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Pujol exige a González que disuelva las Cortes el 31 de diciembre

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, emplazó ayer a Felipe González a que anuncie de inmediato que la disolución de las Cortes se producirá el 31 de diciembre, al terminar la presidencia española de la Unión Europea (UE), si quiere contar con el apoyo de CiU a los presupuestos generales para 1996. Pujol incluso fijó las elecciones legislativas anticipadas: el último domingo de febrero o el primero o el segundo de marzo. "No más allá", dijo.

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El presidente catalán, que ayer inauguró diversas obras en la comarca barcelonesa del Bages, entre ellas la primera planta en España de reciclaje de frigoríficos usados, indicó que los dirigentes de la coalición nacionalista Convergència i Unió (CiU) consideran "que el presidente del Gobierno debe disolver las Cortes el próximo 31 de diciembre y lo debe anunciar ahora".Pujol añadió que a finales de este año se habrán cumplido dos objetivos que son "muy importantes para CiU y el país", como son la consolidación de la recuperación económica y el haber ejercido España la presidencia europea. Pujol hizo hincapié en el relieve que tiene ésta para conseguir una mayor integración española en la Unión.

El líder nacionalista puso fecha límite a la colaboración entre socialistas y nacionalistas, pero se reservó para este mes de julio la posibilidad de acelerar el divorcio. El próximo día 17 "tendremos sobre la mesa", dijo, "una serie de elementos para tomar una decisión". Advirtió que ésta podría no producirse ese mismo día, pero sí en una fecha cercana. En los próximos 10 días Pujol quiere conocer y discutir con el Gobierno el proyecto de presupuestos generales para 1996, saber cuáles son los traspasos de competencias que va a recibir Cataluña y, por tanto, cuál será la política autonómica del Gobierno y también tener resueltos algunos problemas de financiación, sobre todo aquellos que hacen referencia a la policía autonómica (Mossos d'Esquadra).

. El día 17 el comité de enlace entre Convergència Democrática y Unió Democrática pondrá también sobre la mesa una serie de textos legislativos en los que existen discrepancias con el PSOE: entre otros, la ley de costas, la del impuesto de sociedades, la del comercio y la del aborto, cuyo proyecto fue aprobado el viernes por el Ejecutivo socialista.

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Ley del aborto

La decisión del Gobierno de presentar la ley del aborto y la reacción que ha suscitado en diversas formaciones era lo que estaba previsto, según dijo ayer Pujol, quien, de todos modos, reprobó al Ejecutivo socialista. "Lamento", dijo, "que, por razones simplemente de partido y tácticas, una cosa tan delicada y tan importante como es el tema del aborto se presente en un momento por otra parte políticamente tan difícil".

Pujol añadió que "da toda la sensación de que [la decisión del Gobierno] tiene por objeto no la aprobación de la ley, sino hacer una maniobra partidista". Y agregó que la iniciativa socialista "carece de toda lógica". "Esta no es una ley cualquiera porque no sólo tiene una gran carga política, sino que además tiene una gran carga de carácter moral y de sensibilidad".

Pujol no afirmó como sus socios de Unió Democrática que la presentación de la ley supusiera el fin inmediato de su apoyo global al Gobierno, pero indicó que éste será un elemento que estará sobre la mesa el día 17 cuando se reúnan para decidir la continuidad de su apoyo a González.

En la reunión que mantuvieron en Madrid el 24 de junio, Pujol reclamó a González que aceptara las dimisiones de Narcís Serra y Julián García Vargas, que anunciase elecciones para marzo y que se negociaran los presupuestos para 1996.

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