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El futuro de Euskadi

La Audiencia condena a 15 meses a Otegi pero el fiscal no pide que ingrese en prisión

El ministerio público no se opone al permiso solicitado por el líder de Batasuna para viajar a Dublín

El dirigente de Batasuna Arnaldo Otegi fue condenado ayer a 15 meses de cárcel y siete años y tres meses de inhabilitación absoluta al considerar la Audiencia Nacional que incurrió en un delito de enaltecimiento del terrorismo cuando participó de forma destacada en un homenaje al dirigente de ETA José Miguel Beñarán, Argala, en el 25º aniversario de su asesinato. Otegi está condenado en firme por injurias al Rey, pero no ingresará en prisión de momento, ya que el fiscal ha decidido no pedirlo al tribunal por entender que no existe riesgo de fuga, ni de destrucción de pruebas, ni de reiteración delictiva.

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Un tribunal de la Audiencia Nacional, presidido por Félix Alfonso Guevara e integrado por Fermín Echarri y Flor Sánchez (ponente), ha declarado que Otegi, que en aquellas fechas era portavoz del grupo parlamentario vasco Sozialista Abertzaleak, junto con otras 200 personas, participó el 21 de diciembre de 2003 en Arrigorriaga (Vizcaya) en un homenaje al que fuera dirigente de ETA José Miguel Beñarán, Argala.

Otegi, según la sentencia, ensalzó la figura de Argala y "alabó su atinada forma de actuación en defensa de la autodeterminación" al defender como propuesta en 1977 en Biarritz (Francia) la unión de las fuerzas abertzales para negociar con el Gobierno de Madrid. En su intervención, Otegi señaló que en ese momento se volvía a plantear la misma oferta y aseguró que "ETA apoyaría la formación de una candidatura electoral entre fuerzas abertzales, porque permitiría pasar página de la guerra y abrir la libertad para Euskadi".

Acto seguido, según la sentencia, "enfáticamente dirigió múltiples agradecimientos a los etarras que han dado la vida por Euskal Herria, con llamamientos a la lucha armada".

Todo ello, para el tribunal "supone cuando menos señal de aprobación, entusiasmo o admiración a la figura del dirigente terrorista, sin excluir la eufemísticamente denominada lucha armada, a favor de la autodeterminación del País Vasco".

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"Identificación ideológica"

A su juicio, Otegi "desborda los límites del concepto de opinión". Para el tribunal, las manifestaciones de Otegi en el homenaje a Argala "no constituyen meras opiniones más o menos acertadas sobre realidades históricas vertidas en un 'acto político o electoral' como pretende la defensa, ni el ejercicio del derecho fundamental a la libertad de expresión (...), sino de manifestaciones que expresan la absoluta identificación ideológica del acusado con la organización criminal ETA, sus objetivos, sus actividades y su método de actuación, máxime cuando las mismas han de ser valoradas teniendo muy presente que su autor, el acusado, es precisamente el líder de la ilegalizada formación radical vasca Batasuna".

En circunstancias normales, Otegi debería haber ingresado en prisión por tener antecedentes penales, pero los hechos por los que ahora ha sido condenado fueron anteriores a la anterior condena, por lo que el tribunal sólo acordaría su prisión si el fiscal lo exigiera, lo que no es el caso.

El dirigente de Batasuna, de 47 años, fue condenado en 1987 a seis años de prisión por un secuestro, condena que fue ratificada en 1991. Pero Otegi ya cumplió la condena -pasó tres años en prisión- y posteriormente sus antecedentes penales fueron cancelados.

El 31 de octubre de 2005 fue condenado a un año de cárcel por injurias al Rey. Esta sentencia es firme y pendiente de cumplimiento, pero aunque el Supremo confirme en el futuro la nueva condena, las penas se sumarían y debería cumplirlas de forma sucesiva, por el momento puede eludir su ingreso en prisión. El fiscal considera que no existe riesgo de que Otegi se fugue -incluso ha informado favorablemente de que el dirigente de Batasuna pueda viajar a Dublín (Irlanda) el próximo 8 de mayo- ni de que vuelva a delinquir o destruya pruebas.

En todo caso, si se confirmase la condena, los siete años de inhabilitación absoluta impedirían al dirigente de Batasuna presentarse a cualquier elección para cargos públicos. Salvo que fuera indultado, claro.

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