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ENRED@S ELECTORALES
Columna
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Gracita Morales entra en campaña

Ramón Muñoz

El PSOE necesita iconos y consignas. Las encuestas se le han puesto cuesta arriba así que ha tirado de vídeo, directo y al corazón del indeciso. El leitmotiv, el habitual: si viene la derecha, podéis iros preparando. Pero los temas escasean. La crisis y la acción de Gobierno han agotado algunos muy recurrentes en otras campañas como las pensiones (congeladas) o los derechos laborales (contrato becario hasta los 30). Quedaba un filón por explotar: la educación. Los recientes recortes del PP en las comunidades donde gobierna son un buen hilo argumental.

El vídeo del PSOE presenta a una empleada del hogar (Carmen) llevando a un colegio privado a un niño, con corbatita y aspecto repelente, que se alegra de que Carmen tenga una niña de su edad "porque cuando seamos mayores podrá ser la cuidadora" de sus hijos. Tamaño determinismo social no podía pasar desapercibido para la troupe twittera.

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A la responsable del PSOE, Elena Valenciano, y a Rubalcaba le han llovido los tuits recordando su tierna infancia cuando iban a colegios de pago. Otros afirman que, en realidad, el niño es el hijo del ministro Blanco, reconocido admirador de las escuelas elitistas/políglotas. Los más puntillosos han pillado el gazapo en el guión: la empleada es ubicua, casi lleva al mismo tiempo al niño pijo y a su hija a dos colegios distintos y distantes.

Y como vamos de iconos, no ha tardado en salir el nombre de Gracita Morales. La actriz, pese a papeles memorables, ha pasado a la historia del cine como el prototipo de la chacha, reafirmado por su grito agudo: "Señorito, señorito...". La chacha del vídeo del PSOE, resignada a su destino y al de su hija, recuerda a aquella Gracita permanentemente maltratada por sus señores. Si el PSOE quería apelar a la lucha de clases bien podría haber elegido a las airadas criadas de Jean Genet, que se rebelan contra su condición y asesinan a su señora.

En materia de estereotipos, el PP no le va a la zaga. A Ana Mato, que lleva la campaña de Rajoy, no le importó decir que se han visto "niños andaluces que están en el suelo en las escuelas", basándose en unas fotos de unos niños en una práctica de cuentacuentos. La metedura merece un #Anamatofacts donde se lee: "Los niños andaluces no van a la escuela (Ana Mato, un sábado, a la puerta de un colegio)". Los más ácidos se preguntan cómo la buena vista de Mato no le dio para ver el Jaguar que tenía en el garaje su exmarido, Jesús Sepúlveda, implicado en su día en el caso Gürtel. Agudeza visual.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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