregui

El informe forense reconoce que José Arregui fue torturado

El titular del Juzgado de Instrucción número 13 de Madrid, José Antonio de la Campa, dio a conocer parcialmente, a primera hora de la tarde de ayer, el informe del forense sobre la autopsia practicada a Arregui. En ella se ratifica la existencia de torturas en el cuerpo, «violencias físicas», según el texto, y se añade que la causa de la muerte fue «un fallo respiratorio originado por proceso bronconeumónico con intenso edema pulmonar». El mismo juez tomó declaración a lo largo de la tarde a los cinco funcionarios del Cuerpo Superior de Policía, adscritos a la Brigada Regional de Información, que participaron directamente en los interrogatorios del presunto militante de ETA Militar José Ignacio Arregui, fallecido el pasado viernes.

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Los cinco policías, según fuentes próximas al Ministerio del Interior, fueron trasladados en la tarde de ayer a las dependencias del Juzgado de Instrucción número 13, donde se inició el interrogatorio. La Dirección General de la Policía ha puesto un abogado a disposición de los cinco inspectores de policía retenidos (Juan Luis Méndez Moreno, Juan Antonio Gil Rubiales, Julián Marín Ríos, Ricardo Sánchez y Juan Antonio González), que desde el sábado se encontraban en las dependencias de la Dirección de la Seguridad del Estado. El juez De la Campa inició los interrogatorios de forma individual.A primera hora de la tarde, el titular del Juzgado de Instrucción número 13 dio a conocer el informe del forense sobre la autopsia. El informe ratifica la existencia de violencia física en el cuerpo de Arregui y cita como causa de la muerte «un fallo respiratorio originado por un proceso bronconeumónico».

El texto, que incluye unos párrafos que no han sido dados a conocer públicamente, aporta las siguientes conclusiones:

«1. La causa de la muerte ha sido un fallo respiratorio originado por proceso bronconeumónico con intenso edema pulmonar bilateral y derrame de ambas cavidades pleurales y pericardio.

2. Los hematomas superficiales, las erosiones y esquimosis demuestran violencias físicas sin relación etiopatogénica con el proceso bronconeumónico.

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3. Las quemaduras en ambos pies no son recientes, pero tampoco antiguas, ya que todavía están en fase de reepitalización grave y han sido sometidas a tratamiento tópico.

4. Hay punturas de actuación terapéutica intramuscular e intravenosa».

Añade el informe que «para completar y objetivar los datos descritos se han solicitado estudios tóxicológicos anatomapotológicos y se han realizado fotografías, antes y después de la apertura de las cavidades».

Precisamente fuentes médicas consultadas por EL PAIS señalaron que no se puede especificar claramente que una bronconeumonía originada por bacterias se produzca en base a lesiones físicas, aunque reconocieron que podría darse hipotéticamente este caso en un paciente. Otras fuentes médicas explicaron que la bronconeumonía es mucho más fácil padecerla cuando el cuerpo del paciente se encuentra debilitado.

Por su parte, Santiago Brouard, presidente de HASI, principal fuerza política de Herri Batasuna, y médico de profesión, reunió ayer a los periodistas en Bilbao para exponerle su punto de vista sobre la muerte de Arregui. Brouard señaló que la bronconeumonía constatada por la autopsia en el cuerpo del fallecido estaba causada por la práctica de la tortura conocida como la bañera, que consiste en introducirle la cabeza a una persona en un recipiente con agua sucia, impidiéndole respirar durante minutos. En opinión del dirigente de Herri Batasuna, el torturado se ve obligado a tragar el líquido que penetra con todos sus gérmenes en los pulmones, produciendo la bronconeumonía.

Ambiente de tensión

Aunque el ministro del Interior, Juan José Rosón, manifestó que no existen enfrentamientos entre él y el titular de Justicia, Fernández Ordóñez, por el caso Arregui, ayer se detectaba cierto ambiente de tensión entre ambos departamentos. Fuentes del Ministerio del Interior negaron a este periódico la existencia de diferencias entre uno y otro ministro, y añadieron que por lo que respecta a Rosón ya ha llegado a su límite en la vía administrativa. «El ministerio espera las decisiones de la justicia y está dispuesto a colaborar en lo que se le solicite», añadió.

