Zapatero pide "prudencia" a Trichet

El anuncio del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, de que los tipos de interés pueden subir en breve cayó como un jarro de agua fría en La Moncloa. De tal modo que ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en su primera intervención pública, con motivo de su visita al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas de León, exigió a Trichet, en un pronunciamiento inusual, "más prudencia" en sus declaraciones y le aconsejó "responsabilidad". Zapatero subrayó los efectos negativos de la declaración del presidente del BCE, pues justo al día siguiente de ella el petróleo batió otro récord y el Euribor, principal índice de referencia hipotecaria, obtuvo el mayor repunte de su historia en una jornada, lo que repercute gravemente en el precio de las hipotecas.

Es la primera crítica del Gobierno español sobre la conducta del BCE. Preguntado sobre la política de Trichet, el vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, siempre ha declarado su respeto por la independencia de la institución, sin juzgar sus actuaciones. Ayer, el presidente lo planteó así: "Todos respetamos la independencia del BCE, pero todos esperamos responsabilidad de él".

El presidente rechazó que su Gobierno no haya tomado medidas contra las actuales "dificultades económicas" como le achacó la víspera el líder del PP, Mariano Rajoy. Tras recordar que las "dificultades" proceden de factores externos a la economía española, como la subida del petróleo y la crisis financiera estadounidense, insistió en que el Gobierno ha aprobado 20 medidas, desde el Consejo de Ministros del 18 de abril, celebrado al poco de la constitución del nuevo Ejecutivo.

Recordó que las medidas actúan sobre las áreas más sensibles por la desaceleración para impulsar el crecimiento, ayudar a quienes tienen que afrontar una cuota más alta por la subida del Euribor y estimular la actividad económica, sobre todo, la construcción, con incentivos para la vivienda protegida e inversión en obra pública, así como garantizar la liquidez del mercado.

Esas 20 medidas, según advirtió ayer Zapatero, "no tienen un efecto de hoy para mañana". Las primeras -por ejemplo, la deducción fiscal de 400 euros que permitirá a las familias disponer de un total de 6.000 millones de euros adicionales este año- se empezarán a percibir a fines de junio. Otras medidas que afectarán a las empresas, como los 6.000 millones procedentes del adelanto de la devolución del IVA y la ampliación de la disponibilidad de crédito oficial, no entrarán en vigor hasta enero. Respecto a la licitación de obra pública para paliar el desempleo de la construcción, se ha acelerado en los últimos Consejos de Ministros.

Zapatero insistió en que, a fines de junio, anunciará nuevas medidas y se reafirmó en que mantendrá sus compromisos sociales: subida de las pensiones mínimas; mantenimiento de la cobertura del desempleo en el 80% actual, así como las dotaciones en educación y sanidad.

Guiños a Rajoy y CiU

No faltó un guiño dirigido a Rajoy, del que celebró su "voluntad de diálogo, que abre las puertas a cambios respecto a la legislatura anterior". Y precisó los ámbitos en que puede haber acuerdos con el PP. Calificó de "extraordinariamente importante" lograr acuerdos en el ámbito de la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. Reafirmó su compromiso de "preservar el clima de entendimiento" con el PP en torno a la lucha antiterrorista; iniciar "de inmediato" el diálogo sobre la presidencia de la UE y continuar las conversaciones sobre la financiación autonómica. Sobre la negociación de los Presupuestos, calificó de socio "relevante" a CiU, pero sin cerrar al diálogo con nadie.