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Entrevista:35º CONGRESO DEL PSOE

Cuatro proyectos para cambiar el PSOE

Entrevistas con Rosa Díez, Matilde Fernández, José Luis Rodríguez Zapatero y José Bono

EL PAÍS ha entrevistado a los cuatro candidatos a líder del PSOE sobre los asuntos que han centrado el interés de este congreso, en particular la elección del nuevo líder, y sobre la futura oposición. Las entrevistas se realizaron por separado pero con las mismas preguntas. El orden en las respuestas es el mismo en que ellos presentaron sus candidaturas.

Pregunta. ¿Los delegados deben escoger al nuevo secretario general pensando en que él deberá ser el candidato a la presidencia del Gobierno?

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- Rosa Díez. No, deben escogerle pensando en quién es el mejor secretario general, el que mejor pueda dirigir el partido y prepararlo para ganar al PP. Deben pensar en una persona capaz de concitar adhesión interna y complicidad con la ciudadanía.

- Matilde Fernández. Supongo que haya delegados que piensen que es mejor que no haya bicefalia, y otros, entre los que estoy yo, que piensen que la bicefalia no es un problema. No lo es en otros Partidos Socialistas ni en otros países europeos. Creo que los delegados piensan que iniciamos una nueva etapa, y que también quieren romper la inercia de que secretario general y candidato a presidente del Gobierno haya sido la misma persona.

- J. L. Rodríguez Zapatero. Los delegados determinarán cuándo y cómo se elegirá al candidato a presidente del Gobierno, pero es verdad que es normal que el liderazgo del partido pueda coincidir con el liderazgo electoral.

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- José Bono. Sí.

P. ¿Usted deja abierta la posibilidad de una nueva bicefalia? ¿Fue una experiencia como para desear repetirla?

- R. Díez. La bicefalia puede ser una consecuencia de las primarias, pero no es una consecuencia forzosa.

- M. Fernández. Para nosotros no fue una buena experiencia. Pero si recurrimos a la memoria, veremos que en nuestro partido sólo ha habido problema con la bicefalia desde el 34º Congreso, porque durante las décadas de los años 70 y 80 funcionó la bicefalia: Felipe haciendo de hombre de Estado, y Alfonso Guerra haciendo que el partido funcionara al servicio de nuestras instituciones.

- J. L. R. Zapatero. Es deseable que haya una coincidencia de los liderazgos, pero no hay motivos por encima de la voluntad del congreso que puedan imponerse para evitar esa hipótesis.

- J. Bono. Hemos tropezado una vez en la bicefalia y aun cuando dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, si tropezase sólo una sería menos animal. Si a mí se me eligiera secretario general y no candidato dimitiría como secretario general para que el candidato pudiese tener el poder orgánico.

P. Si el congreso deja la elección del candidato para más adelante, ¿usted convocaría, si es secretario general, elecciones primarias? ¿Y se presentaría?

- R. Díez. Convocaré elecciones primarias. Y si en ese momento creo que estoy en la mejor situación para ganarle a la derecha me presentaré, sea o no secretaria general. Si considero que hay otra persona en mejores condiciones, le apoyaré, sea o no secretaria general. Pero no seré secretaria general de un partido que no consagre las primarias. Y no aceptaré en el congreso ambigüedades sobre su empleo futuro para escoger el líder electoral. Porque hay gente que quiere dejar ese asunto abierto.

- M. Fernández. Sí convocaría elecciones primarias. Hoy mi compromiso es ponerme a trabajar, si soy secretaria general, para que el partido esté en condiciones de ganar las próximas elecciones municipales y autonómicas, y luego las generales. Eso no supone que renuncie a presentarme en su momento a las primarias.

- J. L. R. Zapatero. La previsión es que la voluntad mayoritaria va a ser la de convocar primarias. Aunque la decisión la tomaré en su momento, mi predisposición es favorable a presentarme.

- J. Bono. Sí. Si el congreso decide que el sistema de elección del candidato sean las primarias, las convocaré y me presentaré a ellas.

P. La elección del secretario general debe realizarse en una sola vuelta, para forzar a los delegados a una decantación dominada por el sentido de la responsabilidad, aún a riesgo de que el vencedor salga elegido con menos del 50% de los votos?

