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Esquerra decide hoy si renegocia el pacto de gobierno en Cataluña

La dirección del partido se mide en una conferencia con los críticos

Enric Company

Esquerra Republicana (ERC) decide hoy en una Conferencia Nacional si exige a sus aliados del PSC e ICV-Esquerra Unida la renegociación del pacto de gobierno en Cataluña, para incluir en él condiciones como la convocatoria de un referéndum de independencia en la próxima legislatura. La dirección rechaza de plano reabrir el pacto de gobierno firmado hace un año y no duda de que obtendrá un amplio apoyo en la Conferencia.

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La inscripción de 2.800 afiliados a la Conferencia, sobre un total de 10.000, da una idea del calor con que se debate en el seno de ERC, un partido de tradición asamblearia acostumbrado a dar revolcones a la dirección en las grandes ocasiones. El último se produjo en 2006 a propósito del referéndum de la reforma del Estatuto de Autonomía. La dirección apostaba inicialmente por un crítico, pero acabó asumiendo el no debido a la rebelión de las bases.

El dirigente de ERC que ganó aquella batalla interna, Joan Carretero, ex alcalde de Puigcerdà y ex consejero de Gobernación en el primer tripartito de la izquierda catalana, es ahora el impulsor de la corriente crítica Reagrupament.cat, con la que se ha convertido en el ala derecha de ERC. La plataforma ha presentado en la Conferencia Nacional una ponencia alternativa a la oficial en la que defiende que ERC no debe estar en el Gobierno catalán porque la Generalitat es, en realidad, una institución del Estado del que, en su proyecto, Cataluña debiera librarse.

Junto a esta enmienda, la Conferencia Nacional debate también otras presentadas por otra corriente crítica, denominada Esquerra Independentista, formada en torno a dirigentes juveniles del partido y a sectores radicales próximos a él, aunque no integrados orgánicamente. Este sector fue el que propuso el año 2014 como fecha para un referéndum de independencia.

Encabezada por un diputado autonómico, Uriel Bertran, este sector acusa a la dirección de ERC de tibieza en la persecución de la independencia de Cataluña, que a su juicio es perfectamente posible a corto plazo. Ha logrado ya el éxito de que el líder del partido, Josep Lluís Carod, hiciera suya semanas atrás esa fecha para un referéndum de autodeterminación, obligando a los redactores de la ponencia oficial de la Conferencia Nacional a modificarla sobre la marcha para incluirla.

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La experiencia de derrotas como la de la batalla del Estatuto ha movido ahora a la dirección a preparar cuidadosamente la Conferencia Nacional. Hasta el extremo de que, ayer, uno de los dirigentes de Reagrupament.cat explicara a EL PAÍS que su objetivo ya no es tanto ganar la votación de su enmienda como "demostrar que no somos sólo el 3,5%".

Las pretensiones de la otra corriente, Esquerra Independentista, se situaba ayer en lograr apoyos "en torno al 20%" para sus enmiendas. La dirección ha intentado desarmar a los críticos incorporando muchos aspectos de sus enmiendas. Se han aceptado 436 de las 458 enmiendas presentadas, aunque el director de la ponencia oficial, el diputado Joan Ridao, dejó claro que había unas "líneas rojas" que no se podían traspasar. Y se referían, claro está, a los asuntos más importantes.

Una de las modificaciones de mayor relieve es la sustitución de la palabra Cataluña por Países Catalanes, nombre que en la concepción de ERC corresponde a "la nación entera". En irónico contraste con el ideario republicano del partido, en la misma ponencia se alude repetidamente a Cataluña como "el Principado", cuando inevitablemente necesita referirse sólo a ella.

La línea roja más importante es la que pretende salvaguardar el pacto de gobierno de ERC con el PSC e ICV-EUiA. La cúpula del partido entiende que plantear una renegociación a sólo un año de haberlo firmado echaría por tierra su más bien escasa fiabilidad como aliado tras las agitadas peripecias de la legislatura anterior.

Pero otra de las líneas rojas que la dirección ha trazado con energía es la que pretende evitar el cuestionamiento de la propia cúpula del partido en la Conferencia. Las corrientes críticas no ocultan su deseo de cambiar a la dirección y una de las enmiendas presentadas propone que se considere incompatible formar parte al mismo tiempo del Gobierno catalán y de la dirección del partido.

La respuesta de la dirección ha sido que el debate sobre este asunto corresponde al próximo congreso, previsto para después de las elecciones legislativas de 2008.

Josep Lluís Carod-Rovira (derecha), líder de ERC, junto al presidente de Baleares, Francesc Antich, ayer en Palma.
Josep Lluís Carod-Rovira (derecha), líder de ERC, junto al presidente de Baleares, Francesc Antich, ayer en Palma.EFE

Los pactos y Montilla

En apoyo de la dirección salieron ayer la casi totalidad de los alcaldes de Esquerra Republicana (ERC). Nada menos que 143 de los 163 con que cuenta el partido lanzaron un manifiesto en el que se pronuncian claramente a favor de continuar como fuerza de gobierno y de no reclamar la renegociación de la alianza que sostiene al Gobierno tripartito de izquierdas.El manifiesto, que apoyan también 163 concejales y 356 militantes, afirma taxativamente que para conseguir los objetivos generales de ERC "es imprescindible el trabajo en las instituciones" de gobierno y que "pasar ahora a la oposición sería una irresponsabilidad". Uno de los alcaldes que ayer presentó el manifiesto, Martí Pujol, de Llinars del Vallès, expresó con contundencia el argumento de fondo que les mueve: "Los pactos están para cumplirse". "Aunque haber hecho presidente a Montilla no nos hace saltar de alegría", agregó.

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