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Secuestro de españoles en Mauritania

El CNI y la policía advirtieron del peligro de Al Qaeda en el Magreb

Los expertos se sorprenden de que la ONG catalana viajara sin seguridad en una zona tan peligrosa

El secuestro de los cooperantes españoles no es ninguna sorpresa. El CNI (Centro Nacional de Inteligencia) y la policía advirtieron reiteradamente al Gobierno, desde 2006, del riesgo creciente del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) aliado argelino de Al Qaeda y rebautizado como Al Qaeda en el Magreb, una organización terrorista que campa a sus anchas por el desierto del Sahel, una tierra desértica de fronteras difusas y Gobiernos débiles donde los islamistas argelinos entrenan suicidas con armas pesadas, morteros y misiles. Su alianza con bandoleros tuaregs en Tumbuctú y Gao (Malí) les ha servido para escapar de la presión del ejército argelino y se han convertido en los delincuentes más temidos del desierto.

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Fuentes mauritanas aseguran que el ataque a la caravana de cooperantes y el secuestro de tres de sus miembros puede responder al reciente anuncio de los organizadores del rally París-Dakar de volver a celebrar la carrera en su circuito tradicional después de haberla suspendido por motivos de seguridad. "Quieren llamar la atención. También quieren dinero", asegura un funcionario del gobierno mauritano. Fuentes mauritanas aseguran a El PAÍS.com que los secuestradores podrían pedir la liberación de algunos de los 24 presos de Al Qaeda en el Magreb que en la actualidad permanecen en cárceles de ese país. "Ya lo hicieron en otra ocasión pidiendo la liberación de un preso mauritano. Es una de las posibilidades que se está barajando si se confirma la autoría del secuestro", señala la fuente.

Mohamed Abaz Al Aziz, el nuevo presidente mauritano, visitó España el pasado mes de noviembre en una visita que pasó inadvertida. Durante su encuentro con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se habló de inmigración y terrorismo. El aliado de Al Qaeda en África es la pesadilla de los jefes de inteligencia de toda Europa y se observa con impotencia y preocupación como una reproducción de la antigua base de Al Qaeda en Afganistán se ha levantado en la más absoluta impunidad en países como Mauritania y Malí.

La constante reivindicación de Al Andalus en los comunicados de Al Qaeda en el Magreb y la captación de numerosos de sus reclutas en España son otras de las causas que estudian los analistas en sus despachos en Madrid como causa o excusa para entender el secuestro de los cooperantes españoles. "El riesgo es tan evidente que lo que nos extraña es que no haya ocurrido antes. Llevamos años alertando del peligro. Parece incomprensible que esta gente viajara sin seguridad por una zona tan peligrosa", asegura un jefe de la lucha antiterrorista. En los últimos años el desierto del Sahel ha sido escenario de varios secuestros de ciudadanos franceses, canadienses, austriacos y alemanes. La mayoría se han resuelto mediante pago de rescates. Recientemente el ejército mauritano reforzó su frontera con Argelia con 3.000 soldados para responder al atentado de Al Qaeda en el Magreb contra la embajada de Francia y al asesinato de un cooperante norteamericano, según fuentes mauritanas.

La presencia de Al Qaeda en España

Al Qaeda en el Magreb cuenta con una red de militantes en territorio español cada vez más activa y peligrosa, según señalan los informes reservados de las fuerzas de seguridad. España y Francia son los países más penetrados y amenazados por los nuevos aliados de Bin Laden en África y ambos países temen que envíen a sus hombres a atentar en Europa. Su presencia más patente en España radica en el terreno de la financiación, el proselitismo y reclutamiento de terroristas para Irak y las nuevas bases de entrenamiento en el Sahel. Las fiscalías francesa y española trabajan en un estudio conjunto sobre su financiación y recientemente acaban de ser juzgados en la Audiencia Nacional seis de sus miembros. Asaltaban chalés en la Costa del Sol y enviaban dinero y joyas a Argelia para financiar sus ataques. La fiscalía pide penas de hasta 14 años de cárcel.

Al Qaeda está aglutinando en el Magreb a todos los grupos yihadistas del norte de África, lo que multiplica el peligro. Ha absorbido al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), al Grupo Islámico Combatiente Libio, a los movimientos tunecinos y a otros satélites, según aseguran los analistas del CNI y de la Comisaría General de Información de la policía. En su opinión esa alianza en una "corriente única" que multiplica su peligro.

La unión es una de las obsesiones de los salafistas argelinos, según destacó su dirigente Abu Musab Abde I Wadud. "Quedarse fuera de esta alianza no tiene disculpa. La umma [Comunidad] islámica no puede vencer a sus enemigos si no es capaz de renunciar a sus diferencias y de apreciar el valor que posee la unión frente al enemigo. ¿Es razonable que los muyahidin permanezcan dispersos?"

Los servicios de inteligencia europeos sospechan que emires (jefes) formados en Afganistán ayudan al GSPC en su nueva etapa de expansión. La actividad del GSPC en Europa es antigua y su penetración en España alcanza un nivel alarmante. En 2001 la División de Investigaciones Generales y Operaciones Especiales (Digos) de la comisaría de Milán elaboró un informe en el que concluyó que el territorio español es "el anillo final" del salafismo porque otros radicales del GSPC como Ben Khemais que huían de redadas en toda Europa elegían el territorio español como refugio. Hassan Hattab, fundador del grupo hace una década, y otros dirigentes del GSPC de aquella época atentaron contra el metro y oficinas de correos en París y crearon células en Italia, Bélgica y Alemania que fueron desarticuladas antes de que ejecutaran sus ataques.

Pese a esas raíces y a la semilla sembrada por este grupo en muchas ciudades españolas, la policía reconoce que sabe muy poco del nuevo Al Qaeda en el Magreb. "Es difícil atacar a esta gente. Es difícil elaborar una acción preventiva. No tienen una organización con estructura y jerarquía. Son células sin conexión salvo la relación personal de sus miembros. No tenemos acceso a la información y menos a lo que ocurre en el Sahel", admitía hace dos años un responsable de la policía.

"¿Hasta cuándo nuestros hijos, hermanos y virtuosas y puras mujeres abarrotarán sus cárceles?", se preguntaba el emir del GSPC en su manifiesto de alianza con Bin Laden. De los centenares de personas detenidas en España, varias decenas son miembros del nuevo Al Qaeda en el Magreb. "¿Hasta cuándo permanecerán las tierras de los musulmanes siendo pasto de las tropas judías, cristianas y apóstatas?", añadía su jefe Abu Musab en otra referencia que también afecta a España. La presencia de nuestras tropas en Afganistán y Líbano es otro riesgo que aparece en todas las evaluaciones de amenaza, en especial desde las advertencias de Al Zawahiri a los "ejércitos de ocupación", y que si se confirma la autoría del secuestro por parte de Al Qaeda en el Magreb esgrimirán en sus comunicados de reivindicación. "Golpearemos por Alá a quién él desee [Bin Laden] y cuando quiera", anunció el emir. El secuestro de los cooperantes españoles parece la respuesta a estos reiterados anuncios y amenazas contra España.

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