- R. Díez. No. La elección ha de producirse en dos vueltas si queremos conseguir fortaleza e integración, las dos asignaturas a aprobar en este congreso. Si lo elegimos en una sola vuelta, con riesgo de salir elegido con el 40%, estaremos jugando a la ruleta rusa, de forma irresponsable, porque con ese sistema no gana nadie y quien pierde, seguro, es el partido. Un secretario general con el 40% de votos tiene que hacer una ejecutiva que le dé más apoyos y pasará tres años sufriendo, porque no tendrá una ejecutiva sino que la ejecutiva lo tendrá a él.

- M. Fernández. No. Sólo hay dos fórmulas: o respetamos los estatutos y todos los candidatos nos sometemos a votación con nuestra propuesta de comisión ejecutiva, o cambiamos los estatutos para, reconociendo que es la primera vez que tenemos cuatro candidatos, hacer democracia seria. Eso significa utilizar la doble vuelta: los dos con más votos se presentan a una segunda votación con sus respectivas listas de ejecutiva, para no hacer tercera vuelta, como dice Rosa Díez.

- J. L. R. Zapatero. La elección a una vuelta garantiza que el candidato más votado sea secretario general. Y el método propuesto, que está bien pensado, obligará al nuevo líder a intentar de inmediato un proceso de amplia integración.

- J. Bono. Me parece bien el procedimiento propuesto por la Comisión Política. Para conducir al PSOE a la victoria electoral es necesaria una mayoría sólida de modo espontáneo, es decir sin pactos ni componendas previas; para que la integración se produzca una vez haya resultado elegido el secretario general.

P. ¿Qué cree que aporta usted en mayor medida que los otros candidatos?

- R. Díez. Los militantes me sienten cerca, y creo que les acercaría a la dirección, del mismo modo que acercaría a los ciudadanos a nuestro partido.

- M. Fernández. Creo que soy una persona auténtica, en política. No hago teatro. Digo siempre lo que pienso. Y soy una persona claramente socialista, socialdemócrata neta. No creo en la desideologización del socialismo. Mi diferencia con los otros candidatos es que yo no me he dejado encantar por la corriente liberal que ha llegado al socialismo europeo y también al español.

- J. L. R. Zapatero. Lo que cada uno aporte ha de ser percibido por los demás más que subrayado por uno mismo. Nosotros hemos trabajado con la idea de un cambio tranquilo, que construya un PSOE y un proyecto político nuevo, que intente un nuevo cambio social con una intensa voluntad reformista y transformadora. Hemos apostado por trabajar en equipo y aportar un estilo y talante político nuevos, que creo son reclamados por la sociedad española.

- J. Bono. Desde luego no soy el mejor, porque el mejor no ha nacido. Todos somos el mejor y el peor el mismo día, porque hay días en que uno se levanta generoso e inteligente y se acuesta miserable y torpe. Dicho esto, creo que lo que puedo aportar es una experiencia colectiva: la de saber ganarle a la derecha, como los socialistas de Castilla-La Mancha le hemos ganado, con cinco mayorías absolutas consecutivas desde 1983.

P. Todos ustedes han dicho que el nuevo liderazgo debe aportar autoridad, fortaleza, pluralismo, más democracia interna. Como secretario general, ¿en qué orden emplearía usted esos valores?

- R. Díez. Democracia y autoridad van unidas. En un partido de izquierdas es imposible tener más autoridad si no se tiene más legitimación democrática. Nuestro partido necesita más cercanía entre los elegidos y los electores, para que se pueda actuar con más autoridad dentro y para que se transmita autoridad hacia fuera, porque eso infunde seguridad a los ciudadanos y hace que el partido sea un referente fiable. Internamente, sólo una ejecutiva que se sienta apoyada y no puesta por alguien podrá hacer una suma integradora. Todo eso no se puede hacer sin que el nuevo líder tenga autonomía.

- M. Fernández. Primero, democracia, después, pluralismo, luego fortaleza y, en último lugar, autoridad. Yo formo parte de liderazgos democráticos. Creo en el diálogo, en escuchar opiniones y en buscar, con tolerancia, la síntesis.

