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La cúpula del PP asturiano rechaza que Álvarez-Cascos sea el candidato regional

Los críticos, que reúnen al 75% de los militantes, le acusan de dividir el partido

La dirección del PP asturiano y de las cuatro grandes juntas locales (Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres, que suman el 75% de militantes), y su organización juvenil regional, Nuevas Generaciones, se mostraron ayer contrarios a que el ex vicepresidente del Gobierno y ex secretario general del PP Francisco Álvarez-Cascos encabece la candidatura al Gobierno autónomo en las elecciones de 2011.

En un duro comunicado, el grueso de la estructura de poder del PP asturiano acusa a Cascos y a sus afines de "dividir al PP de Asturias" y de "perjudicar su imagen". Reclaman un candidato "que sume, no que reste", que "respete los estatutos" del partido y los resultados de sus congresos "y no al contrario". Y ponen en duda, además, que goce de aceptación entre el electorado.

Los dirigentes dudan del tirón electoral del ex vicepresidente

Los sectores afines a Cascos tacharon de "disparate" la nota y exigieron saber cómo se aprobó, puesto que en su opinión no representa el sentir de los afiliados ni el de muchos ciudadanos y fue hecha de forma "clandestina".

Ante la operación con la que desde hace un año personas cercanas a Cascos tratan de abrirle camino en su intento de volver a la política activa, la cúpula regional denuncia intrigas contra el poder legítimo en el PP asturiano.

"La hipotética candidatura está sirviendo exclusivamente para intentar dividir al PP de Asturias, otra vez con riesgo de ruptura interna", señala, en referencia a la escisión de 1997-98 por el enfrentamiento de Cascos y el entonces presidente asturiano, Sergio Marqués (PP). Y añade: "La responsabilidad de Cascos en este asunto existe porque su medida actitud ampara y promueve esa intriga".

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La candidatura contaba con generar una "marea creciente" de respaldo ciudadano. No lo logró. En su lugar, contó con notas de apoyo de juntas locales y ex ediles de Gijón. La dirección regional, al igual que la nacional, sortearon la cuestión con poco entusiasmo, remitiéndose a los procedimientos de designación oficiales y a la espera de que el propio Cascos formalizase sus intenciones. Este, por su parte, dejó claro que solo daría ese paso si su partido se lo pedía. No es solo una cuestión de formas: si el PP reclama a Cascos que sea candidato en Asturias, este podría poner condiciones; y viceversa. Por su parte, la cúpula regional manifestó desde el principio que, de volver, Cascos debería aceptar los equilibrios internos.

Los dirigentes nacionales Javier Arenas y Ana Mato incidieron ayer en que "no hay ninguna propuesta oficial" del PP asturiano, y por tanto en Madrid no tienen "opinión".

Sobre el ex vicepresidente pesan como una losa la fractura de 1997 -justo tras lograr el primer (y único Gobierno) en 27 años de autonomía- y sus encontronazos con el presidente regional (Ovidio Sánchez), el alcalde y presidente del PP de Oviedo (Gabino de Lorenzo) y la presidenta local de Gijón y senadora Pilar Fernández Pardo.

Sánchez trasladó hace escasas semanas a la dirección nacional, a título personal, la petición de que Cascos fuese candidato, pero fuentes del partido confirmaron ayer el respaldo de la dirección regional a la nota emitida por los responsables de las juntas locales del PP de Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres. El comunicado le reprocha que no se postulara de forma clara: "Había que pedírselo", y cuando se hizo no fue suficiente y hubo "que ir a buscarle a casa", "despreciando a quienes le dieron su apoyo".

Y añade: "Con su impulso, un grupo de amigos de Cascos, que en el PP apenas se representan a sí mismos, se han envalentonado y han iniciado una dinámica de autohomenajes que tanto nos recuerda al proceso que acabó con la ruptura del PP de Asturias hace 12 años, de la que todavía están cicatrizando las heridas".

Francisco Álvarez-Cascos, en un acto del PP celebrado en Burgos en mayo.
Francisco Álvarez-Cascos, en un acto del PP celebrado en Burgos en mayo.MABEL GARCÍA

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