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Israel impulsa un consulado en Barcelona

El embajador Alon Bar lamenta el voto favorable de España a la entrada de Palestina como miembro de la Unesco

El embajador de Israel en España, Alon Bar, tiene "interés" en abrir un consulado israelí en Barcelona. Esta intención debe ser refrendada por el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, pero la intención es "firme". De hecho, hace unas semanas Alon Bar le hizo patentes sus planes al presidente de la Generalitat, Artur Mas, en un encuentro en la capital catalana y ayer mismo lo confirmó en una conversación con periodistas. Bar, embajador en España desde el pasado agosto, explicó que dispone del apoyo del subdirector general para Europa del Ejecutivo hebreo, Rafael Schultz, que fue su predecesor en el cargo de embajador.

Alon Bar quiso dejar claro que los motivos para establecer esta nueva sede diplomática son básicamente económicos. Y valgan un par de cifras como ejemplo: Barcelona recibe cada años unos 300.000 turistas israelíes, mientras que en Madrid la cifra de visitantes es de 40.000. De hecho, la capital catalana ocupa el septimo lugar en la clasificiación mundial de las ciudades más visitadas por los ciudadanos de Irsael.

El embajador israelí también destacó que no conoce las intenciones del presidente electo del Gobierno, Mariano Rajoy, y mostró su interés por conocer pronto al titular de Asuntos Exteriores. Bar recordó positivamente, por "poco extremo", el discurso de la ahora ministra en funciones de Exteriores, Trinidad Jiménez, que "ha sido de los más favorables a Israel que ha hecho un canciller español". Eso sí, Alon Bar lamentó que el Gobieno español "casi no haya tenido papel en el contexto internacional". Además, también fue crítico con el hecho de que España votara favorablemente a la inclusión de Palestina como miembro de la Unesco, al entender que así "no se logra que el proceso de paz avance ni un solo milímetro".

Por otra parte, Alon Bar se mostró esperanzado con la primavera árabe, no sin precaución "hasta conocer quién lidera esta revolución" en Túnez o Egipto. El embajador se ha preguntado si "al final, en lugares como Líbia, vamos a pasar de una dictadura laica a una dictadura islamista". Acerca de Siria también evidenció cierta incredulidad sobre los derroteros de un eventual proceso político posterior al régimen de Bachar El Assad, porque "ahora mismo no hay una oposición estructurada".

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