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Los agentes que detuvieron a Roberto Alonso necesitaron refuerzos para reducirle

El acusado de la paliza que dejó tetrapléjico al congoleño Miwa Buene le insultaba diciendo "ese negro, ese negro de mierda" después de su arresto, según un policía

La segunda jornada del juicio por la agresión a Miwa Buene, el congoleño de 45 años que quedó tetrapléjico en 2007 tras ser golpeado por la espalda, ha arrancado pasadas las diez de la mañana. Hoy han declarado los testigos presenciales y los hermanos del acusado. Tras la vista de hoy, mañana le tocará el turno a los peritos, entre ellos los forenses que atendieron a Miwa Buene. Después de estas últimas declaraciones, las partes tendrán que ratificar sus peticiones de penas y el caso quedará visto para sentencia.

En la jornada de hoy han declarado los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que participaron en la detención de Roberto Alonso. Uno de ellos ha explicado que el acusado dedicó insultos del tipo de "ese negro de mierda" a Buene después del arresto. Además, ha explicado el mismo agente, el acusado estaba muy agresivo y se necesitaron refuerzos para reducirle. Otro de los agentes que han declarado hoy ha explicado que el detenido se mostró sorprendido ante el arresto. Según él, Alonso dijo: "No sé por qué armáis tanto escándalo por pegar a un negrito".

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También han declarado algunos testigos de la agresión. Los dos primeros han identificado al acusado, como el autor del golpe que dejó tetrapléjico a Buene. Según el primero de ellos, Alonso le pegó en la parte izquierda de la cabeza y la víctima cayó desplomada: "Intenté levantarle pero era un peso muerto". El segundo declarante ha asegurado que el presunto agresor gritó "Arriba España" e hizo el saludo nazi tras dejar a Buene tendido en el suelo.

La defensa de Alonso ha llamado al estrado a los hermanos del acusado. Primero, Pedro Alonso, quien ha insistido en sus declaraciones de ayer en la puerta de la Audiencia: "Mi hermano no es una persona violenta y tiene amigos negros". Sus últimas palabras han sido: "¿Puedo darle un beso a mi hermano?". Tras estas declaraciones y la autorización del juez para que le besase, el acusado, Roberto Alonso, ha roto a llorar. Después ha declarado su hermana Rocío, quien, con actitud altiva, ha achacado los problemas que tiene Alcalá de Henares a la presencia de inmigrantes en la localidad.

En la jornada de ayer, Buene testificó contra su supuesto agresor tras llegar al juzgado en silla de ruedas y ayudado por su mujer. Era la primera vez tras la agresión en que víctima y acusado se veían. Pero no se llegaron a cruzar ni una palabra. "Cuando me di la vuelta, él [Alonso] me siguió insultando. Me decía 'puto mono' y gritaba '¡Arriba España!'. De repente, sentí un golpe muy fuerte y me caí", relató Buene. A la salida apenas habló para pedir que se condenara al acusado: "Desde mi silla de ruedas, solo espero que se haga justicia".

Antes, había declarado el acusado. Tardó menos de 25 minutos en responder a las preguntas de todas las partes. Y lo hizo en plan descarado, a veces rayando la agresividad e incluso respondiendo a cosas que no se le habían preguntado. Vestido con una camisa blanca a cuadros, unos pantalones vaqueros y unos deportivos, negó en todo momento que él fuera quien golpeó en la nuca a Buene y le dejara tetrapléjico. Hizo un relato de hechos completamente opuesto.

La versión del acusado

Según su versión, estuvo en un bar de copas de un centro comercial de Alcalá de Henares llamado Comanda China, que es frecuentado por inmigrantes africanos. "Voy a menudo porque conozco al dueño. Ese día era el único blanquito que estaba allí", aseguró. Añadió que tan solo dejó el local alrededor de las siete de la mañana para acompañar a una amiga a su barrio, el del Virgen del Val. Cuando regresó al local, estuvo tomando una copa con el dueño y se marchó. Fue a recoger el coche, que estaba aparcado cerca del bar. En el momento en que giraba la esquina, dos policías se dirigieron hacia él. "Sin decirme nada, me retorcieron el brazo y me metieron en el coche patrulla, mientras me decían que estaba detenido. Luego me dejaron ir, pero me detuvieron a las siete de la tarde", afirmó el acusado. Negó en todo momento ser racista: "No soy racista ni me lo puedo permitir. Tengo amigos negros de toda la vida. Además, soy de ese tipo de gente que, si lo hubiera hecho, si le hubiera agredido, lo diría y pagaría por ello".

La versión contraria la dio Miwa Buene, la víctima, quien acusó directamente a Roberto Alonso de ser la persona que le golpeó en la nuca por la espalda al grito de "puto mono", un puñetazo que le causó la tetraplejia que sufre. Hizo un relato detallado de lo que había ocurrido, el mismo que ha mantenido durante la instrucción del caso. Según su versión, él dejó el bar en el que pasó la noche alrededor de las diez de la mañana. Cuando bajaba las escaleras, se topó con el acusado, que le pidió un cigarrillo y un mechero. Como no tenía, Alonso comenzó a insultarle: "Eres un hijo de puta y un puto negro". Buene le respondió que él también lo era porque tampoco tenía tabaco. Se dio la vuelta y continuó caminando, porque tenía miedo. Estaba solo en ese lugar. Mientras, el acusado seguía metiéndose con él: "Puto mono, arriba España, tendrías que estar en el parque zoológico con tus compañeros los monos". "Crucé la acera. No paraba de insultarme. De repente sentí un golpe muy fuerte en la nuca y caí inconsciente", recordó Buene.

Despertó 17 días después en el hospital. Desde entonces se encuentra en silla de ruedas y necesita ayuda para todo. "Quería morirme. Me veía impotente y no tenía ganas de vivir porque me encontraba muy mal", recordó Buene, que es licenciado en Economía en su país y habla cuatro idiomas. "Solo puedo moverme en una silla de ruedas que dirijo con el mentón. Siempre tengo que llevar pañales y una bolsa para la orina", dijo sobre su vida actual.

El fiscal y las acusaciones piden para Alonso una condena de 12 años de cárcel por un delito de lesiones graves con la agravante de racismo. También le exigen el pago de unos 400.000 euros en indemnizaciones tanto a Buene como a su esposa e hijos. La defensa pide la absolución, porque, en su opinión, el acusado no es autor de ningún delito.

Comienza el juicio por este suceso ocurrido en MadridVídeo: AGENCIA ATLAS

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