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Zapatero valora el comunicado de los presos de ETA y Rajoy lo desprecia

El presidente: "Es un paso significativo"; el líder del PP: "No hay cambio"

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, coinciden en un aspecto fundamental de la política antiterrorista, como es el de que el final de ETA debe ser unilateral, esto es, que el Ejecutivo no debe abrir una negociación ni, por tanto, conceder contrapartidas ante los gestos de la banda terrorista. La etapa del diálogo con ETA como procedimiento para su final la proscribió el Gobierno socialista cuando los etarras atentaron contra la T-4 del aeropuerto de Barajas en diciembre de 2006. Ese atentado, con dos muertos, puso fin a las conversaciones que en aquellos momentos el Ejecutivo mantenía con la banda, y desde entonces las posiciones de ambos partidos se han acercado mucho.

El jefe del Ejecutivo dice que los últimos datos "acercan" al final de la violencia

Sin embargo, y pese a la existencia de un acuerdo en lo fundamental, sigue habiendo diferencias entre el Gobierno socialista y el PP. El primer partido de la oposición mantiene la presión en público sobre el asunto de la lucha antiterrorista, también para satisfacer a su electorado más extremo, aunque en privado la sintonía es importante con el Gobierno. El PP no admite en público ningún avance hacia el final de ETA durante la etapa del Ejecutivo de Zapatero.

Ayer esta distancia volvió a quedar patente con sendas declaraciones de Zapatero y Rajoy. El presidente del Gobierno, al anunciar la convocatoria de elecciones del 20 de noviembre y la disolución de las Cámaras, valoró como "paso significativo" y que "acerca al final de la violencia", la suscripción, el pasado viernes, de los presos de ETA del Acuerdo de Gernika, que, entre otras cosas, reclama a la banda terrorista su cese definitivo.

Zapatero, no obstante, apeló a la prudencia y reclamó que en la recta final de la violencia "se hagan bien las cosas", en clara alusión a que los demócratas no deben precipitarse con propuestas y que debe ser ETA quien dé los pasos hacia el final, de modo unilateral.

El presidente del Gobierno valoró la cercanía del final de ETA porque el terrorismo etarra, dijo, "ha sido durante tres décadas la principal preocupación de la sociedad y la que más nos ha hecho sufrir a los españoles".

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La respuesta de Rajoy fue que no veía en el manifiesto de los presos de ETA un "cambio sustancial" y que el único comunicado que se espera de la banda es el de su "disolución". En este contexto, el líder del PP señaló que asumía la posición del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, que un momento antes había descalificado la declaración de los presos etarras por exigir contrapartidas, como la amnistía y la generalización de los beneficios penitenciarios a todos los reclusos de la banda. Unas contrapartidas que, lo mismo que el fiscal del Estado, ni Zapatero ni el candidato socialista y exministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, están dispuestos a suscribir, como ayer recordó este último.

El Gobierno, pese a la exigencia de esas contrapartidas, considera "importante" o "significativo" el comunicado de los presos porque asume por vez primera el cese definitivo de ETA y porque "saben que el Ejecutivo no va a realizar esas contrapartidas" ya que "ha proclamado por activa y por pasiva que el proceso de final de ETA debe ser unilateral".

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