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La consulta independentista de Cataluña se salda con una baja participación

La abstención alcanza el 70% y el 'sí' se impone con un 94% de los votos emitidos

Miquel Noguer

Una fiesta independentista en toda regla con un resultado mucho más pobre del que esperaban sus organizadores. La consulta por la independencia celebrada ayer en 166 municipios catalanes con el impulso de varias entidades soberanistas movilizó a miles de ciudadanos al margen de los partidos políticos, pero se quedó con una participación del 30%, unos 20 puntos por debajo del que registró, en el conjunto de Cataluña, el referéndum del Estatuto votado en 2006. Según un primer recuento también se quedó 10 puntos por debajo de lo que se habían fijado sus impulsores.

Sin validez legal alguna y sin mayores garantías de funcionamiento que las aportadas por las plataformas que la organizaban, la consulta había sido planteada como un desafío al Estado y, de fondo, como un último aviso hacia el Tribunal Constitucional para evitar un recorte del Estatut. Se organizó en algunos de los municipios con más sentimiento independentista, la mayor parte de ellos feudos de Convergència y Unió y de Esquerra Republicana. Pero ni las llamadas de las entidades organizadoras ni las adhesiones de última hora de los líderes de ambos partidos movilizaron a los independentistas. Entre las poblaciones más grandes destaca el 25% de participación de Sant Cugat, el 15% de Vilanova i la Geltrú o el 41% de Vic, todas en la provincia de Barcelona. Sólo votaron 200.000 de los 700.000 convocados. El resultado cuestiona la estrategia de extender la consulta al área de Barcelona, la zona menos nacionalista de Cataluña.

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Por la mañana, los nacionalistas de Artur Mas no dudaron en pedir que la consulta simbólica se convierta en un referéndum en toda regla en el futuro. "Comienzan a cambiar las cosas", aseguró el secretario general adjunto de CDC, Felip Puig, quien pidió a los partidos que trabajen "para que algún día Cataluña pueda organizar un referéndum vinculante sobre su independencia".

Esquerra Republicana pidió tal referéndum con carácter inmediato. "El país necesita que la gente pueda decidir si quiere continuar igual, o si creen que la única salida es la constitución de un estado propio dentro de la Unión Europea". A medida que pasó el día y que los datos de participación apuntaban a una escasa movilización Convergència fue moderando su discurso y el mismo Felip Puig dijo que sería "arriesgado" plantear un referéndum para la próxima legislatura.

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Quien no se echó atrás pese al resultado fue la plataforma organizadora. Sus portavoces anunciaron que pedirán en el Parlament de Cataluña celebrar un referéndum el 25 de abril. Para ellos el resultado de ayer es una "heroicidad" pese a la baja participación. Entienden que la escasa movilización se debe a que en la consulta de ayer, a diferencia de lo ocurrido en Arenys de Munt (Barcelona) en septiembre, el Gobierno ha dado una respuesta de perfil bajo que ha apaciguado a muchos independentistas. Ayer, el ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, calificó de simple "acto de propaganda política" unas consultas que, recordó, "ni tienen validez ni son siquiera consultivas o vinculantes". El presidente de la Generalitat, José Montilla, optó por el silencio sobre las consultas y reiteró su confianza en el Estatut como vía de futuro para.

El PP aprovechó la consulta para cargar contra José Luis Rodríguez Zapatero a nivel de España y contra Montilla en Cataluña. Del presidente del Gobierno lamentó su "indiferencia" y al presidente de la Generalitat le recriminó su supuesta connivencia para ejercer "una presión más" sobre el Tribunal Constitucional.

Votantes de la consulta independentista, ayer en Tàrrega (Lleida).
Votantes de la consulta independentista, ayer en Tàrrega (Lleida).HERMÍNIA SIRVENT
Daniel Turp, vicepresidente del partido quebequés, durante su visita a la mesa electoral de la Vila Olímpica de Banyoles en calidad de observador internacional del referéndum.
Daniel Turp, vicepresidente del partido quebequés, durante su visita a la mesa electoral de la Vila Olímpica de Banyoles en calidad de observador internacional del referéndum.PERE DURAN

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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