- J. L. R. Zapatero. El nuevo liderazgo ha de generar confianza, crédito moral y capacidad para aglutinar las mejores iniciativas, ilusiones y cualidades de todos los compañeros. La autoridad de un liderazgo nace de ahí. El liderazgo debe estar basado en una esperanza de futuro y no en un recorrido del pasado.

- J. Bono. En el orden en que usted los ha citado, precedidos por la democracia interna.

P. Dígame una medida que podría encontrar resistencia en su partido pero que usted llevaría adelante por considerarla necesaria en la España de hoy.

- R. Díez. Ese podría ser un planteamiento si estuviéramos en el Gobierno, pero estamos en la oposición. Lo que tenemos que demostrar a los ciudadanos es que éste es un partido solvente y capaz de defender políticas que ellos vean como referencia. Si no salimos del congreso con más crédito del que entramos, no nos darán su confianza. No perdimos las elecciones por nuestro programa sino porque no tuvimos crédito social.

- M. Fernández. Sé que hay personas que me apoyan y no comparten esta opinión conmigo, pero yo pondría limitación de mandatos para ocupar cargos orgánicos en el partido. Respecto al conjunto del país, recuperaría nuestro sistema fiscal y acortaría la distancia de cinco puntos que nos separa de la media europea. Por tanto endurecería el sistema fiscal, de forma muy proporcional, para que los que más tienen paguen más. Y acortaría también distancias con la media europea en gasto social, porque la distancia ha crecido casi en dos puntos desde que gobierna el PP. Por poner un ejemplo, destinaría más dinero a vivienda pública y a servicios sociales.

- J. L. R. Zapatero. Habría varias medidas, dentro de un proceso de devolución de poderes a la sociedad y de ampliación de espacios de libertad de la ciudadanía. Apostaría por una reforma de las reglas electorales, por el aumento de la capacidad de control real del poder político por la ciudadanía. Eso se concretaría en mucha más transparencia, en un acceso inmediato de los ciudadanos al conocimiento de cómo se gasta el dinero público, por ejemplo, lo que llevaría, entre otras cosas, a elevar la conciencia fiscal.

- J. Bono. La modificación de la Ley Electoral, para que quien quiera ser diputado o senador trabaje más cerca de los electores que de las cúpulas partidarias que confeccionan las candidaturas. Otra que espero no encuentre oposición es la transparencia en los registros de bienes de los cargos públicos socialistas.

P. ¿Qué rectificaría en la actitud del PSOE ante un Gobierno que acaba de recibir un depósito de confianza como el que representa una mayoría absoluta?

- R. Díez. No digo rectificar, sino qué haría: una oposición dura, subrayo lo de dura, y rigurosa. El sentido de la responsabilidad no puede ser más grande que el sentido de la oposición. Hay cosas que no conseguiremos que apruebe el Parlamento pero sí que obtengan aprobación ciudadana. Hay que hacer oposición también fuera del Parlamento, para defender intereses ciudadanos ante decisiones de grandes compañías.

- M. Fernández. Mostraría exquisito respeto democrático a esa mayoría absoluta, y haría un durísimo trabajo de oposición, para ejercerla de manera más fuerte de lo que lo hemos hecho.

- J. L. R. Zapatero. No me preocupa estar cerca de una fuerza política o de otra ante determinados temas sino el estar cerca de la ciudadanía. Esa es mi visión de lo que debe ser una actitud de oposición. Yo quiero impulsar una España mucho más ambiciosa en valores que la que el PP gestiona.

- J. Bono. Probablemente no fuimos muy humildes y quizá nos sobró algo de soberbia cuando calificamos la victoria del PP en 1996 como "amarga" y nuestra derrota como "dulce". La rectificación iría en la dirección de estar más cercanos a los problemas de los ciudadanos y de conceder menos importancia a nuestros problemas internos. Si seguimos mirándonos el ombligo, los ciudadanos dejarán de mirarnos y nos podrán considerar como caso perdido.

P. ¿Cuál es el punto débil del Gobierno en el que debe presionar a fondo el PSOE porque de esa forma sintonizará más con la ciudadanía?

- R. Díez. Este Gobierno ha hecho políticas que nos quitan igualdad y que nos quitan libertades. Ésa es la clave para toda nuestra labor de oposición. No les vamos a ganar por decir que son de derechas, porque a la gente no les importa que sean de derechas; les ganaremos si la gente comprende que las políticas que están haciendo nos quitan seguridad y justicia.

