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Haidar iniciará acciones penales si el juez la ingresa o le envía un médico

La ONU hace un llamamiento para que la activista "regrese a su país"

José Naranjo

Aminetu Haidar no da ni un paso atrás. Ayer, a través de su abogada, Inés Miranda, la activista saharaui que lleva ya 23 días en huelga de hambre, envió el nítido mensaje de que no aceptará ser chequeada por el médico forense que la fiscalía pretende enviar al aeropuerto de Lanzarote ni permitirá su traslado a ningún hospital. Si eso ocurriera contra su voluntad, Haidar ha dado instrucciones para denunciar al juez que lo promueva por secuestro, detención ilegal y prevaricación. "Si se actúa en contra de la voluntad de Haidar, expresada de forma reiterada en pleno uso de sus facultades, de no recibir asistencia médica, entraríamos en el ámbito penal. Entendemos que esta medida es completamente inasumible para ningún juez", manifestó Miranda.

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La activista, que ayer cumplió su cuarto día sin salir del pequeño cuarto donde duerme salvo para ir al baño en silla de ruedas, ha vuelto a dejar claro que sólo dejará la huelga de hambre el día que llegue a su casa en El Aaiún. "Cualquier médico que cumpla la ley y que sea respetuoso con la ética profesional no atenderá a Aminetu Haidar si ella ha manifestado, como ha ocurrido, que no quiere ser atendida", insistió Miranda.

La última médico que examinó a Haidar, una forense que intervino por orden del juez Jerónimo Alonso el domingo, descarta que, por ahora, exista "riesgo vital". Según su informe, la activista "mantiene las constantes hemodinámicas dentro de la normalidad, lo que indicaría que sus órganos vitales funcionan correctamente". Con este estudio, el juez descartó la hospitalización.

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, insistió ayer en Bruselas en que ahora "lo principal es evitar que haya un desenlace fatal" de la huelga de hambre, informa Ricardo Martínez de Rituerto.

Moratinos negó que el Gobierno esté presionando a Haidar y expuso como prueba de la libertad de la activista el hecho de que esté ejerciendo con la huelga de hambre su libertad de expresión. No obstante, cree que "la reivindicación política la puede hacer sin huelga de hambre".

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Mientras, la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, hizo ayer un llamamiento para que Haidar pueda regresar a "su país". "Desde aquí hago un llamamiento por el respeto del derecho de Aminetu Haidar a regresar a su país, donde además viven sus hijos y es donde tiene que estar", señaló Pillay, sin mencionar en ningún momento los nombres de Marruecos ni del Sáhara Occidental.

La Alta Comisionada afirmó, en respuesta a una pregunta de Efe, que "conoce el caso y lo sigue de cerca" y que ha estado "en contacto con los dos Gobiernos", en referencia a España y Marruecos, con los que, dijo, ha "hablado de su situación".

Pillay señaló que espera que se encuentre "una rápida solución" al contencioso, y especificó que sabe que España ha ofrecido varias posibilidades para ayudar a Haidar, como otorgarle asilo político o la nacionalidad española. "Sé que España ha sido muy considerada y está dispuesta para ayudar, incluso ofreciéndole acceso a su territorio", aseguró: "Pero es ella misma quien tiene que tomar la decisión", agregó.

Por otra parte, el movimiento de apoyo a Haidar ha hecho un llamamiento para que se convoquen concentraciones de apoyo a la activista saharaui en todas las facultades de España el próximo jueves, día de los Derechos Humanos, informa Europa Press.

Aminetu Haidar, anoche en el recinto del aeropuerto de Lanzarote.
Aminetu Haidar, anoche en el recinto del aeropuerto de Lanzarote.GORKA LEJARCEGI
Entrada de la habitación del aeropuerto de Lanzarote en la que mantiene su huelga de hambre Aminetu Haidar.
Entrada de la habitación del aeropuerto de Lanzarote en la que mantiene su huelga de hambre Aminetu Haidar.GORKA LEJARCEGI

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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