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Mediadores internacionales piden a ETA un alto el fuego

El mediador de los conflictos en Irlanda del Norte y en Suráfrica Brian Currin presentó ayer en el Parlamento Europeo un documento que pide a la banda terrorista ETA "un "alto el fuego permanente", "unilateral e incondicional", controlado por un organismo internacional independiente.

El texto está refrendado por 19 firmas, entre ellas la de cuatro premios Nobel de la Paz: el ex presidente sudafricano Frederick de Klerk, el arzobispo Desmond Tutu, el ex primer ministro irlandés John Hume y la ex presidenta de Irlanda Mary Robinson. También lo apoya la Fundación Nelson Mandela.

El documento pide a ETA que respalde la apuesta de la izquierda radical vasca por "un proceso democrático en ausencia de violencia", recibida con escepticismo por los partidos y los Gobiernos central y vasco; El asesinato de un policía francés el 16 de marzo fortaleció las dudas, ya que la izquierda abertzale se limitó a "lamentar la muerte" del agente, sin condenar su asesinato.

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Currin espera una respuesta "adecuada" del Gobierno español. Coincidió en cualquier caso con una de las máximas del Ministerio de Interior: si ETA no deja de matar, su entorno político debe repudiar a la banda terrorista.

Situación acuciante

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No es la primera vez que Currin pide a ETA un paso similar. En febrero, solicitó a la banda terrorista una tregua "permanente y verificable". Tanto en ese caso como en éste, la hoja de ruta del proceso serían los acuerdos de Mitchell en Irlanda del Norte. El abogado surafricano ha defendido la propuesta de la izquierda radical vasca, que considera "sincera e irreversible". Pero incluso los abertzales tienen serias dudas de que ETA acepte dar ese paso de forma unilateral.

La acuciante situación de Batasuna anima a los mediadores a conceder una última oportunidad al entorno de ETA, pese a que ya quedaron desairados cuando la banda reventó en 2008 sus esfuerzos durante el anterior proceso de diálogo con su atentado contra la T-4 de Barajas.

El Gobierno está dispuesto a cortar el paso a cualquier intento de los abertzales de participar en las elecciones municipales de 2011 si antes no condenan la violencia y se desvinculan de ETA. La semana pasada presentó un proyecto de reforma legal para tapar los "recovecos" que pudiera emplear la izquierda radical. Entre tanto, se limita a tomar nota de todos sus movimientos.

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