- M. Fernández. Incidiría más en la política laboral, en la mala reforma que el Gobierno hizo en 1997 y que amenaza con endurecer a la vuelta del verano. E insistiría más en la política económica que dirige Rato y que es neoliberalismo puro, con mucha verborrea. Yo criticaría con más dureza los cinco últimos decretos de liberalización. Hubo en el Grupo Socialista quienes dijeron que no eran tan malos.

- J. L. R. Zapatero. El Gobierno está limitándose a administrar el presente, carece de ambiciones de cambio social, político y económico. Está llevando adelante un proyecto que sólo favorece a determinados núcleos del poder y que contiene clarísimos signos de falta de diálogo con el conjunto de la sociedad y de las fuerzas políticas.

- J. Bono. El Gobierno cree que todo consiste en ganar las elecciones, y hay políticas como la antiterrorista o las de bienestar social que deben estar diseñadas con criterios no estrictamente electorales. España es para el PP una unidad de destino en lo electoral. Y eso no puede ser.

P. Si es secretario general ¿propondrá a Felipe González para presidente del partido?

- R. Díez. Éste no es un congreso en el que la figura de Felipe González tenga que ocupar el centro de nuestros debates, salvo que no tengamos nada propio que decir. Tengo cosas que decir, y no haré de la figura de Felipe González algo de lo que alejarme o en lo que resguardarme, para afianzar mi propia posición. Felipe González es patrimonio de todos.

- M. Fernández. No le propondré para presidente del partido. Y pediría a los compañeros que están malutilizando la figura de Felipe González que dejen de hacerlo porque están deteriorando una trayectoria histórica. Que no hagan de Felipe González una figura similar a la de Kohl.

- J. L. R. Zapatero. Ésa tiene que ser una propuesta del conjunto de los delegados. Me parecería positivo que Felipe González fuera presidente del partido.

- J. Bono. Ya se lo he preguntado y me ha dicho que no quiere. Pero insistiría. En cualquier caso, no deseo ganar ni un solo voto con la crítica a Felipe González, porque no la merece, ni tampoco quiero ganar un solo voto con la adulación a uno de los líderes del socialismo español más importantes del siglo.

P. ¿Qué se debe hacer, según usted, para responder a la presión terrorista de ETA y para favorecer que el PNV gire hacia una orientación más coincidente con las demás fuerzas democráticas?

- R. Díez. Recuperar el acuerdo entre los partidos democráticos frente al terrorismo. Y yo le diría al PNV que se ponga de parte de la sociedad, de lado de los ciudadanos, que están todos en un mismo frente contra los terroristas. Mientras esté calculando, o justificando a otros, no está de parte de los ciudadanos. Y los vascos le estamos pidiendo al PNV que esté con los ciudadanos.

- M. Fernández. Primero, decirle al Gobierno que lo está haciendo mal. Mayor Oreja está haciendo campaña de candidato a lehendakari en lugar de atenerse a ministro del Interior. El PP tiene tendencia a apuntarse como éxitos electorales el sufrimiento de personas que padecen los efectos del terrorismo y a socializar los fallos de la lucha antiterrorista. Al PNV le pediría que reconsidere su alejamiento de un foro donde los demócratas, nacionalistas y no nacionalistas, estábamos unidos para buscar la paz. El PNV tiene que bajar del monte.

- J. L. R. Zapatero. Las ideas que se pueden plantear ante el Gobierno en esta materia exigen discreción. Pero el Gobierno debería tener algo más de iniciativa política con el conjunto de partidos democráticos para diseñar un plan de paz, desde la base de que la lealtad del PSOE será absoluta en este tema. Mientras el PNV siga donde está, hará inviable un proceso de acuerdo y, por tanto, un acercamiento al fin de la violencia.

- J. Bono. Se debe pasar de la relación desconfiada entre los demócratas a la complicidad, del electoralismo al firme compromiso por resolver el problema. Se debe hacer sentir a los asesinos que la Guardia Civil y la Policía vasca les están pisando los talones. Los terroristas tienen que saber que en España se va a acabar el asesinato gratuito y que cualquier posibilidad de negociación exige que vengan con los brazos en alto, es decir sin armas.

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