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Llega el turno de Matas

El ex presidente balear declara este martes ante un juez por nueve delitos penados con hasta 30 años de prisión

El ciudadano Jaume Matas, ex presidente de Baleares, que reside en EE UU desde 2007, debe regresar a su tierra para comparecer el próximo martes en un juzgado de Palma. El juez José Castro le imputa con "vehementes sospechas" nueve delitos, ligados a un supuesto enriquecimiento ilícito: prevaricación, cohecho, malversación de caudales públicos, apropiación indebida, falsedad documental, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, delito fiscal y electoral.

Al que fue Ministro de Medio Ambiente con José María Aznar, entre 2000 y 2003, y, en dos ocasiones presidente de Baleares -entre 1996 y 1999 y en la pasada legislatura- podría caerle una condena de hasta 30 años de cárcel si las acusaciones penales se demostraran en un juicio.

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Mientras, los responsables del PP balear escurren el bulto -es "el pasado" y "un militante más", argumentan- y el presidente actual, José Ramón Bauzá, -un "hombre limpio", según le bautizó Rajoy- se ha ido de viaje a Argentina para evitar el nuevo mal trago. Suman ya diez los escándalos en los que 20 políticos del PP están imputados por hechos ocurridos en la época en la que Matas estaba en el poder. Tres ex altos cargos cumplen condenas en la cárcel de Palma.

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Jaume Matas quiso declarar hace más de un año pero aún ayer se hacían apuestas en Palma sobre si haría acto de presencia ante el juez y los fiscales anticorrupción, Juan Carrau y Pedro Horrach. Baleares hierve por los casos judiciales y el más reciente, de supuesta financiación irregular de Unió Mallorquina (UM), derribó una primera figura -como Matas-, la que era presidenta del Parlamento, Maria Antònia Munar, ex aliada del PP y del PSOE a la vez, culpable de la derrota de la derecha tras las elecciones de 2007.

Munar quedó a las puertas de la cárcel, que eludió al pagar una fianza de 350.000 euros, y el juez le retiró el pasaporte, como a otros ex consejeros y ex directores generales de UM del actual Gobierno socialista de Francesc Antich, detenidos. Para Matas sería una fatalidad quedarse sin papeles para poder viajar y residir en el extranjero, o tener que comparecer en los juzgados de Palma cada 15 días. En Nueva York se ocupó en la consultora PwC, tras dedicarse a los negocios con el amparo que le dio para residir en EE UU el grupo hotelero Barceló.

Apenas se le ha visto por Mallorca. Evita su casa-palacio de la calle San Felio de Palma por la que siendo presidente pagó menos de un millón de euros y que la Agencia Tributaria valora en 2,47 millones. La mansión figura en las rutas ciudadanas y dos manifestaciones contra la corrupción han parado ante la histórica fachada neorenacentista del palacete Matas, que tiene 725 metros cuadrados y jardín.

Las compras de lujo y los pagos en dinero en efectivo por parte de la familia -se han documentado en la causa entregas que suman 400.000 euros en billetes- están en la memoria popular. El verano de 2009, Matas pasó tres días en una de sus dos casas de Mallorca -tiene otra en Madrid-. Se exhibió cuando la cúpula de la Fiscalía intentó frenar a los fiscales Horrach y Carrau, que ya habían redactado una denuncia por cohecho impropio por la compra y decoración de la casa.

Nunca hasta ahora ha ido a un juzgado. Siendo ministro logró no ser imputado en dos casos de corrupción política de su primera etapa de presidente, por espionaje al PSOE por Internet y por la supuesta compra de votos de emigrantes en Argentina. El fiscal general del Estado actuó para bloquear su declaración, en contra el criterio de los jueces y fiscales que le investigaron.

El caso Matas sospecha además del vínculo entre el crecimiento de patrimonio y el escándalo creado alrededor de la obra estrella de su último Gobierno balear -un "milagro", dijo él-, el velódromo Palma Arena, cuyo coste pasó de 41 a 110 millones de euros. Otra ligazón está en el hallazgo de pagos en dinero negro de gastos de la campaña electoral del PP de 2007 con entregas clandestinas anotadas de 71.058 euros a la agencia Nimbus.

Pagó por el PP el cuñado de Matas, Fernando Areal, su apoderado en las obras de sus mansiones, a la vez que gerente del partido balear, de la fundación del partido Antonio Maura -que se nutría de donaciones- y gestor de sociedades de inversión con fondos de contratistas del Gobierno. La esposa de Matas, Maite Areal, y su hermano Fernando han de declarar también el martes.

Se ha desencadenado un ciclón que ha arrastrado a más de 30 personas ante el juez y a 200 ante la policía para ser interrogadas sobre la compra y decoración del palacete y la obra del Palma Arena. Del arquitecto al pintor. Y diez cargos de confianza suyos: ex directores generales, jefes de prensa, jefes de gabinete...

También ha caído su apuntador, el autor de sus discursos, el columnista de El Mundo Antonio Alemany, a quien el juez Castro reclamó una fianza de 250.000 euros y retiró el pasaporte. Alemany escribía los textos -y publicaba opiniones laudatorias de Matas- pero cobraba mediante un contrato, simulado, en la misma agencia, Nimbus, que reconoce que cobró en dinero b por la campaña del PP. Nimbus recibió millonarios contratos gubernamentales. Al amanuense de Matas se le imputa por malversación y falsedad en documento mercantil ante "hechos graves que pueden suponer 15 años de prisión", señala el instructor. Alemany obtuvo además 480.000 euros públicos para su servicio de noticias y su publicación digital y casi 200.000 euros por darle las palabras a Jaume Matas.

Jaume Matas.
Jaume Matas.SCIAMMARELLA

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