No obstante, en círculos policiales había ayer interés en saber a qué tratamiento médico había sido sometido Arregui durante su estancia en el hospital de Carabanchel. Un portavoz del Ministerio de Justicia leyó a EL PAIS un informe sobre la asistencia médica a José Arregui desde su ingreso en el Hospital Penitenciario hasta su muerte. Según la narración, «el recluso entró a las 17.30 horas del día 12 en el Hospital General Penitenciario. Como resultado de un primer parte médico, elaborado por el responsable sanitario de guardia, se le aplicaron seis antibióticos y se le diagnosticó una dieta absolutamente-líquida».

«A las diez de la noche», indica el citado portavoz, «volvió a ser visitado por el médico de guardia, hecho que se repitió a las 2.30 horas del día siguiente. En esta última visita, el médico le prescribió dos nuevos medicamentos (contra el dolor, antiinflamatorio y estimulante respiratorio)».

Siguiendo la narración, «a las siete de la mañana le visita de nuevo el médico y le vuelve a diagnosticar algunos medicamentos. Como empeoró su estado le extendió volantes para radiografías (tórax y abdomen) y análisis de orina y sangre, segundo que realizaba desde su ingreso el día anterior. A las diez de la mañana se le hace una exploración oftalmológica y se analizan las radiografías que se le hizo anteriormente, comprobándose el proceso de bronconeumonía bilateral. El médico solicitó la colaboración diagnóstica del especialista encargado de corazón y fisiología y, a mediodía, ante la gravedad de su estado, se dispuso al traslado urgente a la Ciudad Sanitaria Provincial. En el vestíbulo del hospital penitenciario se le practicó un masaje cardíaco, que resultó vano, porque ya había fallecido ».

El portavoz añadió que no existe ninguna duda sobre el personal médico del Hospital Penitenciario de Carabanchel, porque está integrado por profesionales «de enorme experiencia, algunos de ellos números uno de sus promociones».

Por otra parte, el diario Egin publicó el pasado domingo una información elaborada por tres presos internados en el Hospital de Carabanchel, Iñaki Aguirre (ETApm), José Luis Fernández (GRAPO), y Luis Alonso Rivero (PCEr), en la que dan a conocer su versión sobre la llegada y estancia de Arregui a la prisión-hospital, y anuncian que pudieron hablar con él.

Concretamente indican en la citada información, que fue publicada íntegra en la primera página del citado periódico, que lo encontraron sentado en uno de los cinco colchones existentes en la celda 23 de la planta alta del citado hospital. Según este testimonio, «al verle los párpados totalmente amoratados y un gran derrame en el ojo derecho, así como las manos hinchadas, le preguntamos el tipo de tortura que había sufrido y respondió: Oso Latza izan da (ha sido muy duro). Me colgaron en la barra varias veces dándome golpes en los pies, llegando a quemármelos no sé con qué; saltaron encima de mi pecho; los porrazos, puñetazos y patadas fueron en todas partes ».

Presos en huelga de hambre

Un total de 114 reclusos de la prisión de Carabanchel se encuentran en huelga de hambre, en protesta por la muerte de José Arregui. La mayoría de los presos que han adoptado esta actitud, 89, pertenecen a ETA Militar, aunque les acompañan diecinueve de ETApm y seis miembros de los GRAPO.

Por otra parte, Isidro Etxabe, el presunto etarra que fue detenido con José Arregui el pasado día 4, ha sido ingresado en el Hospital Penitenciario de Carabanchel, donde probablemente hoy será intervenido para extraerle una bala que tiene alojada en el hombro izquierdo desde el día de su detención.

Polémica Ballesteros-USP

El comisario general de Información, Manuel Ballesteros, y la Unión Sindical de Policía (USP) han iniciado una polémica de acusaciones mutuas a raíz del comunicado difundido por el sindicato policial en el que solicitaba la dimisión de Ballesteros a raíz de la muerte de José Arregui.

Manuel Ballesteros manifestó ayer a Efe que «la Unión Sindical de Policías es un grupo minúsculo y sectario que no tiene la menor autoridad moral y profesional para pedir mi cese. El bagaje de este sindicato es tan pobre y negativo que no puede afectar en lo más mínimo a mi dignidad como persona y como policía».

En respuesta a este pronunciamiento, la Unión Sindical de Policía difundió anoche un comunicado en el que señala: «La USP no precisa acudir a términos injuriosos para descalificar al señor Ballesteros. La USP no es sectaria porque está abierta a todos los profesionales demócratas de la policía, lo que no es el caso del señor Ballesteros ».

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