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La memoria histórica

Sólo 70 personas en el Valle de los Caídos

Pablo Linde

No había ni banderas preconstitucionales ni símbolos políticos. Por cada tres personas que asistieron ayer a la misa que conmemoró el 33º aniversario de la muerte de Francisco Franco en el Valle de los Caídos, había un agente de la Guardia Civil velando por el cumplimiento del artículo 16 de la Ley de Memoria Histórica: "En ningún lugar del recinto [el Valle de los Caídos] podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas, o del franquismo".

Los asistentes a los oficios religiosos, unas 70 personas -sobre todo mayores, pero también jóvenes y familias-, se encontraron en la entrada al recinto un dispositivo con más de una veintena de guardias civiles que impidieron el paso de cualquier símbolo franquista. En el primer aniversario de la muerte de Franco después de la entrada en vigor de la Ley de Memoria Histórica, los agentes registraron coches, bolsos y ropas para evitar que se burlase la norma en ese punto.

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Incluso dentro de la basílica había agentes de paisano, lo que provocó la irritación de algunos asistentes a la misa. "No hay libertad de culto ni de movimientos. Es indignante", lamentaba Manuel Andrino, jefe nacional de la Falange. Él y varios miembros de su partido rehusaron llevar símbolos porque sabían lo que les esperaba: "Un trato vejatorio y vergonzoso". En la marcha que realizarán el próximo sábado hasta el valle sí que llevarán sus banderas, pero se quedarán a las puertas del recinto. Saben que no podrán pasar y se niegan a "la humillación" de despojarse de sus símbolos por culpa de una ley "revanchista". Otros, sobre todo chavales jóvenes con las cabezas rapadas, sí que tuvieron que dejar en la entrada banderas, cinturones e incluso parte de sus vestimentas.

"Nuestro hermano Franco"

El oficio religioso fue, según explicó el abad benedictino de la basílica, uno más de los que cada día se celebran allí a las once de la mañana, sin organización ni encargo de ninguna asociación ni partido. "Nosotros celebramos la misa y quien quiera venir, que venga", explicó. Sin embargo, el sacerdote que la ofició hizo un recuerdo: "A nuestros hermanos José Antonio y Francisco Franco y a todos los caídos que lucharon por Dios, por España o por sus ideologías". Durante la ceremonia, hizo otra mención a la simbología del día: "La cruz de este altar y la de ahí fuera, en el monte, son símbolos de reconciliación y por tanto de paz y armonía entre los pueblos de España".

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Al terminar la misa, algunos de los asistentes recorrieron la basílica, depositaron flores en las tumbas de Franco y de Primo de Rivera y se despidieron de sus tumbas con el saludo fascista.

[En Granada, unos 200 antifascistas, que quemaron varios contenedores y causaron daños en un vehículo policial, protagonizaron enfrentamientos con agentes antidisturbios tras una marcha organizada por la CNT, informa Efe.

A las diez de la noche, no se habían producido heridos, pero seguían los choques y dos jóvenes fueron detenidos.]

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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