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Aguantando el tipo

Luis R. Aizpeolea

Los gritos del medio centenar de estudiantes que tuvo que soportar ayer Felipe González giraron siempre en torno a la corrupción: "Chorizo", "dimisión", "corrupto", "fuera", "Barbero, aféitalo, "esa, esa, esa, hablemos de Filesa", "guerra, guerra, guerra, hablemos de Juan Guerra"...En el mismo foro y en el mismo ciclo sobre la transición política, también fue abucheado hace unas semanas, en menor tono, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. El fundador del Partido Popular (PP) y presidente de la Xunta, Manuel Fraga, sin embargo, fue aplaudido. Síntoma del ambiente de una parte del estudiantado en la Universidad Autónoma de Madrid.

Antes de llegar González al centro, un grupo de estudiantes de Derecho ya había repartido octavillas con el lema Gran pitada al presidente, pasa la bola. La expectación era enorme. Numerosos estudiantes esperaban desde una hora antes a que se abrieran las puertas. Muchos de ellos quedaron fuera del recinto por la limitación del aforo, de unas 300 plazas, lo que aumentó la crispación de un acto que duró hora y media. El mayor alboroto procedía del grupo que siguió la conferencia desde fuera, algunos de ellos pegados a las ventanas.

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Unos 50 estudiantes, algunos provistos de silbatos, recibieron a González con abucheos y silbidos. Durante la conferencia de González -que habló de la necesidad de la integración española en Europa y de los avances en esa materia durante la década socialista- ya empezaron a escucharse gritos de "¡al grano!". "¡El paro, el paro", decían otros. "También llegaré a ese dato", decía el presidente. En su exposición, González utilizó el término "patria" -"Vamos a contar mentiras entonaron algunos-, y ante las constantes interrupciones, uno de los estudiantes llegó a intentar defender al presidente, quien señaló: "En mi sueldo, que no es mucho (pitidos), se incluye aguantar estas cosas. No sufran por mí".

Silbidos y aplausos

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A los repetidos gritos de "dimisión", González, que mantuvo la serenidad y sonrió algunos momentos, llegó a decir: "Pero, ¿de qué quieran que dimita? ¿De dónde quieren que me vaya?".

Frente a los más alborotadores, medio centenar, que a ratos contó con el apoyo de algunos aplausos más generalizados, otro grupo, casi similar en número, intentó frenar la protesta. En algunos casos, estudiantes puestos en pie aplaudieron a González para acallar los abucheos. Uno llegó a manifestar a otro de los que utilizaban con más profusión el silbato: "¡Métete el pito por el culo!". Algo menos de la mitad de la veintena de preguntas fue sobre la corrupción. Uno de los intervinientes intentó decir que el caso Guerra estaba en los tribunales y que había que esperar. "Enseña el carné. ¿Cuánto te han pagado?", le increparon.

Entre el millar de espectadores, uno de excepción aunque habitual en este ciclo sobre la transición: el príncipe Felipe, quien siguió imperturbable todos los acontecimientos.

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