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El Congreso rechaza por un solo voto que la insumisión deje de ser delito

Miguel González

"Es una buena noticia para todos". El ministro de Defensa, Eduardo Serra, salió ayer visiblemente aliviado del hemiciclo. Por segunda vez en ocho días, un solo voto de diferencia le salvó de una derrota en el Congreso. Como ocurriera la semana pasada con la repetición del sorteo de la mili, el pleno rechazó por 162 votos a 161 la proposición de Izquierda Unida para que la insumisión deje de ser delito. El PP, CiU y Coalición Canaria votaron en contra, mientras que IU, PSOE, PNV y Grupo Mixto lo hicieron a favor.

Aunque el asunto no era en teoría de su competencia -la reforma del Código Penal depende directamente de la ministra de Justicia Margarita Mariscal-, Serra se fajó a fondo para evitar que la despenalización de la insumisión complique aún más el proceso de profesionalización de la mili. El titular de Defensa no sólo acudió al debate, sino que contactó con los nacionalistas catalanes y canarios para asegurarse su apoyo. Sobre el papel, la diferencia en favor del Gobierno era de cuatro votos, pero a la hora de la verdad las ausencias y una abstención en las filas del Grupo Popular, procedente al parecer de sus coaligados del Partido Aragonés (PAR), la redujo a uno solo.El debate lo abrió el diputado Pablo Castellano, quien defendió la propuesta de IU con un discurso alejado de toda retórica, de una gran solidez jurídica. "El Código Penal", dijo, "no puede servir para proteger un bien temporal, aleatorio, circunstancial y hasta políticamente intercambiable" como es el servicio militar obligatorio.

Castellano dirigió un guiño a los socialistas, admitiendo la posibilidad de que el castigo penal a la insumisión sea sustituido por sanciones administrativas, y se adelantó a quienes alegaban que hay que esperar a que el Parlamento concluya su dictamen sobre la profesionalización de las Fuerzas Armadas, pidiéndoles "por favor, que por respeto a los que están privados de libertad [los 97 insumisos presos] no utilicen ese argumento".

Uno tras otro, los partidos del Grupo Mixto (Unión Valencia, Euko Alkartasuna, Bloque Nacionalista Galego y Nueva Izquierda) anunciaron su apoyo a la propuesta de IU. Igual que el PSOE, cuyo portavoz, Pedro Moya, aseguró que su cambio de postura no se debe a que los socialistas estén ahora en la oposición, sino a que el Gobierno ha anunciado el fin de la mili a fecha fija. Aunque el PNV no intervino, su postura favorable estaba descontada.

El esperado apoyo le vino al Gobierno de los diputados de Coalición Canaria, Luis Mardones, y de CiU, Carles Campuzano, quienes se mostraron de acuerdo con el fondo de la iniciativa, pero discreparon de su oportunidad. El trago resultó especialmente duro para Campuzano, representante de las juventudes de Convergència, quien se opuso "sin complejos" a la proposición de IU, afirmando que la transición a un ejército profesional "debe hacerse desde la lógica y la racionalidad".

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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