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IU aparca las sanciones a su federación extremeña y confía en que "rectificará"

La dirección dice que hasta la investidura "aún hay tiempo para la política"

"Todo está abierto", había dicho Cayo Lara el lunes. Y todo sigue abierto hoy. La presidencia federal de IU se reunió ayer en Madrid con carácter de urgencia para decidir qué medidas toma ante la desobediencia de su federación en Extremadura, que ha decidido favorecer un gobierno del PP en contra de la directriz de IU. Tras más de cuatro horas de cónclave, no tomó ninguna. Se limitó a recordar a su federación rebelde lo que esta ya sabe: que IU está frontalmente en contra de aupar al PP a las instituciones y que no respetar eso es estar "fuera de la política de IU".

A pesar de la gran expectación creada, al final todo quedó en una exhibición de músculo. Se trataba solamente de dejar sentado -otra vez, porque lo repiten desde hace días- que la autoridad reside en los órganos federales.

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Pero sí hubo una novedad: IU ya no pide a sus tres diputados extremeños que voten el día de la investidura a favor del socialista Guillermo Fernández Vara, sino que lo hagan "en contra del candidato del PP", que será José Antonio Monago. El secretario de Organización, Miguel Reneses, se resistió a aclarar qué persigue ese cambio; fuentes de IU lo explicaron más tarde: si, en una primera votación, Monago solo recibe a favor los 32 votos de su grupo y en contra los 30 del PSOE y los tres de IU, no podría salir elegido presidente.

El turno para proponer candidato pasaría entonces al PSOE, y podrían ocurrir dos cosas: que los diputados de IU le dieran su apoyo (improbable, porque han decidido lo contrario) o que votaran en contra, de modo que tampoco saldría Fernández Vara. Habría que repetir las elecciones. Para la dirección federal de IU, esa posibilidad es mejor que la de abstenerse y dar la presidencia al PP.

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El cambio de estrategia del equipo de Lara es significativo, pero puede resultar perfectamente inútil: todo sigue dependiendo, como desde el primer día, de lo que hagan los tres diputados electos: ayer volvieron a insistir en que se abstendrán porque así lo han decidido su militancia y sus órganos de gobierno regionales.

La resolución de la presidencia federal, aprobada por 30 votos a favor y dos en contra, tacha de "grave error político" la decisión del consejo político de Extremadura, "en la medida que impide la aplicación de la política general de IU, la cuestiona y la altera"; exige una "rectificación", y añade: "Desde el respeto y el conocimiento de los mecanismos que han utilizado los compañeros de Extremadura, planteamos que la decisión del consejo político regional es incompatible con la política acordada por IU, rompe el acuerdo federal y se sitúa fuera de la política de IU".

"Estamos aún en el tiempo de la política. Estamos convencidos de que rectificarán. En este tiempo, en este sitio y en este día estamos en la política, no en las sanciones. Esta presidencia no ha tirado la toalla", dijo el secretario de Organización, Miguel Reneses, para justificar que, después de tanta crítica a la actitud de la federación extremeña, no se le vaya a abrir un expediente informativo. Subrayó también que la presidencia aprobó su "respaldo político pleno" al coordinador federal, Cayo Lara, y a su gestión de esta crisis.

La reunión, en un órgano formado por 57 personas de las que acudieron 40 y se quedaron a votar 32 (con la sonora ausencia del coordinador extremeño, Pedro Escobar), se desarrolló en paz ya que, en lo fundamental, el acuerdo era casi pleno: prácticamente todos los coordinadores territoriales habían expresado su convencimiento de que Extremadura se ha equivocado y de que eso afectará al resto en las elecciones generales de 2012.

Tras una primera intervención de Cayo Lara, en la que no mencionó la palabra "expulsión" ni ninguna de sus variantes, Reneses presentó una propuesta en la que exigía a la federación extremeña una rectificación y avisaba a sus miembros de que no dar marcha atrás tenía "consecuencias". Varios miembros de la presidenciapidieron suavizar esa propuesta, según varios de los asistentes. Y lo lograron. Ahora, IU vuelve a poner a cero el contador para convencer a los suyos en Extremadura. Las sanciones pueden esperar.

Gaspar Llamazares (de espaldas) y Cayo Lara, en la reunión.
Gaspar Llamazares (de espaldas) y Cayo Lara, en la reunión.G. LEJARCEGI

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