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La famila del trabajador asesinado en Rentería dice que ETA cometió un error

Aurora Intxausti

Los familiares de José Luis Luengos Martínez, el trabajador de instalaciones telefónicas asesinado el martes por ETA en Rentería (Guipúzcoa), acudieron ayer a recoger el cadáver en el cementerio de Polloe, de San Sebastián, entre llantos y gritos de dolor. Ninguno de ellos encontraba explicación al crimen. "Ha debido tratarse de un error" decían. "Veremos con qué tontería nos salen ahora para justificar esta muerte", manifestó Maite Castellano, la novia del fallecido.

El presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, condenó "sin paliativos" el atentado. "La vida humana está por encima de todo, por encima de cualquier explicación que alguien quiera dar", dijo el jefe del Ejecutivo autónomo.ETA ha asesinado a cinco personas a lo largo de este año en Guipúzcoa. Los métodos empleados en los atentados que lleva a cabo el comando autor de esas muertes son similares. La Ertzaintza (policía autonómica) investiga las circunstancias en las, que se produjo el asesinato de José Luis Luengos e intenta descubrir la identidad de los autores del crimen con los datos facilitados por algunos testigos.

Maite Castellano, la novia, asegura no tener nada que decir a los asesinos: %De qué me sirve insultarlos? Estoy segura de que esos señores, después de pegarle un tiro a mi novio, cenaron y durmieron tan tranquilos. Lo que no entiendo es que todavía haya personas que les den la razón".

José Luis Luengos era natural de León., tenía 31 años y llevaba residiendo cuatro años en Guipúzcoa. El funeral y el entierro se celebrarán hoy en su localidad natal.

José Luis Luengos y su novia habían estado juntos poco antes del asesinato. Sellaron un boleto de la loto, como tenían por costumbre los martes, y él la dejó en casa de sus padres, en el barrio de Loyola. Luengos acababa de estacionar su vehículo frente a su domicilio, junto a la estación de Renfe en Rentería, cuando recibió un disparo de revólver a escasa distancia.

El asesino estaba acompañado de otro miembro del comando terrorista. Ambos huyeron en dirección al municipio de Lezo, próximo al lugar en el que se produjo el atentado, mientras José Luis Luengos, con la cabeza totalmente destrozada, recorrió cinco metros antes de caer al suelo desplomado. En el trayecto preguntó, según relataba un familiar: %Por qué me han hecho esto a mí?". José Luis Luengos trabajaba en Guipúzcoa junto a su hermano Javier y un grupo de jóvenes leoneses en la empresa Elitel, subcontratada por Telefónica.

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Los compañeros de trabajo, amigos, vecinos y familiares del joven, descartan cualquier tipo de relación de éste con el mundo de las drogas. "Hacía una vida sencilla. Trabajo, paseos con su novia y casa", afirman.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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